Monges se dio el gustito de convertirle a Gatti
La gran figura estelar de aquella tarde gris fue Eusebio Monges, goleador de Sportivo con dos tantos, uno de ellos venciendo la resistencia del estrafalario arquero Hugo Gatti.
Monges era el centrodelantero y al recordar el partido comenzó con una frase cómplice entre risas: “De vez en cuando me equivocaba”.
“Para nosotros fue una buena experiencia. Boca vino completo, con jugadores ya famosos a nivel nacional y con paso por la selección. Recuerdo que estaban Gatti, Pancho Sá, Ribolzi, Veglio, Coch. Un muy buen equipo y nosotros jugamos un muy buen partido”, afirmó, recordando además el contexto y su hazaña: “Había mucha gente y a mí me tocó marcar el primer gol, de penal, y el segundo, donde lo eludí a Gatti”.
Para tomar dimensión de lo que significaba ese encuentro es necesario marcar el contexto del fútbol argentino. En ese momento existían dos campeonatos: el Metropolitano, donde jugaban los clubes directamente afiliados a AFA, todos del área de Buenos Aires a excepción de cuatro clubes (Colón, Unión, Central y Newell’s) de Santa Fe, y el Campeonato Nacional en el cual se le daba participación a los clubes del interior que clasificaban al Nacional tras una durísima eliminación.
En 1979 comenzó a cambiar esa realidad mediante la resolución 1309 de la AFA, que estableció una serie de requisitos que debían cumplir los clubes del interior para poder participar del Metropolitano.
En ese contexto la visita de los clubes grandes de Argentina al interior del país eran muy esporádicas.
En Misiones quienes participaban del Nacional eran siempre clubes de Posadas, por lo que la visita a ciudades no capitales de provincia eran aún más espaciadas y siempre los clubes grandes encaraban los partidos con la sensación de una superioridad inobjetable.
“Siempre fueron medio agrandados. No ellos como personas, que siempre fueron muy amables, sino desde el punto de vista futbolístico. Jugaban contra nosotros como con la obligación de ganarnos. Por eso recuerdo que cuando les convertimos los goles, Rattín mostró su enojo por el resultado. Se notaba que no les gustaba”, contó Monges.
Otra de las cosas que remarca el goleador es la actitud con la que se jugaba: “Se pegaba mucho más que ahora. No para lastimar, lealmente, pero sí con mucha más fuerza que el fútbol de ahora. Se chocaba más, se ponía la pierna más fuerte. Pero sin mala intención”.
En cuanto a la relación con los jugadores de Boca, Monges recordó que “tuvimos una muy buena convivencia. Gatti era una excelente persona. Ellos se quedaron varios días en Eldorado, alojados en el Hotel Ilex, menos cinco de ellos que viajaron a Posadas y a mí me tocó llevarlos. Después me acuerdo también que en un determinado momento ellos viajaron hasta Bernardo de Irigoyen para pasar Brasil e hicieron un tour de compras”.
“Lo tengo muy presente al partido. Para nosotros, ser un club del interior, jugar contra un gigante y estar a la altura fue una gran alegría”, cerró Eusebio.
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