Para la investigadora este rescate permite reconocernos como sociedad pluriétnica

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La historiadora Norma Oviedo explicó que en la actualidad la historia regional se aborda desde una mirada regional y desde la microhistoria, lo que permite recuperar el rol de grupos invisibilizados
domingo 16 de julio de 2023 | 6:05hs.
Norma Oviedo investigó y participó de un libro que compila historias de mujeres misioneras. Fotos: Marcelo Rodríguez
Norma Oviedo investigó y participó de un libro que compila historias de mujeres misioneras. Fotos: Marcelo Rodríguez

El estudio de la historia regional desde una mirada regional y con el aporte de nuevos enfoques permite abordar el concepto de “región” desde múltiples perspectivas y abre paso al análisis de las interacciones de los grupos que habitan y se movilizan en esa territorialidad muchas veces “simultánea”, explicó Norma Oviedo, doctora en Ciencias Humanas y Sociales e investigadora y formadora de investigadores en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unam.

La historiadora, en una entrevista con El Territorio, reflexionó sobre los actuales intereses de la ciencia histórica -con anclaje en nuestra región- y cómo este nuevo tiempo demanda de los profesionales de este campo estar muy cerca de la sociedad y del detalle.   

“En el trabajo en la historia regional focalizamos en la historia provincial, la historia de Misiones respecto de la frontera con otros pueblos dentro del Estado nacional pero también de las  vinculaciones que se dan con poblaciones que están en otros países como Paraguay y Brasil”, graficó de manera de dar un marco espacial de referencia. 

En este sentido, expuso que la región que se estudia es dinámica con grupos humanos en constante movimiento. “La perspectiva de la historia regional hace hincapié en estas cuestiones de las vinculaciones y experiencias de distintos grupos en nuestra provincia. Nosotros lo que podemos entender es que esta es una región de frontera muy dinámica y que se está reconociendo a partir de esas fuertes interacciones que se dan más allá de los límites establecidos jurídicamente por los estados”.

Para Oviedo el trabajo hoy es con fuentes escritas y el rescate de testimonios.

De este abordaje que reconoce las interrelaciones y los sentidos de pertenencia de estos grupos, surge el interés de la historia regional por la vida cotidiana de las personas en sus distintas acciones y actividades y en su diversidad.  “Nosotros mencionamos la historia regional como una territorialidad y una territorialidad entendida como esas vinculaciones y con esos lazos, es una territorialidad vivida, es decir, pensada, vivenciada, experimentada por esos grupos a los que nosotros estudiamos, desde los tiempos más remotos con los pobladores más antiguos como los guaraníes, hasta la época de la colonización con los inmigrantes que también se movían en esta frontera o dentro de nuestro mismo territorio provincial, donde sus descendientes se iban asentando en nuevas tierras”.

En esta trama que es dinámica, ¿hay  nuevos sujetos y hechos que la historia está mirando hoy? 

En este proceso de mirar la historia regional desde una perspectiva regional y pudiendo entender la región de diversas maneras en su configuración y la existencia de “regiones simultáneas”, porque cada sujeto o cada grupo se va percibiendo en lugares que no siempre coinciden entre sí pero que están presentes, nos ayudó a ir estudiando hacia adentro de la región, ese proceso de surgimiento de los pueblos, de las nuevas comunidades. En nuestro caso, la mirada de los especialistas que fueron estudiando ese proceso de poblamiento lo vieron con una ruta que iba con una orientación desde los viejos pueblos jesuíticos establecidos en el Sur hacia el Norte de la provincia. Pero también hoy día estudiando cuestiones más pequeñas, a una escala menor, como las familias, las asociaciones entre las familias, las empresas de particulares en el proceso de colonización, te va señalando que esa orientación es diversa y es variada, es de Sur a Norte y también es de Este a Oeste, de Oeste a Este y de Norte a Sur.

¿Las nuevas investigaciones concluyen que el poblamiento no fue unidireccional?

Es un dinamismo continuo y va en relación a la inserción laboral, situaciones que obligan a migrar como inundaciones o plagas, las necesidades varias de obtener tierras, las actividades que se van encauzando, la producción agrícola pero también la complementariedad de la producción en las chacras familiares, la posibilidad de insertarse en el comercio local entre los pueblos, todo eso hace a la necesidad de esos grupos que se asientan en lugares que no eran conocidos anteriormente por ellos.  Por lo cual es un ejercicio continuo de inmigrantes que se asientan, descendiente que también circulan y se asientan y en ese contexto tenemos que ver el movimiento de la población nativa, que son los que están acá desde siempre, comunidades indígenas, grupos de afrodescendientes, que eran los que estaban y la historiografía los vio como intrusos por mucho tiempo, y que estaban ocupando tierras que estaban desocupadas y que ahora comienzan a ser muy requeridas.

¿Para abordar estas temáticas se requieren nuevos enfoques?

Para poder comprender estas tensiones y relaciones que surgen de las interacciones entre los grupos, además de verlo desde una perspectiva regional necesitamos también ver ese proceso desde el microanálisis, es decir utilizando una mirada desde la microhistoria. La microhistoria va por los sujetos, las comunidades, las instituciones, en una pequeña escala dentro de este proceso, eso no quiere decir desconocer el contexto, pero desde la microhistoria vemos cómo se inserta, incluye, adapta ese sujeto, esa familia, esa comunidad en ese contexto mayor más amplio. A partir de este cruce de miradas, la perspectiva regional y la perspectiva de la microhistoria podemos estudiar  a los sujetos en situaciones  variadas. Podemos abordar quiénes eran los que tenían poder económico y quiénes eran los silenciados.

¿Y quiénes son esos sujetos silenciados que tienen voz a partir de este análisis desde lo mínimo, lo pequeño?

Surgen las historias de las mujeres, los niños, los enfermos, las comunidades aborígenes, los negros, esa presencia afro que fue muy acallada. Estos grupos no fueron nunca los grandes protagonistas en la historia oficial, pero ahora sí nos parece necesario ubicarlos en esos lugares y entender que este proceso depende de una construcción colectiva, de la sociedad en su conjunto, y que todos estos sujetos aportaron mucho en la construcción de la historia de Misiones. Además,  hoy lo local aparece con fuerza, la gente a veces cuestiona una fecha de fundación de un pueblo que no los tiene en cuenta y te dicen ‘pero si nosotros estuvimos de antes’. La historia oficial siempre recuperó  en términos de límites y no de interacciones entre esos límites.

Cuando decimos que Misiones es un crisol de razas nos referimos a toda esta diversidad…  

Claro, tiene que ver con toda esta diversidad por la que hoy hablamos de sociedad pluriétnica, hay que subrayar muchísimo eso y trabajar minuciosamente las fuentes documentales escritas, pero también hacer un relevamiento de los testimonios orales, porque estas historias pequeñas, minúsculas, que queremos contar están en las casas, en las familias, en álbumes familiares y en la memoria de sus descendientes, entonces revalorizar eso significa poner en contexto esta cultura multiétnica. 

 

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