Construcciones culturales y cánones establecidos, un muro a derribar

Cuando la identidad no coincide con el sexo de la partida de nacimiento

El médico y psicoanalista Juan Tesone habló sobre la autopercepción y el derecho a elegir en cualquier etapa de la vida. “Es fundamental la actitud de escucha y respeto de los padres”
domingo 16 de enero de 2022 | 6:05hs.

El término autopercepción, que significa la forma en que cada persona se ve o se define a sí misma, hace tiempo dejó de ser exclusivo del lenguaje profesional de la psicología para instalarse en el vocabulario cotidiano de la sociedad. Y es la palabra clave para entender a las personas transgnéro, que son quienes tienen una identidad de género diferente al sexo biológico con el que nacieron.

El Territorio dialogó con el psiquiatra y doctor en psicología Juan Tesone sobre la realidad de las personas trans, que a nivel científico se empezó a estudiar a mediados del siglo pasado, pero que, sin embargo, en gran parte del mundo sigue siendo blanco de prejuicios sociales que engendran todo tipo de violencias.

“Siempre la mirada del otro es importante para cualquier ser humano y de algún modo uno también se construye a partir de esa mirada. Si esa mirada es de rechazo y de desaprobación, el proceso de autopercepción será más dificil”, explicó el también miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).

En ese contexto, el especialista dijo que “resulta fundamental que las sociedades transmitan a través de la educación el derecho a la diversidad sexual y a aceptar que los cánones tradicionales de hombre y mujer evolucionaron y que debemos comprender esos cambios desde el respeto”.

El médico y psicoanalista explicó que “la autopercepcion no siempre corresponde o coincide con el sexo biológico. Esto significa que una persona que en su partida de nacimiento fue anotada como femenina, puede llegar a sentirse masculina. Y al revés también. Porque el género desnaturaliza el sexo”.

Seguidamente expresó que “una persona cisgenero es cuando la autopercepcion del genero coincide con el sexo biológico. Y una persona transgénero es cuando no se da esa coincidencia entre sexo y genero. El sexo siempre es dual: o masculino o femenino. En cambio el género es múltiple y está directamente relacionado con la identidad de cómo se siente cada individuo”.

Masculino y femenino
“No existe una esencia de lo masculino y lo femenino. Son construcciones culturales o sociales que van cambiando con el tiempo. En alguna época se suponía que los varones jugaban al fútbol o con soldaditos y las nenas con muñecas. Pero eso es una cuestión cultural porque no hay una naturaleza que determine que un niño o una niña juegue con determinado juguete”, afirmó Tesone.

Algo similar se asocia a los colores rosa o celeste, que tradicionalmente se asigna a los varones o a las nenas pero que tienen que ver con una visión cultural que se montó sobre esos colores.

“Actualmente hay un movimiento social de personas que se definen como no binarias. Son individuos que no quieren elegir un género. Y quieren quedarse por fuera del mundo binario de masculino o femenino. Un género fluido en el que eventualmente la persona señala que puede sentirse atraída por otra con independencia del género al cual pertenezca”, sostuvo el profesional.

La autopercepción de sentirse con un género que no coincide con la genitalidad biológica con la que se nace es una experiencia que puede darse, según explicó el doctor Tesone, “en cualquier edad porque no hay un tiempo específico para esto. Puede ser en la niñez, en la adolescencia y también en la edad adulta, inclusive también en adultos mayores”.

Para entender algo de esta realidad hay dos películas que abordan esta experiencia en distintas edades de la vida. La primera es una película argentina ‘Yo nena, yo princesa’, estrenada el año pasado en el país, basada en la historia de Luana, la primera niña del mundo en obtener su DNI acorde a su autopercepción de género.

“Luana nació con genitales masculinos como su hermano mellizo. Pero al año y medio comenzó a repetir la frase: ‘Yo nena, yo princesa’, jugaba con la ropa de su mamá, pedía muñecas para jugar, a los cuatro años eligió un nombre femenino y pidió que la llamaran así”, contó la mamá de Luana, Gabriela Mansilla.

La segunda trama llevada al cine también está basada en una historia real. Se llama ‘Laerte-se’, es una película brasileña dirigida por Lygia Barbosa y Eliane Brum sobre la caricaturista Laerte Coutinho, quien a los 60 años se manifestó como travesti y luego como mujer transgénero.

Tesone también explicó que “en la adolescencia hay siempre una cuota de rebeldía y de indefiniciones que son típicas de esa edad”, y en ese sentido dijo que “es fundamental la actitud de escucha y respeto de los padres para dar tiempo a ese proceso personal”.

Es una lucha
El proceso de tomar la decisión de identificarse con el género autopercibido cuando este no coincide con la genitalidad con la que se nace “no es fácil en las sociedades occidentales y ni pensar en otras culturas como por ejemplo las musulmanas, donde esto está prohibido y muchas veces significa la muerte de esas personas”.

Por eso, no es lo mismo ser transgenero en Argentina o en los Emiratos Arabes.

“Esta bandera es tema de lucha constante de las minorías sexuales para que esta realidad sea reconocida y respetada. Porque no es algo que sea ampliamente aceptado por todo el mundo. Sigue siendo fuertemente resistido por muchos sectores”, destacó el entrevistado.

En ese contexto el profesional también advirtió que en Argentina, gracias a la lucha constante de esas minorías, se pudo avanzar en el acceso a derechos de las personas trans, como por ejemplo el de tener un DNI con el nombre del género autopercibido.

Al explicar los motivos por los cuales algunas personas pueden violentar y rechazar a una persona transgenero, Tesone aseguró que “tiene los mismos orígenes que el racismo donde el ser humano reacciona por pánico a las diferencias. Actualmente gran parte del mundo se rige por estas conductas que por clase social, por color de piel, por procedencia geográfica, se sigue marginando a muchas personas”.

Falta mucho camino por recorrer, porque la gran mayoría de las personas trans siguen teniendo muchos obstáculos para acceder a la salud, al trabajo y a una vida de relaciones sociales respetuosas. Falta mucho pero también se avanzó mucho.

 

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