Opinión

“Conservación inclusiva”: enfoque para recuperar la selva y afrontar las amenazas con las personas

domingo 07 de abril de 2024 | 6:05hs.
“Conservación inclusiva”: enfoque para recuperar la selva y afrontar las amenazas con las personas
“Conservación inclusiva”: enfoque para recuperar la selva y afrontar las amenazas con las personas

Por Fernando O. Miñarro Director de Conservación de la
Fundación Vida Silvestre Argentina

Los porqués de la importancia de conservar la selva misionera están hoy a simple vista de cualquier persona de un pueblo, de una ciudad o de una comunidad de esta hermosa provincia de caminos y senderos colorados. La selva en pie con su flora y fauna logran enfrentar los fenómenos extremos de un clima alterado brindando, junto a este, importantes servicios ecosistémicos como la provisión de agua segura, madera, alimentos y medicinas a la vida social y productiva de su gente. Cada vez menos ciudadanos son ajenos a estos beneficios que brinda una naturaleza en pie en un contexto de crisis climáticas y de pérdida de biodiversidad mundial.

La conservación de la naturaleza en el siglo XXI cobra más importancia que nunca y aplica un enfoque conocido como conservación inclusiva o, dicho de otra manera, conservación con enfoque de derechos humanos. Así entendemos y promovemos este desafío desde la Fundación Vida Silvestre Argentina como parte de la Organización Mundial de Conservación (la WWF por sus siglas en inglés).

Esto no es una ciencia, es simplemente un enfoque que deja detrás el paradigma clásico que consideraba a los grupos humanos sólo como una fuente de amenaza. Por el contrario, este enfoque busca reforzar lo que efectivamente implica el enorme desafío de conservar, entendiendo a los grupos humanos como parte, valorizando y manejando las relaciones sociales, económicas y ecosistémicas que tienen lugar en un paisaje.

Esto involucra la necesidad de un abordaje multidisciplinario e interinstitucional con diversidad de profesionales con diferentes perfiles, miradas y experiencias técnicas.

Abordemos un ejemplo para entender mejor de qué se trata esto. Entre las problemáticas que enfrentan las áreas naturales protegidas (ANP) nacionales y provinciales de la selva misionera, la caza de fauna silvestre aparece como una de las amenazas que no cesa y que por momentos parece hasta incrementarse. En Misiones es una actividad ilegal, sólo permitida para los pueblos originarios mediante sus métodos tradicionales.

Se trata de un problema que tiene diferentes orígenes y causas. Tenemos la caza vinculada al tráfico y comercio de fauna y sus partes, pero también la caza cuyas raíces responden a aspectos socioculturales o también en contextos económicos más complicados como los que se viven en la actualidad, a la posibilidad de tener acceso “gratis” a proteína animal como alimento.

En cualquiera de sus versiones afecta de forma directa e indirecta a especies críticamente amenazadas como el yaguareté y a las intrincadas relaciones ecológicas de las especies en la selva.

Al mismo tiempo las ANP están insertas en un paisaje socioproductivo en el que se delimitan áreas de amortiguación y corredores, que apuntan a que dichas áreas de conservación -objetivo central de los sistemas de áreas naturales protegidas- no queden aisladas como islas.

Queda claro entonces que no se trata de un problema que se puede abordar con un enfoque clásico unidimensional. Es así que desde Vida Silvestre trabajamos con los equipos de guardaparques y técnicos (nacionales y provinciales) dedicados a la extensión, monitoreo, control, vigilancia y educación ambiental incorporando conocimientos sobre una conservación con enfoque de derechos humanos para poder entender y diseñar mejor la estrategia para abordar el problema según sus posibles orígenes y causas.

Al mismo tiempo encaminamos trabajos de extensión y capacitación a comunidades rurales en las áreas de amortiguación y corredores que conectan a las ANP en el paisaje desde donde suelen provenir los “cazadores”.

Es un trabajo de puesta en valor de sus actividades económicas como la producción agropecuaria en combinación con la restauración de la selva en áreas sensibles, que son clave tanto para asegurar acceso a agua segura como también para permitir el tránsito de los otros habitantes de la fauna con los que es indispensable convivir.

En este enfoque fortalecemos el rol de las y los jóvenes, las mujeres y los hombres por igual. Y no lo hacemos solos, sino en articulación con otras instituciones que son clave en nuestro trabajo en el territorio, como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), el Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (Inafci) y los municipios, por mencionar algunos ejemplos. De esta forma impulsamos un círculo virtuoso que ayuda no sólo a recuperar la selva perdida sino también a reducir la problemática de la caza furtiva haciendo a la gente parte activa de una conservación que considera sus derechos, la conservación inclusiva.

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