Plantean que los docentes deberían capacitarse más y demostrar competencias

Concursos e integración: las claves de la formación docente

Desde los institutos formativos hacen hincapié en la forma en que se accede a los cargos y el poco compromiso de las familias con la educación de los estudiantes
domingo 22 de mayo de 2022 | 6:05hs.
Concursos e integración: las claves de la formación docente
Concursos e integración: las claves de la formación docente

La formación docente es una pieza clave y constitutiva del sistema educativo, es su columna vertebral, dado que en ella se condensan las políticas y procedimientos planeados para preparar a potenciales profesores dentro de los ámbitos del conocimiento, actitudinales, comportamientos y habilidades, cada uno necesario para cumplir sus labores eficazmente en el salón de clases y la comunidad escolar.

 En Misiones, la preparación pública está a cargo de los Institutos de Formación Docente (IFD) del Consejo General de Educación (CGE). Al ser una arista fundamental para el mantenimiento de la calidad educativa, la formación docente ha sido materia de innumerables análisis y discusiones por parte de los coordinadores de estos espacios. Aquí se incluye desde los factores para la determinación en la ocupación de los cargos hasta la preparación pedagógica y la integración de la escuela con la comunidad.

En el debate sobre una escuela que se adapte a los tiempos que corren -sobre todo viniendo de la pandemia que generó muchos replanteamientos a nivel académico-, quienes coordinan los espacios formativos tienen para aportar su mirada sobre los elementos que son necesarios incorporar a la escuela para mejorar la calidad académica. Al respecto, Gloria Fernández, coordinadora pedagógica del IFD de la Escuela Normal Mixta Estados Unidos del Brasil, de Posadas, mencionó como un elemento importante cómo se ocupan los cargos.

“Los docentes deberían rendir concursos obligatoriamente, ese es un aspecto clave. La comunidad tiene que saber si el docente sabe sobre la didáctica que se da en la primaria y secundaria. No se puede entrar únicamente por puntaje, lo ideal sería cambiar el estatuto. Hay que demostrar que vos sabés lo que estás haciendo, no es que te titularizás y nunca más te formás. En la provincia tampoco se valida el mérito, entonces ahí decae la calidad académica”, aseveró Fernández.

Y agregó: “Considero que cada cuatro años un docente debe dar cuenta de sus saberes y en el caso de docentes que están frente a alumnos en la formación superior, deben presentar trabajos, investigaciones y congresos. La función de los IFD es crear proyectos de investigación, se debe evaluar a los docentes sobre qué están haciendo, además de dar clases, para mejorar”.

En ese sentido, la coordinadora profundizó en la necesidad de que las capacitaciones que toman los docentes tengan relación con las áreas formativas que imparten, porque hay muchos casos en los que esto no pasa.

Dado que la mayoría de las actividades formativas que realizan los educadores suma en su puntaje, al no tener ellas -muchas veces- correlación con su especificidad, terminan por empobrecer la calidad de las clases y ahí se genera un detrimento educativo.

Según Fernández, allí el estatuto docente debería ser más específico.

Integración de la escuela

Otro aspecto que se baraja de los institutos de formación docente al momento de discutir sobre una educación de calidad es el trabajo en la integración de la escuela con la comunidad. Según la docente, esto se pudo apreciar en la pandemia.

“La pandemia rompió las paredes de las aulas y se metió en las casas con las familias. Para mí, una manera de contrariar la formación estrictamente contenidista y repetitiva es trabajar de manera más comunitaria con las familias. Con la formación docente trabajando para esa comunidad, a partir de las necesidades que ella tiene”, señaló Fernández.

Pero con la vuelta de la presencialidad esto se volvió a romper, dado que una vez que los alumnos retornaron a las aulas, las familias delegaron la formación únicamente a las escuelas.

En este sentido, remarcó la necesidad de generar políticas públicas que generen un ida y vuelta entre docentes, autoridades y padres.

Por último, abandonando la discusión de la integración, la educadora realizó una autocrítica sobre los alumnos de educación superior.

Planteó que el núcleo problemático se encuentra en la falta de entendimiento por parte de los alumnos en lo que significa el rol del estudiante de educación superior, prácticas de estudio para hacer frente a la enorme cantidad de contenidos que tiene que aprender. Así, este termina siendo otro problema que afecta a la educación superior en su conjunto. 

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