Un espacio pensado para compartir en comunidad

Las ofertas y propuestas relacionadas con la actividad cultural en Ruiz de Montoya crecen día a día, a la par de la localidad. Cada vez son más las opciones para que los vecinos puedan unirse en comunidad y compartir en conjunto actividades relacionadas con el arte y la cultura.
Y como epicentro de las ofertas, se encuentran el Centro Cultural, ubicado sobre la Avenida de los Inmigrantes, en el casco urbano, y el Salón Santa Cecilia, histórico recinto en Cuñá Pirú.
“El centro cultural Ruiz de Montoya se gestó con el fin de contar con un espacio donde se concentren actividades comunitarias”, explicó Mariela Mallman, directora de cultura local, en diálogo con El Territorio. Además de utilizarse como escenario para presentaciones artísticas y otros eventos, en el lugar también se llevan a cabo talleres, agasajos en fechas importantes para el pueblo como los días de la madre y de la mujer y el mes de las infancias.
Asimismo, el espacio es elegido por la comunidad para llevar adelante eventos, charlas y actividades comunitarias en general. Se trata de un espacio siempre a disposición de los vecinos, con previo pedido. A su vez, allí también hay prácticas del proyecto Tapé Porá con las comunidades mbya guaraní. “Es un espacio pensado para el pueblo”, remarcó Mallman.
En tanto, en otro rincón de la localidad, el Salón Santa Cecilia, es un espacio que se formó como un lugar comunitario en la colonia Cuñá Pirú sobre ruta 223 hace ya varias décadas.
En un primer momento, el lugar se gestó por pedido de los habitantes de la zona, ya que no contaban con un espacio para festejar un cumpleaños o realizar agasajos en comunidad como la fiesta patronal por Santa Cecilia y otras actividades que involucran a toda la comunidad.
El espacio se fundó con fondos y recursos de las familias de la época, coordinados por los sacerdotes Engelmann y José Marx.
Hoy, sigue funcionando como un lugar de encuentro comunitario y cualquier vecino que quiera utilizarlo puede coordinar con miembros de la comisión encargada de cuidar el lugar. Para utilizarlo sólo se debe cumplir con el aporte de un alquiler mínimo para cubrir el uso de la luz y agua así como también la limpieza.
El escenario es ocupado para eventos variados como las fiestas patronales de noviembre o el pesebre viviente cada 24 de diciembre. Año a año, el salón crece e incorpora servicios, aggiornándose a los tiempos que corren y cubriendo las nuevas necesidades de los locales.
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