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La gastritis es una inflamación estomacal, ocasionada en su mayoría por la bacteria Helicobacter pylori. La gastritis nerviosa es similar a otros tipos de gastritis, pero su causa es la influencia de la relación entre los neurotransmisores y los mecanismos del estrés. Puede afectar a cualquier persona a cualquier edad y el tratamiento debe ser integral, incluyendo manejo del estrés, cambios en la dieta alimenticia y, en algunos casos, medicamentos.

En diálogo con El Territorio la gastroenteróloga Guadalupe Luzuriaga sostuvo que la gastritis se produce generalmente por el aumento de la secreción de ácido.

“Lo hacemos todos los seres humanos desde que nacemos, desde la edad pediátrica hasta la edad adulta. Cualquier condición que estimule una hipersecreción de ácido, que aumenta la secreción de este ácido, va a condicionar la gastritis”, detalló.

Analgésicos

Dentro de la gastritis existen diferentes causas como la bacteria Helicobacter pylori, algunos antiinflamatorios como ibuprofeno, diclofenaco y paracetamol. En tanto, las gastritis nerviosas estarían condicionadas por una exacerbación del ácido que se secreta normalmente mediante la estimulación del sistema nervioso.

En detalle, según explicó la profesional, cuando hay una hiperactivación de los mecanismos de estrés, aumentan ciertos neurotransmisores que a nivel gástrico tienen el impacto de producir un aumento del ácido clorhídrico que desencadena ala gastritis.

Esto significa que el estrés es una respuesta fisiológica a las condiciones del entorno de las personas.

“No es lo mismo el estrés que va a tener una mamá de cuatro hijos, que el que va a tener un nene de séptimo grado que tiene que arrancar sus exámenes finales. Todo es estrés, aunque en distintas circunstancias, pero el cuerpo reacciona de la misma manera”, puntualizó la especialista en referencia al impacto que produce los niveles de estrés en el cuerpo humano.

En cuanto al tratamiento de la gastritis nerviosa, se realiza de manera integral con un abordaje que abarque el estrés.

 La gastroenteróloga indicó que las pautas van desde una cantidad de horas de sueño, cambios de hábitos en la alimentación, realización de actividad física y recreativa y en último caso, medicamentos.

“Algunas actividades pueden ser más extenuantes, que es la respuesta del sistema nervioso, o actividades físicas que se dediquen a bajar la respuesta fisiológica, como puede ser el yoga, la meditación, el ejercicio de respiración. Esto es lo que llamamos gestión de estrés”, agregó Luzuriaga.

De la misma forma, es importante el abordaje psicológico para determinar cuáles son los desencadenantes de ansiedad y estrés. Además, un tratamiento nutricional reduciendo alimentos ácidos, picantes y bebidas alcohólicas.

Por último, la profesional instó a acudir al médico ante cualquier síntoma y no autodiagnosticarse. Una gastritis que no se trata a tiempo puede derivar en sangrados, úlceras y otros cuadros.

Para prevenir la gastritis, “es fundamental dormir suficiente, evitar ultraprocesados, situaciones de estrés y bebidas alcohólicas”, finalizó. 

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