La mujer hizo tres denuncias y pidió un botón antipánico que jamás recibió

La segunda oportunidad de Marcia: "Me dejaron sola y a merced de un asesino"

Su ex pareja, Adrián Zuachzer (26), le asestó 13 puñaladas en una plaza de Villa Bonita. “El protocolo de protección a las víctimas conmigo no funcionó”, lamentó la sobreviviente.
domingo 30 de julio de 2023 | 6:05hs.
La segunda oportunidad de Marcia: "Me dejaron sola y a merced de un asesino"
La segunda oportunidad de Marcia: "Me dejaron sola y a merced de un asesino"

Marcia Noemí Mattoso tiene 28 años y es consciente de que en su vida ocurrió un milagro. Lo agradece y sigue, tratando de ser fuerte, aunque física y emocionalmente está rota. El jueves 22 de diciembre del año pasado su expareja y padre de dos de sus tres hijos, Adrián Zuachzer (26), la atacó a puñaladas en la plaza central de Villa Bonita, municipio de Campo Ramón. Ya había amenazado con hacerlo, ella llegó a denunciarlo tres veces e imploró medidas de protección que nunca recibió. Fueron 13 cuchilladas en distintas partes del cuerpo que afectaron órganos vitales y la dejaron al borde de la muerte, en terapia intensiva del Hospital Samic de Oberá durante nueve días. Cuando las posibilidades eran mínimas, los médicos que la operaron tenían pocas esperanzas y su papá hasta había comenzado a averiguar costos de servicios funerarios, ocurrió la milagrosa recuperación. Despertó del coma y salió adelante pero con secuelas permanentes.

"Lo tomo como una segunda oportunidad", reconoció Marcia, quien siete meses después regresó con El Territorio al espacio público donde fue atacada.

"Siento que hubo un antes y un después, aunque el después es mucho peor que el antes porque si bien estoy viva y él (acusado) está preso, la realidad es que este tipo me arruinó para siempre, a mí y a mi familia", lamentó conmovida, y amplió: "Antes vivía de manera normal pese a las amenazas de muerte, porque nunca pensé que podría llegar a cumplirlas. Salía a trabajar, a pasear con mis hijos, tenía una vida social activa, sueños y objetivos por cumplir, pero ahora estoy rota, sin saber de qué manera reaccionar ante esta desgracia que me toca atravesar".

La joven mencionó consecuencias irreversibles en su salud. "Perdí la movilidad de un brazo, sufro constantes taquicardias por los problemas de corazón, que los tendré por el resto de la vida, uno de mis pulmones fue perforado y cuando camino mucho me agito, me cuesta respirar, me duele; tengo afectado el hígado, así que debo cumplir una dieta estricta con muchos alimentos prohibidos y mis intestinos también fueron dañados con las puñaladas".

Eso se suma a su frágil estado emocional: "Las pesadillas son horribles, tengo ataques de pánico y mucho miedo, en este momento estoy temblando, me cuesta mucho pasar por este lugar, al punto que ni a mis chicos los puedo traer a la plaza. Todo es distinto".

Si bien Marcia dijo tener recuerdos borrosos sobre la noche en que fue atacada, confirmó que en ese momento estaba vigente sobre Zuachzer una medida judicial de prohibición de acercamiento hacia ella y sus hijos por las denuncias que había hecho.

"Era la tercera denuncia que le hacía, recuerdo en la última haberle implorado a los policías que lo detuvieran porque me seguía amenazando por diferentes vías, hasta llegó a reventar a golpes tres veces la puerta del departamento que estaba alquilando en ese momento, pero me decían que no podían hacer nada porque no tenían una orden judicial".

"Entonces ahora, viendo todo lo que pasó desde más atrás, queda claro que con la inacción dejaron que se prepare y haga lo que hizo, en tanto a mí me dejaron sola y a merced de un asesino", lamentó la joven, admitiendo que "hubo alertas, hubo denuncias, les pedí el botón antipánico varias veces, pero nunca me lo dieron. El protocolo de protección a las víctimas conmigo no funcionó".

Marcas de la violencia

El estado de Marcia al llegar al Hospital Samic de Oberá, con tantas puñaladas en el cuerpo, era desesperante. "Me agarró de atrás, del cuello y con la primera puñalada, que perforó uno de mis pulmones, me desvanecí, no sé qué pasó después, pero no me soltaba y me seguía lastimando frente a mis hijos", contó la madre, mencionando que "los médicos no me daban esperanzas, me dijeron después que hicieron todo lo que estaba a su alcance pero esperaban lo peor. Y en determinado momento, después de nueve días salí del coma, días después me pasaron a sala común y no pasó mucho más que me dieron el alta. Por eso creo que fue milagroso, más allá de lo que hicieron los doctores para mantenerme con vida".

Tres cicatrices en el pecho, otras más en la espalda, también en los brazos y en las piernas, serán marcas perpetuas de la violencia en el cuerpo de Marcia, que entiende continúa sufriendo desde otros ámbitos porque "como víctima de un hecho tan traumático y violento no tengo asistencia psicológica, por ejemplo, nunca la tuve, ni mis hijos, tampoco tengo dinero como para afrontarlo por mis propios medios. No puedo trabajar, me han transformado en una persona con discapacidad y subsistimos con la Asignación Universal por Hijo. Entonces, otra vez me siento desamparada, como cuando pedí ayuda y no me la dieron".

Sumado a eso el miedo. "Que esté preso me da tranquilidad, aunque por momentos no. No me genera confianza la Justicia porque pueden llegar a darle algún beneficio y si lo liberan, lo primero que va a hacer es buscarme y entonces me va a matar. No tengo dudas de eso, porque lo dijo y lo hizo. Se burló de todos", alertó nuevamente la mujer, quien durante la entrevista estuvo acompañada por su abogado, Claudio Katiz, y su papá, Carlos Mattoso, quien también -dijo- fue amenazado de muerte por Zuachzer.

"Si actuaban como debían no iba a ser víctima de un intento de femicidio, mi vida iba a estar entera. Les digo a las autoridades que tardaron demasiado ante tantas alertas y denuncias que había hecho. Hice lo que debía, pero ellos no. Espero que ahora hagan lo correcto", pidió la víctima a los que tienen en sus manos el futuro del acusado.


"Condena justa, no  ejemplificadora"

Luego de atacar a su expareja, Zuachzer estuvo prófugo hasta la mañana del 18 de enero. Desde la clandestinidad continuó hostigando y amenazando a la víctima a través de perfiles creados en redes sociales. Fue detenido en la localidad de Alba Posse, fronteriza con Brasil, y desde entonces está privado de la libertad. Fue imputado por tentativa de femicidio por el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Oberá, Pedro Benito Piriz.

El abogado penalista Claudio Katiz informó a El Territorio que en estos días el acusado tenía previsto someterse a una serie de pericias psicológicas y en relación a su actuación como querellante en la causa, manifestó que buscará "obtener una condena justa porque este tipo, si recupera la libertad, terminará de hacer lo que quiso hacer y no queremos que esto suceda".

"Desde la querella vamos a promover que se produzcan todas las pruebas y que el acusado tenga derecho a defensa en juicio, pero queremos el máximo de pena para que no vuelva a suceder algo similar con ninguna mujer. Nos conforma una condena justa, no ejemplificadora", puntualizó y en sintonía con la víctima, también reclamó acompañamiento.

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