Mi Lugar en el Mundo, en Jardín América, se erige como refugio de la actividad cultural
Fomentar el arte y el convite, ejes de una apuesta que crece a pulmón
Contribuir a una comunidad con distintos proyectos, reunir a los vecinos en convite y ofrecer distintas actividades para fomentar el arte, la solidaridad y la unión, además del desarrollo de habilidades varias, son las premisa de Mi Lugar en el Mundo.
Ubicado en Jardín América, este espacio cultural independiente fue fundado hace tres años por Lidia Mendoza para paliar las distancias, desencuentros y cambios sociales que trajo la pandemia del Covid-19. Hoy sigue representando un refugio y espacio de intercambio y encuentro para los vecinos de la zona.
La difusión cultural y participación de todos es el empuje y lema del espacio que ofrece una gran variedad de propuestas para todos los gustos y edades. Jornadas de cuentos con los más chicos, presentaciones y talleres de títeres, capacitaciones variadas, visitas a iglesias con actividades lúdicas e interactivas y campañas solidarias son algunas de las actividades que involucran a gran parte de la comunidad, ya sea como anfitriones o espectadores.
Siendo tallerista y titiritera, la propuesta de la fundadora del lugar surgió a raíz de su pasión por el arte y su trayectoria docente. Como maestra de grado jubilada, hoy Lidia brinda talleres y capacitaciones -algunas gratuitas y otras aranceladas-, en el espacio que creó. Siempre con el propósito de difundir el arte y garantizar el derecho de acceso a la cultura en su comunidad.
Docente y titiritera, se valió del arte para seguir brindándose a la comunidad.
“Es difícil sostener un espacio independiente pero con empuje y trabajo lo venimos logrando. Además, los vecinos participan y se enganchan en todas las propuestas que llevamos adelante y eso genera más ganas de seguir. Si una sabe que lo que hace rinde frutos y genera adeptos y apoyo, el esfuerzo vale”, dijo la fundadora.
En esa línea, destacó que constantemente analizan propuestas nuevas y cómo concretarlas.
“Se necesitan muchos insumos y herramientas para sostener un espacio, no es fácil. Pero siempre buscamos innovar y sumar cosas”, detalló Mendoza, señalando que actualmente están pensando en implementar un taller culinario, además de capacitaciones en salud y educación, entre otras.
Para llevar adelante estos proyecto marcaron se necesita apoyo económico y difusión, que el espacio sea tenido en cuenta como un centro cultural.
Además, entre otros planes, la idea es seguir sumando actividades artísticas y de manualidades, así como talleres de títeres, telar, macramé, pintura de tela, escritura, y otras opciones que se presenten.
“Todo es cuestión de organizar y arbitrar los medios, porque es amplia la demanda y oferta para cubrir en Jardín, ya que no hay tantos espacios culturales independientes”, especificó la docente.
Y continuó: “El desafío fue pensado para brindar distintas opciones, con actividades de juegos en el patio, mesas para servir el té, una biblioteca con libros universales y regionales. La idea es ir sumando opciones de a poco y con trabajo. Todo requiere de inversión y sacrificio, pero lo vamos haciendo paso a paso, albergando y ofreciendo propuestas culturales para todos”, cerró con ánimo.
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