Entrevista a la profesional Brígida Renoldi

Una mirada antropológica de la vida de las mulas en las fronteras

La doctora elaboró un estudio sobre la percepción de la seguridad en las poblaciones que habitan las fronteras del Norte argentino
domingo 11 de septiembre de 2022 | 6:05hs.

La doctora en Antropología Brígida Renoldi dialogó con El Territorio sobre un estudio que realizó en las ciudades fronterizas del Norte argentino que es una especie de radiografía sobre cómo se vive en esos lugares y qué imagen tiene su población sobre las personas que se conocen como "mulas".

“Para identificar a estas personas se utilizan expresiones  a ambos lados de la frontera como bagalleros, paseros, chiveros, muambeiros y sacoleiros. En muchos casos, estos términos son utilizados como categorías de autodescripción y no sólo de reconocimiento externo”, se explica en el estudio dirigido por Renoldi.

Seguidamente agregó que “son personas que tienen presencia cotidiana en los lugares de frontera nacional, aunque no siempre residen allí. Crecen en la medida que aprovechan a la frontera como recurso a partir de las oportunidades, disparidades y asimetría que puedan suscitarse entre los países vecinos”.

El trabajo de investigación denominado “Percepción de la Seguridad por la población que habita la frontera norte argentina” fue publicado por la editorial de la Universidad Nacional de Misiones en enero del 2020 y fue realizado en las ciudades de Puerto Iguazú, La Quiaca (Jujuy), Profesor Salvador Mazza y Aguas Blancas (Salta). Se trata de cuatro lugares de la frontera norte argentina que limitan con Brasil, Paraguay y Bolivia.

Al empezar la entrevista, la antropóloga explicó que “los lugares de frontera nacional son ámbitos donde emergen formas de sociabilidad específicas. Una especie de hábitat propio de la frontera o identidad fronteriza que se expresa en la cultura local. Por ejemplo, en estos lugares surgen algunas formas de especialización laboral ligada al cruce del límite internacional o a la permanencia en las proximidades del complejo fronterizo”.

En este punto la entrevistada explicó que durante la investigación se buscó reflejar las percepciones nativas sobre prácticas que pueden ser catalogadas legalmente, pero no como propósito de proveer tales categorías a los entrevistados para definir sus problemas. Y añadió que el informe no utiliza ciertos términos que suelen adjudicarse a las fronteras internacionales, como contrabando, terrorismo, crimen organizado  y narcotráfico.

También aclaró que “esos términos que definen categorías del lenguaje de los Estados no son los mismos que se perciben desde las poblaciones locales de las fronteras, cuyos integrantes se refieren a diferentes ejercicios, formas de vida, e incluso trabajo, muchas veces sin usar las clasificaciones legales que las tornan condenables”.

Por otro lado, para la antropóloga Renoldi es interesante entender las fronteras a partir de un concepto de seguridad mucho más amplio y abarcativo que incluya todos los aspectos de la condición del ser humano.

La profesional especializada en Seguridad Pública, Fronteras y Mercados Ilegales, dijo que “se trata de una mirada desde la seguridad de los derechos que abarca un campo extremadamente más amplio que la restringida exclusivamente a la perspectiva de la ‘lucha’ contra la criminalidad”.

Perfil social de las mulas

“Es gente generalmente joven. En edad productiva. Hay casos de menores de edad. Adolescentes desde los 15 años. En general llegan hasta los 40 años en esta actividad. Gente que tiene fuerza y una corporalidad que ayude al cometido de pasar esas sustancias. Porque hay que destacar que muchos cruces se hacen en zonas inhóspitas, donde no hay caminos de fácil acceso. Hay que cruzar el río o caminar por el monte, que requiere cierta capacidad física”, explicó la entrevistada.

Luego agregó que en general son personas de un perfil socioeconómico que los ubica por debajo de la línea de pobreza. Hombres y mujeres que representan la mano de obra que ejecuta el contrabando de un lado al otro de las fronteras, que incluye tanto mercancías de uso legal como puede ser los cigarrillos de tabaco como también sustancias ilegalizadas como marihuana o cocaína.

Y sostuvo que para estas personas "esos cruces de sustancias ilegalizadas son la forma de subsistencia que encontraron en el lugar en el que viven. Individuos que no tienen ingresos fijos de la seguridad social o de algún empleo formal”. 

 

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