Con la provincialización se llamó a concurso para las obras

El plan descontinuado que impregnó de madera los edificios públicos

Escuelas y hosterías se construyeron para atender demandas en educación y turismo. Falta de mantenimiento obligó a reemplazar con otros materiales
domingo 06 de agosto de 2023 | 6:05hs.
El plan descontinuado que impregnó de madera los edificios públicos
El plan descontinuado que impregnó de madera los edificios públicos

Volver a la madera, reinterpretar diseños y sostener la sustentabilidad como bandera. La historia de construcciones de diferentes edificios en la provincia, confirman el grado de utilidad de un material al alcance de la mano como respuesta a una demanda habitacional creciente. Algunos edificios como la Unión Cultural y Deportiva Eldorado demuestra la durabilidad y belleza de la madera.

Desde la era jesuítica hasta las recordadas Ñande Roga de la década del 80, hubo un momento bisagra entre 1950 y 1960 que marcó una época de las construcciones de madera en Misiones. El disparador fue la provincialización del territorio nacional de Misiones en 1953, cuando se licitaron obras emblemáticas destinadas a la educación, seguridad, turismo y salud. Escuelas, comisarías, salas de primeros auxilios y hosterías, se levantaron en diferentes puntos de la tierra colorada con modernos diseños y una estructura que, en algunos casos, aún persisten y si no se conservaron con los años, fue por falta de mantenimiento.

Los arquitectos Alina Bistoletti y Daniel Melgarejo no sólo comparten la pasión y el gusto por las edificaciones de madera, forman parte de la primera promoción de la carrera de arquitectura de la Universidad Católica de Santa Fe en Posadas y actualmente, son docentes de la cátedra de arquitectura moderna en Misiones.

Defienden a ultranza la madera como elemento para construcciones sostenibles y lo argumentan con movimientos históricos que se produjeron en la tierra colorada. “En la época jesuítica los templos tenían estructura de madera. De árboles nativos del camino más inmediato. Eran edificios con una superficie muy amplia y se necesitaba una madera muy resistente como lapacho o cedro”, explica Melgarejo.

“Si mirás bien las misiones jesuíticas, la piedra era el cerramiento, pero toda la estructura la soportaba la madera. Ese es uno de los antecedentes fundamentales”, agregó. Bistoletti interviene para explicar que “la provincia se fue dotando de servicios a partir de su provincialización en 1953 y equipos de arquitectos que ganaron licitaciones en aquellos años, comenzaron a trabajar con madera”.

“Los arquitectos Mario Soto y Raúl Rivarola fueron los que encabezaron varias de las obras que aún persisten. Escuelas de madera que se construyeron en la década del 50 y 60”, precisó. Un concurso nacional para financiar obra pública, activó un gran proyecto de los mencionados arquitectos “para construir escuelas en Aristóbulo del Valle, Eldorado, Puerto Rico y Campo Grande”, contó Melgarejo. “La escuela que está frente a la municipalidad de Aristóbulo del Valle se construyó en madera”, aportó. “Del prototipo original “casi no quedó nada, ahora es de cemento”, sumó Bistoletti.

En todas las escuelas se replicaba el mismo modelo “y lo interesante de la arquitectura de aquella época fue que demostraron que no todo se resuelve con tablones y un techo dos aguas de chapa. Las obras estaban inspiradas en una arquitectura espontánea. Se construyeron con un sobretecho que permite generar sombra y ventilaciones para estar más frescos, en un tiempo en que no se utilizaba el aire acondicionado”, detalló Bistoletti.

En diálogo con El Territorio, los docentes ponderaron la decisión de los arquitectos que ganaron aquel el concurso nacional, “porque activaron la industria de la madera en Misiones. Lograron que se transforme en política de Estado la utilización de la madera para construir”, defendió Melgarejo. Bistoletti lamentó que “después de aquel proceso no hubo evolución. Retrocedimos o nos estancamos porque no se generaron más soluciones de madera que son aptas para nuestro clima y con un material de acá”.

“Se habla mucho actualmente de arquitectura sustentable, recuperando el agua, reutilizando la madera, reciclando. Esta arquitectura de la década del 50 y 60 era sustentable”, remarcó. Y agregó que “para esas obras no se gastaba electricidad, no se deforestaba toda la provincia para poder construir. Se falló en el mantenimiento. Faltó elaborar un manual del usuario”.

De aquel suceso para la época “recién podemos remontarnos al impacto que tuvo las Ñande Roga durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Esa fue una política de obras de madera”, sostuvo Melgarejo. “Puso en valor algo que para muchos es de menor categoría, de segunda calidad y no es así. Esas viviendas siguen en pie porque las Ñande Roga eran de mucha calidad”.

En la década del 90, ladrillos y cemento parecieron apoderarse de las construcciones. “El típico comentario de aquellos tiempos era ‘ya tengo mi casa de material’”, repitieron al unísono ambos arquitectos consultados por este matutino. “La madera está desmerecida siendo que se pueden hacer cosas impresionantes”, enfatizó Bistoletti. Por gustos, diseño y costos, la tendencia es volver a la madera “y los antecedentes sirven para usar todo lo bueno que ya se inventó y ahora hay que reinterpretarlo. Hay mucha tecnología actualmente disponible y eso puede generar soluciones con sentido”. Bistoletti sugirió “aprender a utilizar el material madera en diferentes versiones, porque la madera te permite hacer cualquier cosa”. La necesidad de más viviendas familiares en Misiones “se puede atender con ese material que lo tenemos al alcance de la mano”. Ambos arquitectos señalaron que “con tres carreras de arquitectura que actualmente se dictan en la provincia, esos profesionales pueden trabajar con materiales locales, aprovechando los recursos naturales que tenemos”.

 

Hosterías de madera que sobreviven

Dentro del plan de construcción de edificios públicos, atender la demanda del turismo era prioritario en los años 50 y 60. “Con la provincialización también se llamó a concurso para construir hosterías de madera que hoy siguen en pie. Ejemplos son las de Apóstoles, Caraguatay, San Javier y la de Montecarlo”, contó Bistoletti.

Existen estructuras desde la provincialización.  Foto: Cátedra de Arquitectura Moderna

En algunos casos, “son construcciones mixtas que combinaba madera y cemento. Tenían un concepto especial esas hosterías, porque la de Montecarlo se construyó sobre la barranca del río y la de Apóstoles en un declive. Pero el prototipo se adaptaba”, especificó Melgarejo.

Con fotos de la época, Bistoletti recordó que “en el caso de la hostería de Apóstoles, tuvieron que conservar una pileta de la época jesuítica cuando la construyeron”. Melgarejo apuntó “otra obra para el turismo que se construyó fue el hotel del Automóvil Club Argentino de Eldorado. Allí se combinó madera con vidrio”.

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