Lleva 20 años desaparecida
Dudas y pocos datos en el caso Julieta Einhger
El caso de Julieta Einhger es otro más de los casos de desapariciones misteriosas que lleva años sin tener datos nuevos que permitan redireccionar las pesquisas a una pista certera. Su ausencia fue advertida el 25 de febrero de 2002 en Ruiz de Montoya. Tenía 29 años.
Dejó una hija, de nombre Antonella (2) y en ese momento estaba acompañada de su pareja y padre de la criatura, Claudio Da Silva, quien llegó a estar varios meses detenido sospechado de haber asesinado a la mujer. Aunque la no confirmación con estudios de ADN y la falta de elementos probatorios lo dejaron en libertad al poco tiempo. Más allá de eso, para la familia de Julieta, siempre fue el principal sospechoso.
En diálogo con este matutino, Paulina Einhger, hermana de Julieta, comentó que a más de 20 años del hecho, nunca obtuvieron algún dato preciso sobre su paradero. Ni siquiera alguna pista que pudiera hacer suponer que estaba viviendo en algún lugar. “Hubo una llamada de teléfono al tiempo que ella desapareció de un supuesto camionero que la vio en un prostíbulo, cuando se rastreó la llamada, esta había sido realizada desde el celular de su pareja, Claudio Da Silva.
Después testimonios de los vecinos apuntaron que ese 25 de febrero escucharon gritos, pedidos de ayuda y golpes en la casa. Estas personas no querían atestiguar en el Juzgado por miedo y amenazas de parte de Claudio”, recordó la entrevistada.
Paulina comentó que su cuñado se mostraba preocupado ante su familia, participaba de la búsqueda, pero nunca hizo la denuncia de desaparición hasta pasados varios días y por exigencia de su mamá Rosa.
En torno a la búsqueda de la Policía sostuvo que en un inicio no lo tomaron como sospechoso a Da Silva, pero luego con las pruebas que se fueron juntando, cayeron las sospechas sobre él, aunque nunca se encontró el cuerpo.
“Se hizo una prueba de luminol en la casa y en uno de los allanamientos se encontró un cuchillo con sangre. También había sangre en varias partes de la casa, esta sangre era humana, se tomó una muestra de sangre a mi mamá pero no dio compatible”, añadió.
Paulina también contó que su papá siempre reclamó que la escena no se protegió, que los allanamientos tardaron y que por eso el asesino tuvo tiempo para acomodar o sacar lo que necesitaba. “La sospecha es que él la mató, pero nunca encontramos el cuerpo. Él hizo muy bien el trabajo”, sentenció la hermana.
Paulina se sinceró y reconoció que para ella Julieta nunca se hubiera ido sin su hija.
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