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Cuenta con una amplia trayectoria en la captación de talentos

“Lo mental es el 50 por ciento, hay que hacer mucho hincapié ahí”

Adrián Báez contó que se sigue preparando para afrontar las distintas problemáticas que se presentan con los atletas, tanto en el alto rendimiento como en los que recién se inician
domingo 19 de noviembre de 2023 | 6:05hs.
“Lo mental es el 50 por ciento, hay que hacer mucho hincapié ahí”
“Lo mental es el 50 por ciento, hay que hacer mucho hincapié ahí”

A pesar de su larga trayectoria en la formación de atletas, el entrenador Adrián Báez se define a sí mismo como una persona en construcción, que se encuentra evolucionando y que para poder estar a la altura de las circunstancias necesita seguir aprendiendo y capacitándose en las distintas áreas que abarca su profesión.

El máximo referente de la lucha olímpica en la provincia de Misiones dialogó con El Territorio acerca de la importancia de la salud mental en los atletas de alto rendimiento, pero también hizo hincapié en la formación de los niños que recién empiezan a incursionar en esta actividad deportiva y los distintos contextos que los atraviesan y que, en definitiva, son los que los marcan para determinar si con el correr de los años llegan o no a convertirse en deportistas de elite.

“Soy una persona en construcción y constantemente voy evolucionando. Sigo pasando por etapas de aprendizaje, constantemente estoy aprendiendo. El hecho de formar personas, formar atletas, hace que yo también me siga formando. Estoy obligado a crecer mientras esté enfocado en la formación de atletas y de niños”, enfatizó Báez en el inicio de su diálogo con este medio.

El entrenador contó que hace varios años realiza cursos de coaching que lo ayudan a poder sobrellevar de la mejor manera las distintas problemáticas.

Entre lo físico y lo mental

“El mundo del alto rendimiento requiere de una preparación más elevada. Los atletas de alto rendimiento permanentemente están adoleciendo. Son muchachos y muchachas que dejan sus familias, amigos, su vida social y se meten en una vida de esfuerzo, de sacrificio, de principios que no son comunes si comparamos con otros chicos”, explicó.

Y luego agregó que “el atleta de alto rendimiento está permanentemente entrenando bajo estrés. Entrenan al máximo y eso hace que estén siempre al borde de la lesión, y por otra parte está lo mental. Lo mental es el 50 por ciento, hay que hacer mucho hincapié ahí”.

Antes este escenario, Báez explicó que últimamente se le presentó un interrogante acerca de qué hacer con su carrera, porque según él y su experiencia, para ser un entrenador de alto rendimiento hay que prácticamente dedicarle la vida a esa profesión, dejando de lado otras cosas importantes como la familia y las amistades.

“En esta última etapa estuve muy involucrado con este tema de lo mental, viajé para hacer una preparación con entrenadores de alto prestigio. A veces me pregunto en qué me voy a convertir si sigo con esto. Los entrenadores de alto rendimiento tienen que dedicar sus vidas a la profesión y muchos van quedando solos, pierden a sus familias. Es una actividad que requiere estar full time, uno se vuelve su fantasma. Tiene que saber qué comen, cuándo duermen, cuándo salen. Hay que estar muy encima del atleta”, enfatizó.

Volver a las bases

Báez se considera un formador de atletas, muchos de ellos lograron llegar al máximo nivel y hoy compiten en los torneos internacionales de la disciplina. Pero más allá de las metas y los logros personales de cada uno, lo que el entrevistado pretende es formar personas de bien y en el trabajo con los pibes que recién se inician también la parte mental y emocional es la clave.

“Yo soy un formador, tengo que volver a las bases. Desde mi experiencia personal, la edad para empezar con la lucha olímpica es a partir de los 9 o 10 años. En los niños lo mental también es fundamental. Las emociones juegan un papel preponderante y el miedo es uno de los fantasmas que hay que vencer. Cuando son chicos es un poco más fácil porque se los forma a través del juego. La etapa de la adolescencia es la más compleja. Hay que formarlos de chicos para que tomen conciencia y sepan cuáles son los valores fundamentales para que puedan cumplir sus sueños y sepan elegir entre lo bueno y lo malo”, analizó Báez.

En otro tramo de la charla con El Territorio, el papá de Ricardo Báez manifestó que existe una diferencia muy marcada entre los deportistas que recién se inician y vienen de una familia ‘acomodada’ y aquellos que provienen de un contexto más humilde, especialmente en los barrios periféricos de Posadas, desde los cuales él consiguió a sus mejores atletas.

“La lucha es un deporte olímpico muy exigente. A los chicos que vienen de un contexto de clase social más cómoda les cuesta desarrollarse en cuanto a los parámetros de esfuerzo que tiene que enfrentar, la tolerancia al dolor, al estar muy cómodos. Por eso me incliné en ir a buscar talentos en los barrios un poco más humildes. Ahí los chicos tienen otros tipos de estímulos y están más adaptados a lo que necesitamos para un deporte como la lucha. Sus cuerpos y sus mentes están más adaptados a las adversidades y se les hace más fácil adaptarse a la actividad que realizamos nosotros que es un poco dura”, argumentó.

“Con estos chicos hay que prestar mucha atención a cómo vienen de sus casas. Si es una persona resiliente, si tiene capacidad de perseverancia. Ver con qué valores vienen desde las casas, eso es fundamental”, dijo.

Alimentación y educación

Adrián Báez reconoce que la genética juega un rol fundamental a la hora del desarrollo de un deportista, pero también cree que la alimentación que obtuvo desde pequeño y la educación que se le brindó en la casa también son muy importantes.

“En la alta competencia juega mucho la genética del atleta, pero la alimentación y la educación también son claves. En esta profesión además de entrenador tenemos que saber de nutrición, de preparación física. El tema de la alimentación es una problemática que se nos presenta porque necesitamos que los pibes estén bien alimentados para darle un entrenamiento exigente. Tenemos que ser psicólogos, acompañarlos cuando están tristes o sin ganas. Saber reconocer los momentos porque muchas veces ellos no lo cuentan. La formación de un chico es como educar a un hijo. Uno va caminando y creciendo con ellos, siempre tratando de dar lo mejor en conjunto con la familia”, destacó.

Y para finalizar, resumió lo que se necesita para ser un buen formador de atletas de elite y de personas de bien para la sociedad del mañana, para lo cual aseguró que resulta fundamental el rol del Estado, en el caso de Misiones, con el Ministerio de Deportes.

“Para ser un formador de atletas hoy en día hay que abarcar una gama de capacidades extras. Contamos con el Ministerio de Deportes que nos acompaña muchísimo en la formación de los chicos. Ahí tienen psicólogos deportivos, preparadores físicos. Con esto cambia la cuestión porque es un trabajo más completo. Tenemos un respaldo”, cerró.

 

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