Preocupa que la primera consulta es en el estadío más grave: la mórbida

Uno de los datos más preocupantes, además de lo frecuente que es la enfermedad en la población joven, es el tiempo que se dilata la primera consulta a un especialista. La mayoría de los pacientes se acercan al médico con obesidad mórbida o tipo 3, destacó en diálogo con El Territorio, el cirujano Eduardo Carrozzo, miembro del equipo del hospital Dr. Ramón Madariaga dedicado al tratamiento interdisciplinario de la obesidad.

“La obesidad mórbida es el problema dentro del problema. Lastimosamente la mayoría de nuestros pacientes ya consultan con obesidad mórbida. Y es más fácil tratar a un obeso tipo 1 que a uno tipo 3”, confesó Carrozzo.

En ese sentido deslizó las estadísticas que le dejan su experiencia en el sector público y privado. “Antes de la pandemia en el hospital recibíamos 25 pacientes nuevos por mes y a eso hay que agregar los que ya estaban en control y la lista de espera. En el sanatorio yo atendía ocho turnos por semana, o sea, ya son 30 pacientes más en el sector privado. Es decir, en la época prepandémica tenía 50 pacientes al mes. Pero con la pandemia la gente se quedó en sus casas, le generó un empeoramiento de la obesidad y aparte no consigue turno. Parecería que el número de pacientes disminuyó pero claramente aumentó porque los pacientes en tratamiento aumentaron de peso”, contó. Para dimensionar el drama: en el hospital se atendieron pacientes de hasta 250 kilos.

“El diagnóstico de la obesidad se hace con dos parámetros que es entre peso y altura, se hace un cálculo que es el índice de masa corporal, ese número ubica a la persona en una tabla. Cuanto mayor es el número, mayor es el riesgo. Cuando ese número va de 18 a 25, lo llamamos peso sano, cuando va de 25 a 30 es sobrepeso y cuando es más de 30 es obesidad”, explicó Carrozzo.

“Dentro del rango de la obesidad hay diferentes parámetros, obesidad tipo 1 que es leve, tipo 2 que es moderada y el tercer escalón es la obesidad mórbida. Cuando el paciente tiene obesidad mórbida ya está con un problema constituido, una enfermedad grave, lo peor es que esta enfermedad se presenta en edades cada vez más jóvenes, no es un problema de gente mayor y termina limitando la calidad de vida”, detalló el cirujano.

“Mucha gente viene y dice ‘yo era un gordito sano hasta que un médico me dijo que tengo diabetes, y ahí me comencé a preocupar’. En realidad la obesidad es una enfermedad crónica, progresiva, todos los días se está un poquito peor y es invalidante, porque una persona de 35 o 40 años que ya tenga diabetes, que tenga hipertensión y problemas en las articulaciones, esa persona comienza a disminuir su calidad de vida de forma drástica. Después se comienza a limitar en su actividad social, en su actividad profesional y terminan recluidos”, relata.

“La obesidad es un evento que sucede con el correr de los años, nadie tiene 50 kilos hoy y en dos semanas 150 kilos. De a poquito va subiendo de peso, no hay ninguna magia en el ascenso o en el descenso”, subrayó.

“La obesidad enferma y mata a las personas mucho más frecuentemente que a aquellas que no son obesas. Una persona se puede morir de obesidad porque acarrea, por dar un ejemplo, hipertensión arterial y eso puede desencadenar un infarto, acarrea diabetes y eso puede generar insuficiencia renal. Eso puede causar ceguera o una amputación, la obesidad puede afectar las articulaciones y eso hace que no puedas caminar y estar en silla de ruedas. También puede generar la muerte a una edad más temprana que la que correspondería por grupo etario. En Argentina, una persona con peso normal tiene un promedio de vida de 74 años. Un obeso seguramente no va a llegar a esa edad. La obesidad es la que generó ese problema que lleva a la muerte”.

La cirugía
Según los datos que maneja el equipo interdisciplinario del Hospital Ramón Madariaga de Posadas, la mayoría de las consultas por la cirugía bariátrica se ubica en personas de entre 30 y 50 años siendo un 80% mujeres las que acceden a la operación. La intervención permite al paciente adelgazar 20, 30 o hasta 60 kilos. Antes de disposición del Ministerio de Salud Pública de suspender las cirugías programadas en hospitales ante el avance de la segunda ola de Covid-19, se concretaban tres cirugías por mes

“Lo ideal es que el paciente no requiera la cirugía pero a veces estamos en un nivel que no podemos avanzar y la cirugía ayuda a perder 20, 30, 40, 60 kilos y eso se logra en el transcurso de un tiempo. Los kilos no se pierden en el quirófano; el paciente ingresa con 100 kilos y sale del quirófano con 100 kilos y el descenso de peso va a tardar un año, hasta llegar a un nivel de equilibrio en el cuerpo”, señaló Carrozzo.

“Le decimos cirugía bariátrica al conjunto de las cirugías que generan que la persona baje de peso de manera sustancial como consecuencia de comer de forma distinta después de la intervención quirúrgica. Hay distintas técnicas, la más conocida es el bypass gástrico que genera que el estómago cambie de tamaño y el intestino se haga un poco más corto y las personas comen menos cantidad de comida y digieren más rápido, es decir, la comida sale más rápido del cuerpo”, sostuvo.

Desde el sobrepeso hasta la obesidad

Sobrepeso
Ocurre cuando el índice de masa corporal (IMC) está entre 25 y 26.9 kg/m2. Es decir que la persona pesa un poco más de lo que debería.

Sobrepeso I
Aquí el IMC se encuentra entre 27 y 29.9 kg/m2. En este rango, si bien la persona tiene más peso del ideal, todavía no llega
a ser obeso.

Obesidad I
En este rango se da cuando el índice de masa muscular está entre los 30 y 34.9 kg/m2.

Obesidad II
El IMC está entre los 35 y 39.9 kg/m2. Es el segundo de obesidad y uno antes de llegar a la obesidad mórbida.

Obesidad III
También conocida como obesidad mórbida.En este rango, el índice de masa corporal se ubica entre los 40-49.9 kg/m2.

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