Se erigió a través de un sistema de canje con los vecinos
Lowe fue la primera concesionaria de Eldorado y lleva 87 años de vida
Uno de los negocios más longevos de Eldorado es la concesionaria Lowe, que ya lleva 87 años de trayectoria. Desde sus inicios observó el avance y el progreso de la Capital del Trabajo y soportó diversas crisis que pudo esquivar. Y en el medio fue testigo de la modernización de la producción.
“La agencia comenzó a funcionar el 13 de septiembre de 1934 y fue la primera concesionaria oficial de una fábrica de vehículos en Eldorado. Antes había un taller propiedad de Deggener, que era una subagencia de una agencia oficial de Posadas, que estaba ubicado en el kilómetro 2 de la ciudad. En 1934, mi familia compró el taller; hasta 1936 que nos mudamos a la actual ubicación del kilómetro 4, funcionó allí la concesionaria”, rememoró Frances ‘Paquita’ Lowe.
Como gran parte del desarrollo de Eldorado, la construcción de la nueva agencia fue posible al intercambio de favores entre los vecinos.
“La agencia se pudo construir mediante un sistema de canje con los carpinteros, que ellos hacían los trabajos y se les pagaba con vehículos. Era una época donde este intercambio o canje era posible”, recordó Lowe.
Como toda empresa o comercio de larga trayectoria, la agencia debió soportar crisis a lo largo de su historia.
“Diría que la más difícil fue la época de la guerra (en referencia a la Segunda Guerra Mundial). No había autos, los autos venían desarmados y los teníamos que montar nosotros, muchas veces faltaban piezas. Fue una época muy dura en la que para poder seguir llevando adelante la empresa comenzamos a vender heladeras a kerosén, cocinas a leña, productos Eveready, etcétera”, relató.
Pero no fue el único momento de zozobra de la firma: “Otras etapas difíciles fueron el Rodrigazo (mediados de la década del 70), cuando se implementó la 1050. Y por supuesto el 2001. En ese año nos quedamos prácticamente sin capital de trabajo, pudimos seguir adelante con una baja importante en número de personas que trabajaban, gracias a una reserva de monte que teníamos, vendíamos leña, abono que se producía en la Estancia Las Mercedes, fue muy difícil”.
“Fue hasta que nos hicimos cargo de Volkswagen en la provincia y comenzaron los planes de ahorro que comenzaron a mover el mercado automotror. A eso ayudó una mejora de la economía en general que se dio en los años posteriores cuando se movilizó la construcción y nosotros, gracias al crecimiento que tuvimos, comenzamos a profesionalizar la actividad mediante la contratación de un consultor externo brasileño”, reconoció.
Actualmente el mercado automotor atraviesa un momento complicado: “Hay ventas. La gente compra autos, pero hay problemas con las entregas de vehículos porque la demora para la entrega puede llegar hasta cuatro meses. Es difícil el momento porque también hay problemas con los repuestos de algunos autos. En Brasil, Ford (la otra marca que comercializa Lowe) cerró dos fábricas, por lo que desaparecieron modelos. Y hay un tema que se debe comprender: el 60 por ciento del valor de un auto son impuestos y si se paran las ventas también es menos dinero que recauda el Estado por ese concepto”.
Actualmente la empresa tiene 120 empleados. “En algún momento llegamos a tener 160, hoy estamos en los 120. Y en las peores épocas tuvimos sólo 27. Pero quiero rescatar dos cosas para finalizar: una es que en muchas oportunidades pudimos seguir trabajando gracias a los empleados que tuvimos, que entendieron la situación difícil por la que atravesábamos; y la segunda es que nuestra empresa ya tiene cuatro generaciones que la llevaron adelante. Para que se entienda un poco más: estadísticamente sólo el 25 por ciento de las empresas sobreviven a la segunda generación. Y nosotros ya vamos por la cuarta”, reflexionó Lowe.
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