En Posadas esta movida está en auge

Conciencia menstrual, perfecto equilibrio entre el cuerpo y la naturaleza

Cada vez son más las mujeres que suplantaron los productos descartables por toallitas de tela o copitas menstruales
domingo 09 de mayo de 2021 | 6:05hs.
Conciencia menstrual, perfecto equilibrio entre el cuerpo y la naturaleza
Conciencia menstrual, perfecto equilibrio entre el cuerpo y la naturaleza

Cada mujer tiene una vida fértil de al menos 40 años y durante ese período utilizará entre 10 mil y 13 mil toallas higiénicas o tampones, generando kilos y kilos de basura que tardan entre 500 y 800 años en degradarse y son sumamente contaminantes.

Desde los últimos años son cada vez más los cuerpos menstruantes que buscan otras alternativas más ecológicas y en perfecta armonía con la naturaleza. De esa manera, las toallitas de tela y las copas menstruales se volvieron populares y aceptadas.

En Posadas, Paola Torres, una colombiana que fue adoptada por Misiones hace ya muchos años, lleva adelante su emprendimiento de toallitas de tela y copitas menstruales con las que empezó hace seis años, llamado Lado Fem.

“Empecé por experiencia propia, por todos los meses tener que sufrir paspaduras y sentirme mal. Fueron quince años de mi vida sin saber qué era lo que pasaba”, compartió Paola a El Territorio.

Y continuó: “Acá encontré gente que me habló del tema, me mostró y al mismo tiempo empecé a leer y a investigar sobre esto. Con el tiempo encontré una diseñadora que me ayudó a sintetizar mi idea y ella empezó a coser las toallitas para mí. Me di cuenta de que éramos muchas a las que nos estaban haciendo mal esos productos descartables y nadie nos decía por qué”.

Es que las toallitas descartables y tampones, según los estudios que se hicieron al respecto, contienen elementos químicos y fragancias que terminan siendo perjudiciales para la salud.

Desde su experiencia en este emprendimiento, Pao compartió que la aceptación es cada vez mayor porque hay más información disponible sobre el tema y, al mismo tiempo, más personas produciendo estos productos amigables con el medio ambiente y con los cuerpos menstruantes.

“Con la pandemia se convirtió en un emprendimiento cada vez más en auge. Tenemos que seguir sacándole el lado feo, sucio, oscuro y asqueroso a la menstruación. Cada vez son más chiquitas las que me compran a mí, tienen 18, 19 años, van a casa y yo les explico cómo se usa. También las compra gente más grande que decía ‘yo a lo de antes no vuelvo’”, expresó.

Las toallitas están hechas de tela de algodón y vienen en diferentes tamaños según el flujo de cada mujer y según la ropa interior que use; se cambia cada cuatro horas y se lava como cualquier prenda de tela; si se la cuida e higieniza bien pueden durar hasta seis años. Las que vende Torres cuestan entre 280 y 220 pesos, el combo de tres prendas vale 750 pesos.

Por su parte, las copas menstruales son de silicona quirúrgica (hipoalergénica) diseñadas para recolectar el flujo menstrual. La silicona es flexible, mantiene la temperatura corporal y no produce resequedad ni irritaciones. Se inserta al igual que un tampón, sólo que es reutilizable y puede durar hasta diez años.

“Por eso dicen que la primera toallita que usamos en nuestra vida todavía está por ahí contaminando; los cuerpos menstruantes somos más de la mitad de la población mundial. Eso sí es asqueroso, llenar el planeta de basura”, sostuvo. Es que ambas alternativas, además de no contaminar, suponen un ahorro económico.

Para esta emprendedora, el miedo sumado a la ignorancia genera odio y rechazo, lo que considera una “combinación terrorífica”. Entiende que la tarea está en educar para que el tema de la menstruación, que estuvo siempre tan oculto como algo vergonzoso, salga de ese lugar.

“Igualmente, no todas podemos comprarlas. Puede que estés amigada con el medioambiente pero no tengas plata. Que también toda esta ola verde y ecológica no sea excluyente, que no se hagan etiquetas. Si uno se casa con la idea de que quienes usan esto son veganos y andan en bicicleta, estamos dejando afuera a mucha gente y estamos siendo poco inclusivos”, reflexionó.

Como parte de su emprendimiento, Paola también tiene disponibilidad de libros de ginecología y realiza talleres de menstruación consciente en los barrios de la ciudad.  

 

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