Hace tres décadas, era un rubro casi desconocido en Posadas

Sumar valor agregado y a la familia para seguir creciendo

Hugo Ducrett y Elina Peragallo apostaron por la venta de pollo en diferentes formatos y crearon el Hiper del Pollo. Sus hijos, testigos de todo el trabajo
domingo 25 de septiembre de 2022 | 6:05hs.
Sumar valor agregado y a la  familia para seguir creciendo
Sumar valor agregado y a la familia para seguir creciendo

Transcurría 1989 cuando Hugo Carlos Ducrett y Elina Peragallo dejaron su Villa Elisa (Entre Ríos) natal y decidieron instalarse en Posadas. Hasta ese momento Hugo trabajaba en una empresa que produce pollos y quería cambiar de trabajo aunque sin desvincularse del todo de esa firma, que actualmente es su proveedor histórico. Su mujer dejó la docencia. Juntos, llegaron a la tierra colorada para ofrecer un nuevo servicio, que en la ciudad todavía no era conocido.

“En ese momento, sólo se vendía en la ciudad el pollo entero.  Entonces, decidimos trabajar con una modalidad nueva, en la elaboración del pollo que no había acá pero sí en otras provincias. Vinimos con esa idea para trabajarla acá (en Posadas)”, recordó Elina sobre los orígenes del Hiper del Pollo. Fue así que apostaron por la venta de pollo trozado, en primera instancia, y luego fueron por otros productos, como milanesas, brochets y rellenos, por citar unos ejemplos. En los primeros dos años, el local se erigió sobre avenida Lavalle, entre Tambor de Tacuarí y López y Planes, para luego trasladarse a su actual sede, en Lavalle esquina Queirel.

Con el paso de los años, de a poco y conforme a las necesidades del mercado fueron diversificándose, sumando nuevos productos y ofreciendo carne y panadería.

Luisa, Ricardo y María Emilia, los hijos de la pareja, fueron testigos durante su infancia y adolescencia del trabajo de sus padres. “Después de hacer toda la primaria y secundaria en Posadas, se fueron a estudiar a otras provincias (Buenos Aires y Córdoba), y cuando se recibieron, volvieron y se engancharon con el trabajo en la empresa. En ese momento, la firma hizo otro despegue, con otra mentalidad”, indicó Elina. Luego, añadió: “Siempre fuimos receptivos a que ellos se incorporen a la empresa, pero también siempre apoyamos cada una de las decisiones porque no marcamos una obligación de que vuelvan porque quisimos que siempre sean libres con sus decisiones y los apoyamos. ”.

“Desde chica nuestros padres tuvieron el negocio y es normal tener la casa y el local pegado. Siempre fue así, no conozco otra realidad”, señaló Emilia, la menor de las hermanas. Por su parte, Luisa, la mayor, recordó: “Nuestros padres trabajan muchísimo, hasta los domingos. Nosotros, como hijos, estuvimos un poco acompañando en la infancia”.

“Estudié una cosa que nada que ver con el rubro-ingeniería ambiental- y nunca pensé en volver. Trabajé en Buenos Aires y en el Sur, y por cosas de la vida terminé volviendo. En mis planes conscientes no estaba volver, pero en lo inconsciente, por la familia, por el arraigo y por la ciudad, volví y estoy contenta por eso”, reconoció Luisa, mientras que Emilia comentó que “es algo natural, involucrando y haciendo un proyecto propio dentro de la empresa familiar”.

“En mi caso sí, pensé en volver porque la vida en Posadas es más tranquila. Desde chiquitos vimos el negocio, estuvimos, viendo el movimiento y desde los 18 años comencé a operar las máquinas”, subrayó Ricardo.

Progresivamente, la empresa pasó del liderazgo de dos a cinco personas, con toda la familia involucrada.

Trabajar con la familia

“La incorporación de los hijos se da en un momento clave, ya que trajeron otra impronta, pensando en nuevas iniciativas o propuestas que antes no la mirábamos ya que siempre estábamos más involucrados en el día a día, en una especie de frasco en el que estábamos”, indicó Elina.

Ese acompañamiento que dieron Hugo y Elina marcaron el pulso de la incorporación de Luisa, Ricardo y Emilia y fue la clave en la última década en la que los hijos cobraron protagonismo para sostener y hacer crecer la empresa que está próxima a cumplir 33 años de existencia.

Además del trabajo con los padres, tiene el condimento de trabajar con los hermanos. “De a poco vamos charlando, discutiendo las diferencias, las posturas y lo que se espera tanto del trabajo y de la vida”, destacó Luisa. “Nos llevamos bien y tener distribuidas las tareas, permite clarificar los roles, respetando siempre las opiniones, las decisiones y consensuarlas”, dijo Emilia.

Seguir creciendo

Los hermanos Ducrett vieron crecer ese negocio que quedó incorporado en su ADN de manera inconsciente. “El negocio es como nuestra casa”, definieron Luisa y Emilia. “Se buscaba una vida mejor en un principio cuando nuestros padres vinieron en 1989 y ahora somos 90 familias en esta pyme. Es una responsabilidad y ver esto es gratificante”, consideró Luisa.

Las empresarias compartieron el deseo de que la firma siga creciendo, sumando más personal y locales. Esperan que el legado se mantenga, pero entienden que la tercera generación familiar es libre de decidir si quieren seguir con la empresa o tomar otros rumbos. Pues a ellos le dieron esa misma premisa.

 

Informe de domingo

Empresas familiares fortalecidas por crisis y sucesiones

Tres generaciones familiares que apostaron al rubro construcción

Definiciones, derechos y deberes de cada integrante

Preparan pase de la tercera generación en la administración

Sumar valor agregado y a la familia para seguir creciendo

Renovación generacional al frente de la empresa

Agencia Lowe: cinco generaciones de desarrollo

Una ferretería y bazar con 112 años atendiendo en Posadas

Una firma familiar misionera que se reinventa año tras año

Del acopio en el almacén a la presencia en todo el mundo

La familia Kraus aplica la regla de no gastar más de lo generado

Los Bemberg pasaron las crisis e intervenciones del Estado

Temas de esta nota
¿Que opinión tenés sobre esta nota?