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En todo el país hay solamente 500 para todos los parques nacionales

El rol del guardaparque: desde proteger al turista a las patrullas monte adentro

Martín Schripsema se desempeña en el Parque Nacional Iguazú y desde allí cuenta los pormenores de una profesión de riesgo, aventura y mucha dedicación
domingo 07 de abril de 2024 | 6:05hs.
El rol del guardaparque: desde proteger al turista a las patrullas monte adentro
El rol del guardaparque: desde proteger al turista a las patrullas monte adentro

Cada parque nacional requiere de cuidados y protección para su funcionamiento. Necesita de hombres y mujeres valientes que lo defiendan de los numerosos peligros que acechan. Es el caso del Parque Nacional Iguazú, donde los cazadores, pescadores y recolectores de flora principalmente representan una amenaza para las distintas especies, no sólo de la fauna sino también de la vegetación del lugar.

Martín Schripsema es uno de los hombres que lleva adelante la tarea de defensa, con vocación y convicción. Oriundo de Buenos Aires, desde hace 15 años se desempeña como guardaparques y lleva aproximadamente uno prestando servicios en el Parque Nacional Iguazú. Desde allí, contó a El Territorio la noble labor que realiza todo el equipo, que incluye además a los brigadistas, técnicos y administrativos.

Adujo que en Iguazú hay dos líneas de trabajo: “Por un lado, todo lo que tenga que ver con el público. El parque es de los más concurridos de Argentina, es visitado por gente de todo el mundo, que viene y está en un sector muy chiquito que es el Área de Cataratas. Nosotros somos los encargados de velar por la seguridad del lugar y fiscalizar los factores del lugar, como las empresas prestadoras de servicios, agencias de viaje, taxistas, guías, fotógrafos, comercios. Mucho de nuestro tiempo se va en el uso público. Si hay emergencias, nos encargamos de que lleguen los médicos, si aparece algún animal nos presentamos para tratar de retirarlo, nos encargamos de abrir los paseos, vemos que esté todo en condiciones, que no falten barandas, que no haya animales, y lo mismo al cierre”.

Mientras, “después está el monte, todo lo que tiene que ver con control y vigilancia. Hacemos recorridas y patrullas para tratar de disminuir el furtivismo en el parque, ya sea de especies animales como de vegetales. En animales, tiene que ver principalmente con la caza y la pesca”.

“En el río Iguazú hay mucha pesca que no es sólo deportiva, sino que también de extracción con redes y espineles, que son los que más problemas ambientales causan. Y después, la cacería; hay furtivismo de mamíferos y aves también. En lo vegetal, puntualmente en la extracción de palmitos. Esos son los tres grandes problemas que tratamos de disminuir en el parque: la caza, la pesca y la extracción vegetal”, sostuvo.

Peligro latente
Los guardaparques están constantemente expuestos a numerosos peligros. Martín explicó, en ese sentido, que “la problemática está en que los cazadores portan armas y en situaciones que se sientan acorralados no dejan de ser peligrosos. Cuando entramos al monte, entramos con equipos especiales, portando armas, justamente para estar al mismo nivel del furtivo. Nuestro trabajo es tratar de mitigar eso y que no llegue a mayores”.

“En nuestro trabajo no estamos solos, hay todo un equipo que hace a la administración del parque, no somos solos guardaparques. También hay brigadistas que no se encargan sólo de los incendios, sino también de la comunicación ante emergencias en los parques, también equipos técnicos que hacen apoyo en investigación, administrativos, somos muchos actores, un grupo integrado. También con otros actores que trabajamos con guardaparques de Brasil y de la provincia. Muchas veces trabajamos integradamente porque tenemos los mismos problemas. En conjunto sumamos más recursos y podemos trabajar más la problemática en lo que tiene que ver con los montes”, expuso.

Equipo del Parque Nacional Iguazú
Martín, junto al equipo del Parque Nacional Iguazú, recibió al turista número 1 de 2024.

Recursos
Además de las problemáticas que de por sí se encuentran en los parques nacionales, hay una que impacta de lleno y tiene que ver con los recursos, principalmente humanos. La poca cantidad de guardaparques y trabajadores de parques nacionales es alarmante en relación al espacio físico que se debe abarcar. A ello se sumó, en el último tiempo, una disminución de 80 trabajadores a quienes no se les renovó contrato desde Nación.

Al respecto, Schripsema manifestó: “A quienes no se les renovó el contrato eran técnicos o administrativos que aportan a que esto funcione. Parques nacionales hay en casi todo el país y somos sólo 2.200 empleados entre guardaparques, brigadistas y administrativos, en relación a la cantidad de áreas protegidas, reservas, áreas marinas, son lugares muy extensos, con muchas problemáticas”.

De esos 2.200 empleados, 500 son guardaparques, un número extremadamente bajo para todo el trabajo que se debe llevar adelante en todo el país. Puntualmente en el Parque Nacional Iguazú son menos de 30.

“Hay más de 50 lugares entre parques nacionales y reservas, y somos poco más de 500 para todo eso. Es muy bajo. Mi apreciación es que no es algo redituable, nadie hace política con la conservación. Es algo que año a año tiene más relevancia con el cambio climático, pero no es algo con lo que alguien va a hacer política. Es más política que haya más policías o fuerzas de seguridad que guardaparques. No está en la agenda política de ningún sector”.

En ese marco, aseveró que “igualmente hay provincias como Misiones que tiene muy buen sistema local, con sus propios guardaparques y trabajan a nivel local, provincial y son muy reconocidos. Hay provincias que no tanto. Del 100% de la superficie, el 10% debería ser reserva protegida. Tiene que ser política de Estado, pero tiene que ir de la mano del recurso humano”.

La vocación
Por todo ello, es clave la vocación de quienes se dedican a ser guardaparques. Vocación que en Martín estuvo desde muy chico y lo llevó a formarse en el área en Córdoba. “Desde 2009 que trabajo en parques porque lo disfruto, es mi vocación, me divierte y lo puedo vivir, porque tiene sus pros y contras; cuando se traslada, va con sus familias y es complejo”, contó.

Esta misma vocación es la que lo acompaña en las recorridas monte adentro, donde se arriesga la vida en cada paso. “Se entra caminando, buscando pisadas, siguiendo rastros. Estos trabajos también lo hacemos con apoyo de las fuerzas de seguridad federales y provinciales, quienes colaboran para combatir el mismo problema. La preparación tiene que ser física, mental, tenés que estar armado, equipado porque a veces el ambiente es hostil; por ello, cada año nos capacitamos, tenemos la portación que se renueva de forma anual para lo que hay que capacitarse”, dijo.

Desde Iguazú, su quinto destino como guardaparque (estuvo en Neuquén, Santa Cruz, San Luis, Buenos Aires de forma previa) Martín muestra la vida y la importancia que tiene el papel del guardaparque no sólo a la hora de visitar un parque nacional, sino también en la conservación y futuro de las especies.

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