Una firma testigo del crecimiento de Posadas

Tres generaciones familiares que apostaron al rubro construcción

El corralón Don Emilio representa el legado de Gottschalk, incansable trabajador oriundo de Alemania. Los encargados de mantener el negocio cuentan los desafíos
domingo 25 de septiembre de 2022 | 6:05hs.
Tres generaciones familiares que apostaron al rubro construcción
Tres generaciones familiares que apostaron al rubro construcción

La esquina de las avenidas Trincheras de San José y Uruguay es testigo del crecimiento de Posadas y también de un legado familiar que se mantiene con el tiempo.

Su historia se remonta al arribo de Luis Emilio Gottschalk, que abandonó su Alemania natal en pleno período de entreguerras y llegó a la Argentina en 1928.

Puntualmente, eligió la capital misionera como nuevo destino de arraigo. Por estas latitudes, Emilio junto con su familia se dedicó al trabajo en el campo, pero también a los materiales de construcción. El rubro, ligado a la madre de las industrias tenía un porqué: la ingeniería, carrera que estudió el jefe de la familia Gottschalk. En este contexto, puso un negocio que llevó ese apellido como marca.

En la década del 70, Gottschalk falleció. En ese momento, el comercio familiar pasó al mando de Luis Emilio hijo (77) y su esposa Beatriz (75), para liderar el emprendimiento que fue creciendo y adaptándose a la demanda de una Posadas que fue expandiéndose y que, en ese proceso, demandaba de cada vez insumos para la construcción.

La infancia y adolescencia de Luis (55) y sus dos hermanos transcurrió en medio de herramientas, cerámicas, ladrillos y cemento que conforman el clásico corralón capitalino. En la década del 80, la dedicación ya fue absoluta.

“A la tarde, después del colegio estábamos en el negocio y una vez que terminamos la secundaria, ya estábamos a full en el local, trabajando con nuestros padres”, contó Luis Gottschalk, el hijo del medio, en diálogo con El Territorio.

Don Emilio, nombre del emprendimiento, lleva el nombre de su abuelo que casi al principio del siglo XX apostó a un rubro de en una ciudad que arrancaba con su proceso de expansión, más aún en tiempos compulsivos de la economía nacional y mundial.

Luego, uno de sus hijos tomó el mando, actividad que hasta la pandemia dedicó. La enfermedad mundial que arrancó en 2020 obligó a pausar el trabajo para preservar la salud. Luis, quien desde hace casi 40 años está involucrado en el negocio, quedó al mando junto con sus hermanos del comercio.

“Es un trabajo de la familia y con la familia. Actualmente, el hermano más chico trabaja en la sucursal que tenemos en el barrio Fátima, mientras que mi hermano mayor y yo estamos en la casa central, en Uruguay y Trincheras. Nos ayudamos bien y vamos trabajando, superando las crisis, con la premisa de la adaptación a las necesidades del mercado”, dijo Luis, quien indicó que, en las últimas décadas, el negocio fue creciendo, sumando nuevas mercaderías e incorporando más materiales de un rubro como la construcción que es dinámico y va sumando tecnología y modernidad.

“Fuimos superando todas las crisis, ya que en todo este tiempo hubo crisis muy fuertes. En el medio, Posadas fue creciendo y siempre nos fuimos adaptando a las necesidades”, agregó.

La más difícil

De todas las crisis, una de las más fuertes fue la del 2001, que generó mucha incertidumbre en medio de una fuerte parálisis de la economía nacional.

“Fue muy duro, pero salimos adelante apoyándonos mucho y con mucho trabajo duro. En época de crisis, se sale con trabajo”, manifestó, al tiempo que señaló que actualmente la economía nacional otra vez atraviesa una fuerte crisis que afecta a diversos sectores: “Le estamos haciendo frente como familia y empresa pese a que no hay un piso para esta coyuntura”.

En marzo de 2020, la pandemia por el coronavirus irrumpió y obligó que don Luis Emilio padre y su mujer tomen distancia del trabajo cotidiano para resguardar la salud.

En ese momento, Luis junto con sus hermanos tomó la posta, en medio de un contexto de fuerte demanda de insumos materiales en junio, época de un boom de pedidos en el rubro de la construcción.

“Les costó mucho alejarse por la pandemia, ya que de un día para el otro no salieron. Ahora están más adaptados y tomaron conciencia de que era el momento de delegar”, expresó.

Al ser consultado sobre los próximos años, reflexionó: “El futuro es una gran inquietud, porque tenemos hijos que están haciendo una carrera universitaria. Veremos qué deciden, si continúan con el negocio o abren su propio camino. No hay mandatos, pero sí está la impronta de un negocio familiar el cual también vieron crecer”. 

 

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