El imputado por el crimen de Colonia Aurora ya purgó condena por abuso

Cuentos para niños: la fachada del acusado de matar a Milagros Prestes

El sospechoso estuvo preso en Buenos Aires. Quiso ejercer como pastor, pero se alejó del culto cuando pidieron sus antecedentes. Luego se dedicó a vender libros infantiles
domingo 28 de enero de 2024 | 6:05hs.
Cuentos para niños: la fachada del acusado de matar a Milagros Prestes
Cuentos para niños: la fachada del acusado de matar a Milagros Prestes

Desde que fue detenido el pasado 12 enero, el sospechoso por el brutal homicidio de la pequeña Milagros Ayelén Prestes (10) no recibió ni una sola visita en la comisaría de Colonia Aurora. Ni siquiera lo fue a ver la mujer con la cual convivía.

Daniel Alberto N. (62) está acusado de un crimen sin precedentes en la zona, lo que la valió la calificación de “monstruo”, ya que la autopsia practicada sobre el cadáver de la víctima confirmó signos de abuso sexual y ahorcamiento. 

En tanto, además del relato de testigos que el día hecho lo vieron cerca del lugar donde fue hallado el cuerpo sin vida de la pequeña, también lo complica un antecedente estremecedor: entre 2009 y 2017 purgó una condena violación a una menor.

Aquella sentencia fue impuesta por la Justicia Penal de San Isidro, en la provincia de Buenos Aires.

Ya en libertad, hace alrededor de tres años conoció por Facebook a una mujer con domicilio en el paraje Kilómetro 20, de Colonia Aurora, donde se instaló y alternó varios oficios, entre ellos la venta de libros infantiles, lo que no se descarta que le haya servido de fachada para entrar en confianza con los vecinos de la zona y atraer la atención de las criaturas. Una estrategia perversa.

Al respecto, un vocero del caso confirmó que el sospechoso conocía a la víctima y sabía que solía hacer mandados para su mamá, ya que era la mayor de cinco hermanitos.

Precisamente, el pasado jueves 11 de enero la nena salió temprano de su vivienda, ubicada en una chacra sobre ruta provincial terrada 222, para comprar un analgésico para su progenitora, que padecía dolor de muela.

Fue la última vez que su familia la vio con vida. 

Dolor y bronca

El cadáver fue hallado a primera hora del viernes 12 en un maizal situado a 400 metros de la vivienda de la víctima. Enseguida la investigación apuntó a Daniel Alberto N., ya que algunos vecinos le dijeron a la Policía que la mañana anterior lo vieron pasar aseado y luego cruzó embarrado y alterado.

Más tarde, al cotejar sus antecedentes, se convirtió en el principal sospechoso y quedó detenido.

El 18 de enero fue trasladado ante el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, a cargo del juez Pedro Piriz, donde fue imputado por “abuso sexual y homicidio agravado tanto por ser criminis causa como por femicidio”, delitos por los que podría ser condenado a prisión perpetua. En la ocasión designó defensor oficial y se abstuvo de declarar.

El mismo día, en el cementerio del Kilómetro 20, fueron inhumados los restos de la víctima.

Cali Goring, intendente de Colonia Aurora, asistió a la ceremonia y luego utilizó sus redes sociales para reflexionar sobre el brutal crimen que conmocionó a toda la sociedad.

Calificó el hecho como “cruel e inhumano que deja a toda la zona sin palabras de aliento a la familia (…) La emoción es automática, se llora junto a ellos imaginando cómo sería si nos tocara. Sabemos que estamos en un mundo con muchas maldades, sabiendo que se hará la justicia celestial. Dios está siempre”.

“Como ciudadano e intendente de este municipio espero que la justicia se dé. Este monstruo de persona no debe ni tener derecho de defensa, como dicen en los periódicos, si se comprueba la culpa. Perdón, pero con esta bronca e impotencia expresamos lo que se siente”, reconoció Goring.

No era pastor

En tanto, el Consejo de Pastores de Misiones emitió un comunicado de prensa en el que desmintió que el imputado haya ejercido como pastor en la zona, tal como publicaron algunos medios.

Al respecto, desde el culto evangélico indicaron que si bien el sospechoso trató de posicionarse como pastor, nunca ofició como tal en la colonia, ya que no presentó su registro de antecedentes penales, lo que es requisito para ejercer dicho rol.  

En tal sentido, cuando estuvo preso en Buenos Aires se habría integrado a los reclusos del culto evangélico, los cuales suelen estar apartados de la población común, lo que implica un refugio para imputados por abuso sexual.

De todas formas, previo al comunicado de la comunidad religiosa, este diario aclaró que el sospechoso no llegó a oficiar como pastor en el Kilómetro 20. 

“Es cierto que una época concurrió a una iglesia evangélica y después comenzó como a querer posicionarse como pastor y llegó a pasar al frente con la intención de predicar, pero no era pastor”, subrayó una fuente de la investigación.

Es más, mencionó que “dejó de asistir al culto cuando los responsables del templo le pidieron sus datos y el registro de antecedentes policiales, lo que es un requisito interno. Le pidieron eso y no fue más”. Asimismo, comentó que los vecinos no lo veían con buenos ojos y lo calificaron como soberbio: “Como que quería llevarse el mundo por delante”. 

 

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