En la escuela del hospital de Iguazú
“Mi hijo puede avanzar con el apoyo de la maestra domiciliaria”
La educación es un derecho de todos los niños, sin embargo, muchas veces el ejercicio de ese derecho se ve truncado por accidentes y enfermedades que necesitan un largo tratamiento que impiden que cientos de niños puedan concurrir a clases y continuar con la educación tradicional.
En este sentido, Josías Vásquez (9) padece osteogénesis imperfecta y es uno de los alumnos de la Escuela Hospitalaria Nº 3 de Iguazú. Su condición de huesos frágiles provoca que al menos deba pasar en recuperación seis meses cada año. Pese a los cuidados de sus familiares, a veces un simple mal movimiento provoca una nueva visita de Josías al hospital. Su institución de origen es la Escuela 947 ubicada en el barrio 25 de Mayo, a unas 15 cuadras de su domicilio.
“Josías es nuestro alumno desde primer grado, sus fracturas son de larga recuperación y es por eso que es como nuestro alumno frecuente. Ahora pasará nuevamente varios meses con yeso en casa, entonces volvemos a trabajar en conjunto con la escuela”, contó Nelson Duarte, director de la escuela.
Respecto del avance de su educación, su madre, Rosa Miranda,se mostró muy conforme con el servicio y con la vocación de los maestros que ayudan a Josías con sus tareas. “Debido a los tiempos de recuperación y muchas veces a las cirugías de Josías es difícil que avance, sin la escuela hospitalaria no iba a salir de primer grado mi hijo. Ahora estará mucho tiempo de nuevo en casa, y debido a una cirugía se atrasará, pero sin los maestros él no avanzaría”.
Precisamente, Josías vive en barrio 1º de Mayo en una calle terrada en muy mal estado, sin veredas. Cada vez que está en condiciones de volver a la escuela, su madre lo traslada en un cochecito para bebé, porque es imposible usar una silla de ruedas en la zona. Tampoco puede ir caminando porque no dispone de un andador para mantener una buena postura y evitar fracturas.
“Yo lo llevo a la escuela del barrio 25 de Mayo, para el recreo vuelvo para llevarlo al baño y él se queda en el salón porque se puede fracturar con sólo pisar mal. La única forma de que mi hijo pueda avanzar en la escuela es con el apoyo de la maestra que viene a dar clases”, resaltó la mamá.
Josías estaba asistiendo a clases hasta fines de mayo, ocasión en que volvió a sufrir una fractura; ahora los docentes de la escuela hospitalaria volverán a trabajar de forma conjunta para que el niño continúe estudiando.
Escuela Hospitalaria N° 3
En Iguazú funciona hace cinco años la Escuela Hospitalaria Nº 3, que surgió con las gestiones realizadas por la médica Raquel Matcoski. Actualmente, continúa funcionando en la gestión del médico Mauricio Reartes, que está al frente del Hospital Samic Marta Schwarz.
En tanto, el director Duarte se encarga de la escuela y cuenta con dos docentes para cubrir la demanda. Desde el inicio de clases en el 2019 hasta fines del año pasado han dictado clases a 512 alumnos en la sala de pediatría y a 40 alumnos en los domicilios. Incluso trabajaron con familias varios años seguidos debido a las patologías de los alumnos que no les permite regresar al aula.
“Nuestro trabajo consiste en dictar clases a los alumnos de forma coordinada con el establecimiento al que asiste originalmente el alumno, los docentes del aula envían las tareas a los niños y nosotros nos encargamos de trabajar con ellos. Así evitamos que los chicos se atrasen, aunque muchas veces nos quedamos un poco atrás en los conceptos porque dependemos del estado de salud del niño. Muchas veces el médico no recomienda visitas y en ese momento se suspenden hasta que podamos reanudarlas”, contó Duarte
En esta línea, comentó que en algunos casos la Escuela Hospitalaria cumple un rol social ya que la presencia de docentes los ayuda a mejorar el humor ante una situación difícil que están enfrentando.
“Nos ha tocado tener que brindar contención en momentos difíciles de los niños, sobre todo en aquellos que transitan tratamientos muy largos. El año pasado se recibió con nosotros un niño que cursó desde tercer grado. Lo acompañamos durante todo su proceso que fue difícil. Actualmente el adolescente no es alumno de ninguna escuela secundaria, pero esperamos que pronto tenga el ánimo suficiente para volver a estudiar”, añadió el director. A su vez, Duarte sostuvo que está sumamente agradecido primero, con la convocatoria por parte del Consejo General de Educación para estar al frente de la institución y en segundo lugar con los directivos del hospital.