Cuando las expectativas juegan una mala pasada

domingo 19 de noviembre de 2023 | 6:05hs.

Por supuesto que las intervenciones de la psicología en el profesionalismo pasan a ocupar un papel determinante.

Uno de los casos más resonantes es el de Emiliano Martínez. El campeón del mundo con Argentina y reconocido como el mejor arquero del mundo en la temporada pasada, ventiló la importancia que tuvo el respaldo psicológico a lo largo de su vida.

Antes de escribir este presente extraordinario, el Dibu estuvo mucho tiempo de ‘préstamo en préstamo’ sin consolidarse como titular en varios clubes de Europa. Tanto fue este desencanto por no lograr esa estabilidad que hasta pensó en colgar los guantes.

“Lloré muchas noches, viajé 200 mil kilómetros, fui a préstamos feos, lindos, a lugares horribles, la pasé mal, quise volverme a Argentina, quise dejar el fútbol, quise dejar a mi agente desde los 12 años. Hay muchas cosas que pasé que sólo mi mujer conoce”, reveló Martínez hace un tiempo atrás.

Pero antes de caer en un pozo, el arquero comenzó a hacer terapia para no perder la pasión por el fútbol y fue el psicólogo David Priestley, exintegrante del staff de Arsenal de Londres, el que lo terminó por convencer. Así aprendió a manejar las frustraciones y su personalidad dentro de la cancha para consolidarse en el Aston Villa inglés y convertirse en prócer de la Selección.

“Mi cabeza ahora está más centrada que nunca, gane o pierda. Con lo que exige el fútbol, todo jugador necesita un psicólogo” sentenció el marplatense de 31 años.

Hoy Martínez le da tanto espacio a la mentalidad que la utiliza como herramienta para sentirse más seguro de sí mismo y para disminuir al rival en los momentos cumbres como una tanda de penales. El “mirá que te como” no es casualidad, es causalidad.

La presión del entorno

Más allá de las luces de los deportes estelares como el fútbol, se encuentran otros que no tienen un brillo similar y sus deportistas penden de un hilo en todo tipo de sentido cuando no cumplen las expectativas, hasta sufren abandono de los que les habían tendido una mano. 

En los últimos Juegos Panamericanos de Chile 2023 la tiradora Fernanda Russo logró la primera medalla plateada para la delegación argentina y de yapa consiguió el boleto a los Juegos Olímpicos, sus terceros con apenas 24 años.

La cordobesa copó la escena con un grito desaforado entre lágrimas. Y es que detrás de ese desahogo había algo que contar.

La tiradora vivió años difíciles después de la cita olímpica de Tokio 2020 y le costó mucho volver a encontrar el rumbo.

“La vida que me imaginaba para mí había perdido totalmente el sentido. Hubo ataques de pánico y miedo a todo. Una parte mía se había ido llevándose todo”, reveló, recordando esa actuación en la capital japonesa que quedó lejos de sus expectativas: fue 40° entre 50 competidoras.

Russo se apoyó en su familia para salir adelante después de este fracaso hasta lograr el podio en la ciudad de Santiago el pasado mes de octubre.

“Hay que buscar ayuda. Darte cuenta cuando las cosas no están bien, hablarlo, porque en realidad no hay debilidad en mostrar debilidad. La única manera de salir de esto es apoyarse en la gente que uno tiene, que lo quiere, que lo cuida y poniéndose a uno por encima de todo”, cerró la atleta que mostró las cartas de un asunto que queda por resolver cuando las expectativas pesan por demás sobre una espalda.

 

Informe de domingo

Salud mental, complemento necesario

Entre la piel del basquetbolista y la mentalidad del psicólogo

“Hay muchos clubes que ya trabajan con psicopedagogía”

“Lo mental es el 50 por ciento, hay que hacer mucho hincapié ahí”

“El atleta con exceso de autoconfianza subestima la situación”

Cuando las expectativas juegan una mala pasada

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