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Un proyecto que contribuye al reciclaje y la reutilización de residuos

De la calle a la espalda, piezas únicas y originales

Sebastián Preukschat (32) confecciona bolsos, mochilas, riñoneras y más a partir de lonas en desuso que fueron carteles. Se destacan por su acabado perfecto
domingo 10 de julio de 2022 | 6:05hs.
De la calle a la espalda, piezas únicas y originales
De la calle a la espalda, piezas únicas y originales

La conciencia sobre el medioambiente y la responsabilidad de cuidar el único hogar terrenal que tenemos, es una bandera que levantan cada vez más personas. En el esfuerzo colectivo, cada granito de arena cuenta aunque parezca insuficiente. Así, desde diferentes ámbitos, un modo de vivir y de consumir más sustentable se abre camino.

Desde el reciclado y la reutilización de los elementos, el obereño Sebastián Preukschat (32), logró crear Nativo, una marca de bolsos y mochilas cuya materia prima son lonas que antes fueron carteles que estaban colgados en la vía pública o bien, que las gráficas desechan por no cumplir con los estándares de calidad.

Sebastián se recibió de Diseñador Industrial en la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) y desde la cursada de las materias lo sedujo la idea del reciclado y la transformación de los materiales en desuso. De esa manera logró consolidar su marca que se destaca por su creatividad, sus diseños y lo más importante, la imposibilidad de a ciencia cierta que lo que se tiene en la espalda fue antes un cartel que estuvo en la calle.

“La cuestión del material reciclado empezó con unos proyectos de Taller 2 de la carrera, pero no habíamos dado nada de lonas, sí nos mostraron algo de una marca que se llama Freirag, que hace mochilas con lonas de camiones”, comenzó contando Sebastián, que actualmente vive en Posadas y es docente en el Ipesmi.

Cada producto termina siendo una pieza única y exclusiva.

Y continuó sobre sus comienzos en 2017: “Años después vi un video de una diseñadora que hacía mochilas con basura de mar, es decir, restos de salvavidas y esas cosas con técnicas manuales: tijera, remachadora y no mucho más. Ese fue mi punto de partida para empezar con la marca y empecé a consultar en las gráficas de Oberá si tenían lonas”.

Así, de una manera más rudimentaria y manual comenzaron a surgir los primeros productos, pero no resultaron muy funcionales. Entonces se buscó a alguien que haga las costuras de sus diseños, pero no logró el acabado que esperaba.

Fue un año después, ya en Posadas, que halló por recomendación de un amigo a Mario, quien es actualmente el encargado del resultado final, puesto que Sebastián es el que hace los diseños y confecciona los moldes de cada pieza.

Mochilas, bolsos de viaje, riñoneras, morrales, alforjas para bicicleta, neceseres, bolsos para mate y portacosméticos, forman parte de la oferta del diseñador.

“Nuestros productos no tienen género, la forma ni los colores definen nada, si te gusta el diseño, te la hacemos. Si tengo la lona se tarda solamente tres días en terminarlo”, aseguró.

Sobre su colega Mario destacó: “Él tiene su taller en su casa y trabaja con una máquina de coser industrial, maneja el nivel de prolijidad que hace que el trabajo sea bueno. Una de las consignas de usar material reutilizado o de descarte es que el producto no se vea como descarte, sino como un producto nuevo. No por ser hecho de material desechado tiene que ser de menos calidad”.

Originalidad y compromiso

La materia prima la tiene gratis, no necesita más que recorrer las gráficas de la ciudad y preguntar si tienen desechos.

“Los resultados también nos sorprenden a nosotros porque primero vemos el rollo entero, hago los moldes, pero el producto se ve recién cuando lo busco del taller y siempre es una sorpresa”, reconoció el emprendedor y docente.

Se lo puede encontrar como Nativo Mochilas en Instagram. Generalmente los productos se hacen por pedido de los clientes, aunque a veces suele tener algunos modelos en stock.

“Todavía no somos muy conocidos y por eso hay temporadas que se vende más y otras menos. Lo que le gusta a la gente es que soportan bastante peso, que no se desarman y que son llamativas”, sostuvo Sebastián.

“A los clientes le gusta porque suelen tener colores que no son convencionales para ese tipo de productos. Es original y va llamando la atención”, agregó sobre la originalidad de cada pieza.

Más allá de sus creaciones recicladas, Sebastián trata en su vida cotidiana de mantener su compromiso con el medioambiente.

Reutiliza y dona a emprendedores las bandejas de plástico que le dan en los supermercados, así como también botellas de vidrio a los ecopuntos de Vecino Sustentable. Asimismo, da charlas sobre reciclado.

Cada grano de arena en pos de un mundo mejor cuenta y Sebastián es ejemplo de ello. 

 

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