La historia demanda la vuelta del desafío

Una pasión que desafía los límites

El Aguas Abiertas es sin dudas el deporte más controversial de todos debido a la tragedia del Cruce. Su retorno fue en 2018 y hoy pide aún más pista
domingo 11 de febrero de 2024 | 6:05hs.
Una pasión que desafía los límites
Una pasión que desafía los límites

Por Fernando Galarraga
deportes@elterritorio.ar 

La tradición de las aguas abiertas en Misiones se remonta a décadas atrás cuando los primeros profesores de Educación Física, mayormente formados en Santa Fe debido a la inexistencia de carreras en la provincia, y motivados por la necesidad de nadar comenzaron a explorar las aguas del río Paraná. En aquel entonces los natatorios eran escasos y la natación en piscinas era un deporte poco difundido.

Las altas temperaturas características de la región llevaron a que las comunidades se volcaran hacia el Paraná, aprovechando las condiciones propicias para practicar actividades acuáticas y prolongar sus brazadas más allá de los límites de una piscina convencional.

El pasado domingo se inició el calendario en la bahía El Brete. foto: Matías Peralta

Pero el deporte acuático encontró su momento cumbre en el famoso Cruce del Paraná, una competencia que durante 80 ediciones fue escenario de proezas, récords y la participación de nadadores de todo el país. Sin embargo, en la edición número 80, ocurrió la Tragedia del Paraná debido a fallas en la seguridad, dejando como saldo ocho víctimas mortales y generando un profundo impacto en la comunidad deportiva y en la provincia.

Tras este lamentable suceso, el cruce del río se detuvo por un período extenso, marcado por el temor y la incertidumbre. Sin embargo, en 2018, impulsado en parte por la presión de los nadadores y con un enfoque renovado en la seguridad, se retomaron las competencias, esta vez con un sistema de bollado cerca de la costa posadeña.

A pesar de los avances, el Cruce del Paraná no se volvió a realizar, en parte debido a la falta de colaboración del país vecino, Paraguay, que optó por no participar en eventos relacionados con la organización deportiva de dicha competencia.

En enero de 2010 la tragedia sacudió al deporte.

Rubén Ariel Alfonso (52), profesor nacional de educación física, guardavidas y buzo, es un apasionado nadador de aguas abiertas de Posadas y compartió con El Territorio sus experiencias.

“Mis inicios se fueron dando con la búsqueda de poder nadar. El río nos ofrecía un espacio único, desde el anfiteatro hasta el viejo Brete, y también aprovechábamos la laguna San José cuando existía”, relató Alfonso. “Siempre con todas las precauciones y atentos al estado del río, evitando nadar en condiciones adversas como con descargas o fuertes corrientes”.

“Tiempo después, cuando inicié la carrera de profesor de Educación Física, tuve el honor y el placer de conocer al profe León Seró. Él tenía un amor por el río que nunca había visto en ningún otro profesor. Cada vez que ingreso al río, siempre recuerdo al profe León. Su visión de querer que se realicen muchísimas actividades en el río, como la instalación de muelles cada 200 metros, mostraba su profundo apego al río y su deseo de hacerlo accesible para todos”, comentó Alfonso.

Con respecto al aumento del volumen del río Paraná y los cambios significativos en las corrientes, explicó que “el río ahora es mucho más impredecible, pequeños vientos pueden desencadenar un aumento considerable en el oleaje, también surgieron nuevas bahías y cambios en los canales. Por estos cambios es que la práctica del nado costero se volvió fundamental para garantizar la seguridad de los nadadores”.

Cambios que trajo la tragedia

La Tragedia del Paraná, que dejó una profunda marca en la comunidad, también impulsó cambios significativos en la seguridad acuática de la región. “A partir de ese trágico evento se tomaron medidas para profesionalizar la tarea de los guardavidas”, señaló Alfonso. “Hoy en día, nuestros guardavidas están altamente capacitados, incluso trabajan en el extranjero y son muy apreciados en países como Brasil y Australia”, agregó.

A pesar de los desafíos y las tragedias pasadas, la satisfacción de nadar en el río Paraná sigue siendo incomparable. “El río tiene una mística única. Es agua viva, en constante movimiento, que te conecta con la naturaleza de una manera que una piscina no puede igualar. Todos los nadadores, incluso aquellos que prefieren la piscina, deberían experimentar la emoción de nadar en aguas abiertas al menos una vez”, expresó.

La búsqueda desesperada de familiares y Prefectura dejó perplejos a todos. fotos: archivo el territorio

“La Tragedia del Paraná fue una sucesión de factores que no debieron haber ocurrido”, reflexionó Alfonso. “Yo estaba listo para competir ese día, ese 16 de enero, y la historia la puedo contar porque ese día cumplía años mi mamá, ella quería que esté temprano para hacerle el asado. Le había dicho que iba a cruzar el Paraná y después me iba a hacerle el asado y se enojó conmigo, me retó, me dijo que no me iba a hablar más. Tuve que desistir de ir a nadar por esa circunstancia y quién sabe por ahí yo hubiese quedado también en ese lugar y no contar la historia. No me tocó a mí por suerte, al parecer el corazón de la madre siempre sabe más de estas cosas”, comentó el profe.

Asimismo, a raíz de este trágico suceso se evidenciaron deficiencias en la formación y preparación de los guardavidas. “Se descubrió la falta de guardavidas experimentados para cubrir el evento”, explicó Alfonso. “Esto llevó a una profesionalización más profunda de la tarea del guardavida, con la creación de escuelas donde se imparte una formación integral, tanto física como mental, con énfasis en las técnicas de salvamento acuático”, agregó.

A pesar de los desafíos, Alfonso encuentra en el río Paraná una fuente inagotable de satisfacción y compañía. “Nadar en el río es una experiencia indescriptible. La mística del río, su movimiento, su frescura, lo hacen único. Nadar con mi hija, con amigos, exalumnos o colegas, es una sensación incomparable”, compartió.

Además de su pasión por la natación, Alfonso también se destaca en otras disciplinas deportivas, desde el fútbol hasta el trail running. “El deporte es parte fundamental de mi vida, desde competir en la Liga Interprofesional de Fútbol hasta correr trails en el monte con mi hijo, siempre busco desafiar mis límites y mantenerme activo”, comentó. Con un mini gimnasio en su casa, Alfonso se esfuerza por mantenerse en forma y saludable, con un régimen de entrenamiento que incluye nueve estímulos semanales. “No se trata sólo de alto rendimiento, sino de mantener un estilo de vida activo y saludable en todas las etapas de la vida”, concluyó Alfonso.

Deporte y seguridad

Por otra parte, el director de Deportes Náuticos, Balnearios y Costanera, Isaac Villalva, destacó el notable aumento en la actividad deportiva en el río, especialmente en la zona de Posadas. “Hemos observado un incremento significativo en la participación de la comunidad en actividades como la natación, canotaje y kayak”, afirmó Villalva.

Este aumento en la popularidad de los deportes acuáticos llevó a una mayor demanda de espacios y servicios relacionados. “Es evidente que más personas están poniendo su atención hacia el río, ya que es más accesible y seguro para la práctica de estas actividades”, señaló el director.

Sin embargo, con el incremento en la actividad, también surge la necesidad de reforzar las medidas de seguridad. Villalva hizo hincapié en la importancia de informar a las autoridades locales antes de emprender cualquier excursión acuática. “Siempre es fundamental notificar a los guardavidas o a la prefectura sobre nuestros planes en el río. Además, es esencial contar con los elementos de seguridad adecuados, como chalecos salvavidas y silbatos”, advirtió.

El enfoque en la seguridad no frenó el entusiasmo por explorar y disfrutar de los recursos naturales que ofrece el río Paraná. “Creemos que es posible realizar estas actividades de manera segura, siempre y cuando se tomen las precauciones necesarias y se respeten las recomendaciones de las autoridades”, aseguró Villalva.

Asimismo, el director resaltó el potencial del río como un espacio para el ocio y el deporte. “Consideramos que todavía hay muchos espacios por explorar y desarrollar. La vista espectacular que ofrece el río atrae tanto a residentes como a turistas, y el disfrute de estos espacios no tiene precio”, comentó.

Con una combinación de seguridad, promoción y desarrollo de infraestructuras, los deportes en el río Paraná continúan posicionándose como un destino ideal para los amantes del deporte náutico, ofreciendo oportunidades tanto recreativas como competitivas en el majestuoso escenario.


A 14 años de lo peor

El sábado 16 de enero de 2010, en la 80ª edición del Cruce del Paraná, al menos 40 personas, entre nadadores y remeros, que partieron del club Pacú Cuá, de Encarnación, fueron arrastradas por la corriente hacia unas de las barcazas que estaban ancladas en aguas del vecino país y esa combinación fue fatal. Entre la desesperación y tratar de ayudar a otros, perdieron la vida Fernando Solé Mases (12), Nicolás Levequi (14), Sebastián Ruzecki (19), Mauro Bacigalupi (28), Víctor Sessa (36), Luis Saide (56), Manuel Leiva (57) y Eugenio Raúl Seró (59).

 

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