2023-04-09

Durante el proceso se refugió en la fe

La fortaleza de Eugenia para seguir adelante

En 2016 le detectaron un tumor en la columna y debió someterse a dos intervenciones. Hoy sigue en tratamiento

La vida está llena de obstáculos que, en ocasiones, pueden transformarse en experiencias para tomar impulso. En el trayecto del diario vivir se puede pasar por situaciones que hacen que uno decaiga anímicamente, pero quienes son creyentes se aferran a la fe en Dios para salir adelante.

Eugenia Ocampo (43) sufrió un tumor llamado plasmocitoma, caracterizado por salir en zonas específicas y, en este caso, a ella le tocó en la columna. “Sentía mucho dolor, tras consumir varios desinflamantes fui al médico, me realizaron una tomografía computada y salió que era un desgaste de las vértebras”, recordó.

Esta patología empezó en 2016 y le llevó un largo período de tratamiento para la recuperación.

La solución era una cirugía de columna, en ese entonces fue una dura noticia para ella. Cuando debía tramitar la intervención ya no caminaba y estaba postrada en una cama.

El 23 de junio de 2016, tras cuatro horas en el quirófano, quedó internada para su recuperación. Cuando pensó que finalmente se curó, el tumor volvió; lo detectaron luego de aplicarse la segunda dosis de la vacuna anticovid.

“Automáticamente después de la vacuna tuve una recaída, me dolía la columna y no caminaba, por lo tanto me volví a hacer una tomografía a pedido del médico y el resultado mostró que otra vez estaba afectada en la misma área en mi cuerpo”, detalló.

Luego de nuevos estudios recibió punciones en la médula. Ella se aferró a la oración e inició las quimioterapias. El 25 de agosto del año pasado fue trasplantada de la médula de manera exitosa y empezó la rehabilitación. En ese lapso le pasaron muchas cosas tristes, pero la más fuerte fue la pérdida trágica de su papá, Aniceto Ocampo.

“Él tuvo un accidente el 14 de febrero de este año, tres días antes de mi cumpleaños, fue muy impactante para mí y el 17 de este mes él debería cumplir 71 años”, expresó acongojada.

Esa pena la mostró a flor de piel, con lágrimas en las mejillas, se le quebró la voz al recordarlo.

“Yo le había dicho a mi papá que cuando yo me recupere íbamos a festejar este mes su cumpleaños a lo grande, celebrar la vida porque yo sufrí mucho con las intervenciones y él siempre estuvo a mi lado alentándome para no decaer, pero Dios tuvo otros planes”.

El día del sepelio de su papá, Eugenia tenía en Posadas turno de quimioterapia, a la cual no asistió y fue a la ciudad capital dos días después. La jardinense se preguntó a sí misma por qué le sucedían tantas cosas, esas situaciones límite que la hacían pensar y tratar de encontrar respuestas.

En los momentos más dramáticos encontró el apoyo en su familia, integrada por su esposo Francisco Roda y sus hijas Yohana, Ayelén y Valentina. Ahora, en plena recuperación quiere salir adelante, apoyada por sus seres queridos y unida siempre en oración a Dios, Eugenia encuentra el consuelo al rezar y las fuerzas para seguir.

“Yo les sugeriría a todas las personas que padecen alguna patología que busquen a Jesús, Él es el único que nos puede mostrar el camino y ayudarnos en los momentos más duros de la vida”, concluyó.

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