Durante décadas se dedicó al servicio doméstico y a la crianza de sus hijos

A los 71 años Valeria cumple el sueño de viajar y bailar en una comparsa

Realiza actividad física, es modista y forma parte de distintos cuerpos de baile. “Estoy viviendo mi verdadera juventud ahora”, expresó la vivaz y plena mujer
domingo 31 de marzo de 2024 | 6:05hs.
A los 71 años Valeria cumple el sueño de viajar y bailar en una comparsa
A los 71 años Valeria cumple el sueño de viajar y bailar en una comparsa

Para muchas mujeres el poder jubilarse significa llegar a una época de cumplir todos aquellos sueños que por el cuidado del hogar y la crianza de los hijos no pudieron hacer. Este es el caso de Valeria Tabárez, quien a sus 71 años realiza sus sueños de viajar, bailar folklore, integrar una comparsa, dedicarse a la jardinería y además trabaja como modista.

Con amor propio, una mente positiva y perseverante, hoy vive todo aquello que por condiciones económicas o por ser ama de casa no pudo.

“A veces estaba en mi casa haciendo mis quehaceres y veía en la tele los hermosos paisajes de otras provincias y pensaba que jamás podría llegar a cumplir eso. Crié seis hijas, por años me ocupé del hogar y también trabajaba haciendo servicio doméstico en varias casas”, relató la mujer, que hoy, con doce nietos y sus hijos grandes, pudo superar los obstáculos y vivir la vida con plenitud.

Hoy, en su prolijo y ordenado cuarto de costura, entre lentejuelas y telas, Valeria se pasa gran parte del día cosiendo trajes de la comparsa, vestidos para sus nietas, accesorios y un sinfín de productos minuciosamente diseñados. Según comentó, es una de las actividades que le relajan así como el cuidado de su jardín y sus planteras esparcidas en su acogedora y colorida galería. Así es que su manera de vivir refleja alegría, coraje, optimismo y mucha vitalidad.

 En una entretenida y armoniosa charla con El Territorio, Valeria relató su historia transmitiendo un mensaje de amor propio y perseverancia y animando a todos los adultos a que no se queden encerrados sino que salgan a vivir la vida plenamente.

Perfumada, coqueta y elegante, la posadeña comentó que su primer destino fue Mendoza. “Después fui a San Luis, a Córdoba, que es un lugar espectacular, Salta, Jujuy y así visité varias ciudades. Sin muchos recursos y en cuotas empecé a costear los viajes y cuando me di cuenta, estaba cumpliendo un sueño. Siempre le digo a mi compañera del Club de Abuelos que se anime a salir, a ser positiva, a salir adelante y a no poner peros en la vida”.

A su vez, expresó que le gusta ir a acampar a lugares turísticos regionales. Su yerno, su hija o algún familiar la invitan y ella siempre tiene la mochila, la carpa y el colchón arreglado como para no perder tiempo y salir a una nueva aventura.

“Mi marido siempre trabajó y tenía la oportunidad de salir o realizar alguna actividad mientras yo cuidaba a los niños. Un día le dije que cuando mis hijas estuvieran grandes y no necesiten más de mí, yo iba a salir a disfrutar mi vida. Lo dije por decir, sin pensar que hoy se me está cumpliendo”, sostuvo la mujer.

Durante su trayectoria, tuvo la oportunidad de sumar viajes por el interior junto a su consuegra o con amigos que trabajaban en la política. Asimismo, contó que aparte de dedicarse a los trabajos domésticos siempre buscó ganarse su dinero con algún trabajo extra. “Hago de todo, vendí lencería, fui vendedora y representante de una marca de joyas y ahora desde hace un tiempo también me dedico a vender ropa de segunda mano. Voy a la feria del barrio, porque no tengo movilidad como para ir a otros lugares, pero tengo una amiga que tiene un auto y a veces coordinamos para feriar y así aprovecho para llevar más cosas”, relató Valeria con un semblante feliz de hacer lo que le gusta.

Según mencionó, la ropa que vende es de temporada e impecable. Entre los artículos, vende vestidos de fiesta, zapatos

El baile

Hace cinco años, a través del Club de Abuelos, Valeria pudo integrar distintas actividades como así también formar parte de un grupo de folclore, de teatro y es así que forma parte de la agrupación Retumbo Pampa y también en la comparsa del club.

 “Nuestra profesora de teatro fue quien organizó todo y con el grupo de baile ya viajamos a Eldorado, Oberá y el año pasado nos fuimos a Corrientes por tres noches a bailar con Marabú, que nos invitaron, nos hicieron el traje y fueron días hermosos de sueños cumplidos”.

Si bien gran parte de aquellos anhelos tan lejanos a cumplirse hoy son realidad, todavía quedan muchas experiencias por las que luchar. Uno de los sueños pendientes que la posadeña nunca pudo cumplir fue aprender a bailar tango y viajar a la Patagonia.

“Me encanta toda esa mística de la comparsa, todo lo que sea movimiento, el baile y también me gusta el folclore que es lo que estamos haciendo ahora en teatro. Actuamos cuando hay pesebre viviente, hacemos actuaciones el 25 de mayo con vestimenta de damas antiguas. Yo me hago toda la ropa y los trajes; no soy modista, pero hago. Les hice a todos los del club la chaqueta con el shorcito que usamos en nuestras presentaciones”, aseveró en cuanto a su trabajo y participación en las distintas actividades culturales.

El día a día de Valeria

En su día a día, organiza y cuida de sus plantas, pasa horas diseñando y costurando distintos accesorios, realiza manualidades y siempre busca alguna tarea ya que según ella, no puede estar sin hacer nada.

“Estar ahí sentada mirando la tele no es lo mío, entonces voy a mi pieza de costura, en donde ya tengo una cama porque me canso mucho y de a ratos me acuesto a reponer energía. Hago bolsitas, separadores, individuales y los vendo.  Soy joven y abuela, llevo una vida plena, soy feliz y me amo. Siempre le digo a mis amigas y a mi gente, que tienen que quererse, que tienen que confiar que van a salir adelante y van a ser felices sin importar lo que les pase”.

En los próximos días, planeaba empezar las clases de futsal y robótica. Además comentó que hace unos días fue hasta la Escuela de Robótica a inscribirse para aprender nuevos conocimientos y a firmar un contrato para acceder a las clases como adulta mayor.

“Ahora que mi marido está jubilado, a veces se engancha a alguna actividad, pero no le gusta tanto viajar y demás así como a mí me gusta. Él ahora está cansado, aparte tiene marcapasos y ese es su miedo. A la tardecita, cuando baja el sol, sale a caminar, pero le gusta quedarse en casa”.

A su vez, relató que sus hijas y sus familiares están muy felices con el nuevo estilo de vida que adoptó, animan a Valeria y le aconsejan a que haga lo que le guste y la haga feliz.  Algunas personas al notar su cambio le dijeron que se quede en casa a cuidar a sus nietos, pero sus propios yernos son lo que la impulsaron a viajar y a disfrutar su vida.

“Me dijo mi yerno que la abuela está para malcriar, no para cuidar nietos. Mis nietos me visitan seguido, a veces salen del colegio y vienen un ratito”, dijo la abuela muy contenta.

De igual forma, recordó los malos momentos que atravesaron su vida, no sólo económicamente, pero que hoy todo eso la hizo más fuerte, le hizo tener carácter, le ayudó a tener dominio propio y a poner límites. Todas esas situaciones que muchas veces la hicieron llorar, permitieron que hoy esté más fuerte con una vida totalmente revertida a los tiempos pasados.

“En cuanto a mis salidas, hasta mis nietas me apoyan y me dicen que disfrute. Uno aprende y sale adelante porque algunos creen que no, que te quedas encerrado pero hay que salir de la zona de confort”, concluyó la alegre y sonriente Valeria, animando a todas las personas a que no queden encerrados sino a que salgan a disfrutar de la vida.

 

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