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“Decidí estudiar derecho porque fue muy injusto lo que vivimos”

Nuria Allou, de la detención ilegal al rol de jueza penal

La titular del Juzgado de Instrucción Dos de Eldorado fue “chupada” el 24 de marzo del 1976, cuando tenía 16 años. Estuvo detenida en el Escuadrón X de Gendarmería
domingo 29 de octubre de 2023 | 6:05hs.
Nuria Allou empezó su carrera en el Poder Judicial como defensora oficial.
Nuria Allou empezó su carrera en el Poder Judicial como defensora oficial.

Nuria tenía 16 años y era madre de una niña que tenía meses y que aún no caminaba. Vivía en el barrio Retiro de Montecarlo junto a su compañero Juan, quien ese 24 de marzo de 1976 se fue a trabajar temprano, sin enterarse que el país había entrado a su etapa más negra.

“Nuria, vengo con muy malas noticias, hubo un golpe de Estado. Prendé la radio y prepárate porque te van a venir a buscar”. Tal vez sin saber qué esperaba, esa joven militante del Partido Peronista Auténtico, enterró sus libros en el patio, limpió la casa, lavó y planchó ropa. Su concubino volvió, le contó lo ocurrido y se puso a cocinar sin olvidar la advertencia matutina.

Fue cerca de la noche cuando escuchó ruidos de automóviles llegando a los terrenos de su abuela, salió a ver y se encontró con un patrullero de la Policía. Avisó y no llegó al umbral de la puerta cuando la rodearon con armas largas.

Los jóvenes padres preguntaban qué estaba pasando, decían que no habían hecho nada hasta que llegó la orden para Nuria. “Cállense la boca y vos preparáte y agarrá tu documento”. El hombre siguió reclamando hasta que ese vecino del barrio con uniforme que los desconocía advirtió: “Cállese la boca y quédese tranquilo porque lo llevamos a usted también”.

“Ahí reaccioné, le sacudí a mi pareja y le dije ‘por favor, Juan, la nena’. Bueno, agarró la nena y me llevaron”, recuerda hoy Nuria Allou, quien se excusa de un tartamudeo imperceptible que le quedó como secuela de esa detención ilegal.

Allou es hoy jueza del Juzgado de Instrucción Dos de Eldorado. Se recibió en Buenos Aires, donde se tuvo que refugiar luego de estar recluida dos meses en el Escuadrón de Gendarmería de esa misma localidad y la posterior persecución policial. La volvieron a detener en varias oportunidades para notificarle prisión domiciliaria y pronto se dio cuenta que era porque se buscaba terminar la secundaria.

En su nuevo destino, a la par de sus estudios, su casa fue refugio para aquellos misioneros que tenían familiares detenidos ilegalmente y además “en Navidad y Año Nuevo yo iba con mis hijitos a Devoto, a la vereda de enfrente y saludábamos a los compañeros”. Acompañó en las marchas de las Madres de Plaza de Mayo y fue a ese mismo lugar a festejar la vuelta de la democracia “porque fue lo más hermoso que podía haber pasado”.

“Decidí estudiar derecho porque para mí fue muy injusto lo que vivimos, necesitaba estudiar para ver si podía hacer Justicia desde otro ángulo. Y tuve la suerte y la lucidez de anotarme en la UBA, soy de la primera promoción del ciclo básico común. Y ahí decidí la especialización de Derecho Penal y cuando voy tengo la gran suerte de caer en la cátedra del doctor Zafaronni, que fue el sumun para mí porque seguía un lineamiento con el que yo coincidía”, amplió.

Su primer trabajo en el Poder Judicial fue como defensora oficial. Hoy lleva 30 años en funciones y en un nuevo aniversario de la vuelta de la democracia asegura que son muchos los derechos ganados, pero que le preocupa y asusta la vuelta de las discusiones ya zanjadas respecto a ese período tan oscuro del que fue víctima.

“Creo que hemos ganado muchos derechos en relación a las épocas anteriores, pero que nos falta muchísimo. El sufrimiento del pueblo sigue siendo el mismo, la explotación del hombre por el hombre sigue siendo la misma y la mejor prueba es lo que está pasando en el país ahora”, señaló la letrada en una entrevista telefónica.

Le parece un fracaso “esto de comprar y vender partidos, esto de creerse dueños de los votos es una locura. Las personas deciden y yo también, nadie es dueño de mi voto”. Al respecto, señaló que su formación fue impulsada por los maestros y profesores, pero en el sentido de que le incitaban a leer todo, sin exigirles militancia, para que ellos puedan tomar decisiones y adoptar posturas independientes.

“Nosotros solos decidimos juntarnos, siendo adolescentes, en el segundo año de la secundaria. Ya empezábamos a hablar de la injusticia social y decidimos juntarnos para ayudar al pueblo y a los barrios más humildes y a los obreros. Un compromiso que se fue formando en la educación, porque la educación nos permitió ver más allá de nuestras narices”, recordó.

Esa generación de jóvenes organizó el primer encuentro de estudiantes provincial y el segundo a nivel nacional en Montecarlo. “Todo sirvió - reflexionó Allou - para que de ahí salieran conclusiones de los estudiantes, no de qué necesitábamos, sino de qué podíamos hacer por nuestro país. Yo no veo nada de eso hoy y tenemos estos fenómenos que surgen porque la sociedad está mal, algo estamos haciendo mal para que esto ocurra”.

Al respecto, invitó a “hacer una profunda autocrítica todos. Yo creo que los partidos también, los radicales, los peronistas”, aunque considera que “la derecha” no va a tener esa introspección.

Consultada por el funcionamiento de la Justicia, Allou señaló que se necesita un proceso más personal y cercano. “Me gustaría que algún día el derecho penal dé una respuesta y no solamente una pena. Una pena sí corresponde, pero también una respuesta social”, proyectó.

Lamentó que las cárceles no resocialicen y consideró que “hay mucho por hacer, hay que reformar y buscar que la delincuencia no se reproduzca sólo en una clase social. Falta educación, falta oportunidad para trabajar y estudiar. Esa posibilidad que yo tuve, que nos dieron los profesores de Montecarlo de canalizar nuestras inquietudes colectivamente. Y eso no se está dando ahora”.

Consultada por los debates de reformas en la Justicia de Misiones, Allou manifestó que le llama la atención que aún no se haya avanzado en un sistema acusatorio y señaló que “creo fervientemente en los juicios por jurados”.

“La experiencia del juicio por jurados en la persona común de la sociedad le va a hacer entender las teorías que tienen los penalistas, los que quieren producir reformas sociales y culturales. Pero el ciudadano tiene que entender esto viviendo el juicio oral. Ahí entiende el derecho y en qué consiste la Justicia”, alentó.

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