La abundancia refleja perspectivas del estado en que está el ambiente

Los insectos, el grupo de animales más diverso del planeta, representan un componente esencial para el funcionamiento de los ecosistemas. La provincia de Misiones alberga, según los últimos registros, más de 1.600 especies. Este número señala, además de una gran diversidad, un complejo funcionamiento de los ecosistemas de la selva paranaense. Es lo que señalan desde el Instituto Misionero de Biodiversidad (Imibio) encabezado por el doctor Emanuel Grassi (director general) y en un informe realizado por el magíster Fernando Mazur y la bióloga Florencia Restelli. Destacan que tal es el impacto de los insectos en el ecosistema, que su presencia y abundancia reflejan interesantes perspectivas sobre el estado del ambiente.

Los expertos señalan que los insectos tejen una intrincada red de interacciones con muchos organismos, donde se destacan como polinizadores, alimento, control de plagas, recicladores, dispersores, descomponedores, entre muchos otros. De esta manera, la diversidad y abundancia de los grupos presentes en un ambiente evidencian mediante sus relaciones ecológicas, la presencia de otras especies y de las funciones que se están realizando en el ecosistema.

Insectos y estado del ecosistema
El monitoreo de insectos es utilizado ampliamente en la agricultura y la salud. El crecimiento poblacional de algunas especies, puede significar pérdidas millonarias en la producción vegetal o una mayor probabilidad de transmisión de enfermedades humanas. Por ejemplo, el establecimiento predominante de grupos de coleópteros (que tiene boca para masticar, caparazón, alas membranosas, como el más el escarabajo), lepidópteros (con boca chupadora con una trompa que se arrolla en espiral, con cuatro alas, como ejemplos la mariposa y la polilla) homópteros (especies como cigarras o pulgones) en hortalizas, yerba mate, caña de azúcar y otros cultivos de Misiones, se presentan como una amenaza para la producción.

Así, las unidades taxonómicas que por sus atributos nos dan información ecológica, nos sirven para indicar procesos o desequilibrios del medio ambiente. Estas especies o grupo de especies son llamados bioindicadores. En el caso de la producción animal, las perturbaciones en el ecosistema, pueden causar la predominancia de insectos vectores de enfermedades para el ganado y/o los seres humanos, como también la pérdida de los insectos que controlan enfermedades. El suelo también presenta una diversidad de bioindicadores, que pueden ser esenciales para impedir y prevenir desastres en la producción o el ecosistema. Un ejemplo frecuente es la aparición de colonias de hormigas en cultivos con suelos erosionados.

Cómo estudiar
El Instituto Misionero de Biodiversidad lleva a cabo, desde2021, el Programa de Relevamiento y Monitoreo de bosques nativos de la Selva Paranaense y sus ecosistemas asociados, en el cual se establece la creación de Parcelas Permanentes de Investigación (PPI), siendo la primera localizada en la Reserva Natural Selva Yryapú, de la ciudad de Puerto Iguazú, con el objetivo de monitorear y relevar la biodiversidad de dicha área protegida.

Monitorear insectos posibilita observar varios aspectos de un ecosistema. Existen métodos restringidos a la captura de unas pocas especies de interés (especies plagas, vectores, etcétera) y metodologías de muestreo que permiten capturar una gran cantidad de especies.

Entre ellos se encuentran las trampas Pitfall, diseñadas para insectos no voladores (trampas enterradas al ras del suelo con alcohol 70% para la preservación de individuos), y trampas Malaise para insectos voladores (mallas de interceptación de vuelo).

Este tipo de muestreos ambientales de insectos se centran en detectar la abundancia y/o diversidad para describir procesos y estados ambientales. La clasificación de insectos presenta un gran desafío, en el que se requiere del tiempo y la experticia de taxónomos para distinguir la gran variedad de especies. Sin embargo, existen diversos abordajes para estudiar insectos, o monitorear los ecosistemas a partir de su diversidad. Algunos estudios requieren una clasificación de pocos individuos a nivel de especie, mientras que otros abordajes se centran en captar datos a gran escala para conocer la diversidad a mayor nivel taxonómico (órdenes, familias) en áreas más extensas. El conocimiento obtenido mediante estos abordajes posibilita desarrollar estrategias para conservar un ambiente sano.

Con la tecnología
Por otro lado, el avance de la tecnología, implementa nuevos métodos de observación que facilitan la comprensión de la ecología de insectos. Los métodos de secuenciación de nueva generación (NGS), permiten, a partir de la extracción de ADN de una muestra grande, amplificar regiones diferenciales de ADN de insectos y obtener secuencias de Metabarcoding para inferir en su composición de la misma. Las secuencias obtenidas se leen como si fueran códigos de barras, que sirven para clasificar y revelar la diversidad de insectos en la muestra.

Otra técnica facilitada por la tecnología es el mapeo de algunas especies a partir de la grabación de sonidos ambientales. Muchos sonidos de insectos fueron caracterizados, lo que permite reconocer patrones de sonidos llegando en muchos casos a identificarlos hasta el nivel de especie. Además, otras metodologías permiten clasificarlos taxonómicamente por imagen, y analizarlos con métodos avanzados de procesamiento de datos.

Los nuevos métodos también posibilitan la recopilación de datos de biodiversidad por parte de los ciudadanos. El acceso a internet y la capacidad de obtener imágenes georreferenciadas con celulares, permite registrar y almacenar las observaciones en un banco de datos públicos que pueden ser útiles para otros estudios, como son el caso del repositorio GBIF (Global Biodiversity Index Facility).

Escarabajo verde, una de las especies en estudio en Iguazú. Foto: Emanuel Grassi

Las abejas

Otro ejemplo muy citado son las abejas, en las que sólo el 2% de las especies de este grupo sirve como principal polinizador del 80% de especies vegetales. Este grupo está altamente amenazado por el accionar humano. La contaminación por agrotóxicos, el avance de la frontera agrícola, la expansión de las ciudades y la pérdida de hábitat natural, disminuye sus poblaciones, reduciendo también la eficiencia del ecosistema y la calidad de los servicios que este provee.

En conclusión, conocer la dinámica de los insectos, su interacción y efecto en el ambiente nos brindan la oportunidad de revelar nuevas perspectivas y conocimientos de la ecología de insectos, que pueden resultar vitales para el medio ambiente y nuestra sociedad.

Servicios ecosistémicos y los insectos más populares

Suelen ser frecuentes ver estas orugas entre hojas húmedas. Foto: Emanuel Grassi

La diversidad de insectos en un ecosistema genera complejas relaciones ecológicas con especies de otros reinos, donde la disminución en la diversidad tiene un impacto directo en el balance del ambiente y los servicios ecosistémicos. Estos servicios, se entienden como “todos los recursos o procesos de los ecosistemas que benefician a los seres humanos”.

La producción de alimentos, el agua potable, el aire limpio, la regulación del clima y los ciclos geológicos, son algunos de los beneficios que recibimos y de los cuales dependemos.

Si bien todos los organismos de la naturaleza contribuyen al funcionamiento del ecosistema, el grupo de los insectos representa una importante proporción de la biósfera de la que dependen los sistemas ecológicos, sostienen el magíster Fernando Mazur y la bióloga Florencia Restelli

También cultural
También nuestra cultura se ve favorecida por los servicios ecosistémicos, en que la importancia de los insectos se refleja en nuestros cuentos, mitos y canciones.

La canción infantil de la taca taca, el mito guaraní del cuchillo del escarabajo y las fábulas de insectos de Horacio Quiroga son bellos ejemplos del acervo cultural de Misiones.

El impacto ecológico generado por perturbaciones ambientales como el crecimiento urbano, el uso de pesticidas, la deforestación, los incendios, entre otros, puede disminuir la diversidad de especies de insectos.

Cuando se pierden numerosas especies se altera la competencia y la cooperación ecológica, favoreciendo la predominancia de unas pocas especies por sobre las especies más sensibles.

Con esta perturbación, la conectividad y las funciones entre organismos se pierde, y el balance del ambiente se perjudica.

Por ejemplo, los insectos bioluminiscentes conocidos popularmente en Misiones como taca taca o bichito de luz integran tres familias de coleópteros que incluyen especies muy sensibles a perturbaciones del ecosistema, provocando en algunas áreas su total desaparición.

La contaminación sonora, lumínica, del aire, la cría de ganado y la basura son factores que afectan la persistencia de especies de bichitos de luz.

Debido a esto, las taca tacas son bioindicadores muy eficientes de impacto ambiental.

Bichitos de luz de Misiones como Pyrophorus sp. o especies de la familia Lampyridae pueden polinizar flores y alimentarse de frutas fermentadas y comer insectos fitopatógenos que pueden transmitir enfermedades en cultivos.

Cerca de arroyos y cuerpos de agua, los bichitos de luz de la familia Lampyridae tienen un importante rol controlando gasterópodos acuáticos (ejemplos, babosas y caracoles) como Biomphalaria, el vector de la esquistosomiasis. En las áreas de campos y bosques, estas especies de coleópteros controlan las poblaciones de babosas del suelo y de árboles.

La banda sonora de los insectos en la selva misionera Misiones se destaca por albergar diversidad y abundancia en cada población Investigadores del Conicet registraron la mayor cantidad de insectos del mundo Los mosquitos, importantes para el equilibrio biológico Biofábrica apunta a biocontroladores con el fin de eliminar los fungicidas Meliponario, un espacio para la preservación de las polinizadoras