Es doctor en Ingeniería Química
Olimpíadas de Matemática: la base para un futuro profesional
Alejandro Pedrozo (30) es uno de los académicos más sobresalientes de la tierra colorada. Comenzó a marcar su camino prodigioso a muy temprana edad con su incursión en las Olimpíadas de Matemáticas, evento que cambiaría para siempre su modo de ver el mundo y significaría a futuro un importante aporte a su formación profesional, que lo tiene hoy como doctor en Ingeniería Química.
En un marco de análisis y debate en torno a la educación, los entrenamientos para las olimpíadas suponen un nuevo modo de aprender esta materia que para muchos estudiantes es el monstruo de la escuela. Plantea el desafío de salirse del molde, de no seguir métodos establecidos y usar la creatividad para llegar a los resultados. Misiones tiene una amplia trayectoria de estudiantes consagrados en esas instancias.
Esto lo reconoce Alejandro, que gracias a sus conocimientos tiene hoy la posibilidad de irse a Estados Unidos a continuar su formación con profesionales de excelencia. Empezó a competir en las olimpíadas a los 11 años, bajo la tutela y la guía de su profesor de ese entonces, Carlos Correa.
Ya profesional y con una mirada más amplia, Alejandro comparó esta asignatura dada desde la escuela tradicional con la que se da para llegar a la competencia.
“La principal diferencia entre la matemática que se da en el aula y la del tipo de enfoque que tiene la Olimpíada de Matemática es la estructura. En el aula te enseñan un método para resolver un problema y muchas veces te dicen que si no utilizás ese método está mal por más que llegues a la solución correcta. En cambio, en olimpíadas se da la posibilidad de utilizar la creatividad y te enseña a pensar, a desarrollar nuevos métodos de solución que pueden resultar bastante ingeniosos, al mismo tiempo, a perseverar para resolver un problema muchas veces no teniendo las herramientas más indicadas. En ese sentido creo que la olimpíada, a mí y a otros chicos, nos enseñó a pensar y a buscar otros modos de resolverlos”, detalló el profesional posadeño, que actualmente reside en Jardín América.
Si bien se siente agradecido por todo lo aprendido en sus años de enseñanza obligatoria, consultado sobre este medio sobre cuáles son las cuestiones que deberían cambiar o reforzarse en esta área, consideró: “Creo que hay conocimientos básicos que se deberían reforzar en el colegio así como otros que se deberían incluir. Por ejemplo, la escritura. Nosotros casi no escribíamos ensayos y en los colegios estadounidenses los alumnos escriben prácticamente uno cada día. En mi carrera pasa también que redactar muchas veces es una limitación”.
Y en esa misma línea, añadió: “Lo que considero también que es importante hoy en día son los conocimientos en programación, porque es una herramienta valiosa, sobre todo para el futuro laboral de los chicos. Abre un montón de puertas saber programar y conocer algún que otro lenguaje, además te cambia la estructura mental. La programación es la forma en la cual uno le habla a las computadoras”.
En su paso por las olimpíadas, Alejandro ganó en varias oportunidades la instancia provincial, recibió muchas menciones especiales a nivel nacional y la medalla de bronce en la Olimpíada Iberoamericana de Mayo. Su primer título de grado (Ingeniería Química) lo obtuvo a los 23 años de la Facultad de Ciencias, Exactas, Químicas y Naturales, de la Unam.
En 2016, fue el primer misionero en recibir un reconocimiento de la Academia Nacional de Ingeniería por tener uno de los promedios más altos de todo el país.
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