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El velorio se hace tres días en el opy

Danzas y rezos en sincronía con la naturaleza y los astros

El pueblo mbya preserva sus ritos funerarios, cruciales para el alma del difunto y el bienestar de los que se quedan
domingo 26 de mayo de 2024 | 6:05hs.
Cementerio mbya guaraní en territorio de la comunidad Tekoa Ysyry.
Cementerio mbya guaraní en territorio de la comunidad Tekoa Ysyry.

Para los mbya guaraní, despedir a sus muertos cumpliendo con los  ritos funerarios que les marca su religiosidad es sumamente importante para iluminar el camino del ser querido al encuentro con el creador y además garantizar que a partir de esta pérdida venga una época de bienestar y fortaleza a las familias y no llegue la enfermedad.

Sin embargo la posibilidad de llevar adelante estas prácticas rituales ancestrales, que pueden tener variaciones de una comunidad a otra, muchas veces colisiona con los requerimientos formales y la burocracia de la sociedad blanca.

Una tensión cultural que quedó evidenciada en la pandemia de coronavirus, cuando los sabios ancianos mbya requirieron a las autoridades provinciales por medio de una nota que no se hagan autopsias a miembros de pueblos originarios en casos de muerte natural. Fue Dalmacio Ramos (nombre espiritual Karaí Tataendy), cacique mburuvicha de Tekoa Ysyry de Colonia Mado, quien en ese tiempo recorrió las aldeas recabando las firmas de los líderes guaraníes para el documento que reclamaba el respeto a las costumbres, la espiritualidad y los cuerpos de los muertos del pueblo mbyá.

Dalmacio Ramos (37) es cacique hace 19 años, también docente,  aprendiz de opygua e investigador de la cultura mbya guaraní, y al hablar de cómo comprende la muerte su pueblo, aclaró que puede ser un poco diferente de acuerdo a las  comunidades. “Yo voy a explicar lo que me enseñaron mis antepasados, mi abuelo Lorenzo Ramos, el líder espiritual Rodolfo Chamorro, y otros, todos ellos ya fallecieron”.                    

El hombre está compuesto por el cuerpo, el alma que le es dada por Dios y la sombra que pertenece a la tierra según la cosmovisión mbya. “Son tres elementos y el velatorio se hace tres días, antes siempre era en el opy, que es el lugar sagrado, el corazón de lo divino en la tierra, pero hoy también se hace en las casas. Las familias danzan y los opygua rezan para que Ñanderu les diga por qué ocurrió esa muerte y para que reciba a su hijo o hija que vuelve en espíritu, porque el espíritu es sagrado”, dijo. Esas  danzas hacen las rondas en el sentido del movimiento de los astros. Pasados los tres días la sepultura se realiza en un cementerio guaraní si se halla este espacio en la comunidad y dependiendo de la edad del fallecido se cuentan los días para marcar la tumba con un yvyra akua, un palo con una punta o también puede ser una cruz que se coloca donde va la cabeza del difunto. “La cabeza del fallecido tiene que ir donde se despierta el sol y las piernas hacia adonde se pone el sol”, precisó y profundizó: “La sombra queda en este mundo y puede quedar vagando y enfermar a los más débiles, y la marca en la sepultura es para mostrarle su nueva casa, donde se tiene que quedar para que no ande cerca de la gente”. 

Y evidenció que “cuando pasó la cuarentena y nuestra gente en algún caso se murió en un hospital fue doloroso ver que fueron cortados en una autopsia, porque tenemos que volver al creador como nos hizo, y pedimos siempre el respeto por nuestras costumbres”.

 

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