El abogado dio las claves para proteger nuestros datos
Aunque suene exagerado, la regla básica es desconfiar de todo
Cada vez es más común escuchar casos sobre personas que recibieron un aviso por WhatsApp de que se ganaron un premio en un sorteo, que tienen un turno para vacunarse, la oferta de un producto a precio casi regalado o alguna propuesta laboral fuera de serie. La consigna es fácil. Para lograrlo sólo tienen que entrar a una dirección virtual con un simple click. Un camino que los lleva directo a las manos de delincuentes.
Porque con ese click se autoriza a que delincuentes que operan a través de medios digitales, puedan acceder a información personal que guardamos en nuestros celulares, al estado de nuestra cuenta bancaria, al uso de la tarjeta de crédito, a nuestras redes sociales, a los contactos que tenemos agendados y a un sin fin de datos que en manos malintencionadas pueden ser usados para cometer todo tipo de ilícitos.
Esta forma de aprovecharse de la inocencia de las personas que entusiasmadas por un supuesto premio o por creer que están entrando a un sitio confiable, autorizan sin darse cuenta, a que los delincuentes accedan a su información personal y puedan estafar, amenazar, extorsionar, por citar solo algunos delitos. Es una tendencia que crece en nuestro país.
Para entender cómo funcionan estas delitos que se ejecutan a través del uso de tecnologías, El Territorio dialogó con el abogado Alberto Saúl, que es experto en Seguridad Informática y que inició la entrevista con la regla de oro que se impone como el primer filtro para cuidarse de las mafias digitales.
“El concepto de ‘zero trust’ que en inglés significa cero confianza y que busca que los usuarios nunca confíen y siempre verifiquen el origen de la información que les están pidiendo es un mecanismo de defensa que se puede implementar en los sistemas de información de las empresas, pero también lo pueden practicar las personas de manera cotidiana en sus operaciones digitales” explicó el abogado Saúl.
Resulta antipático desconfiar de los millones de mensajes o propuestas comerciales que recibimos a diario a través del teléfono y las redes sociales, pero es mejor ser precavido, al menos cuando no sabemos quién está del otro lado de esa comunicación virtual, qué intenciones tiene y qué daño podemos sufrir si nos exponemos sin ningún tipo de filtros de seguridad en un mundo cada vez cruzado por las nuevas tecnologías.
Por eso, según el abogado especialista en materia informática, “el concepto de desconfiar de todo, restringir los accesos y verificar la información antes de permitirla, es un primer paso en materia de seguridad que todos podemos implementar en nuestras actividades digitales, o al menos ayuda a pensar el valor que tiene nuestra información personal y la importancia de cuidarla”.
Sociedad de la información
Para empezar a entender cómo operan estos ilícitos en las redes de comunicación que utilizamos diariamente para comprar algo por internet, mostrar la foto que nos sacamos en las vacaciones, hacer un trámite para cobrar alguna ayuda social o simplemente hacer una llamada telefónica, es necesario comprender el concepto de la sociedad de la información en la que estamos viviendo y en la que no todos somos conscientes del valor de cada dato que alimenta permanentemente ese universo.
“Desde el campo del Derecho actualmente estamos frente a una realidad mundial en permanente transformación, donde intentamos conciliar las distancias que existen entre el mundo de los paradigmas jurídicos tradicionales y los nuevos desafíos que presentan las tecnologías, promoviendo la creación de nuevas herramientas técnico-jurídicas que respondan a las necesidades de la sociedad de la información” explicó el especialista.
Seguidamente dijo que “el derecho informático se dirige a dar respuesta y contención jurídica a situaciones no previstas por el derecho tradicional, con un dinamismo, complejidad y transnacionalidad. Por ejemplo si una persona se ve afectada por algo que le sucedió a través de la red Facebook tiene los mecanismos para denunciar en esa misma plataforma pero también puede acudir a la Justicia y radicar la denuncia”.
Y en ese sentido explicó que las fiscalías de delitos informáticos se están creando en casi todas las provincias porque son una necesidad al momento de “investigar cuestiones cruzadas por la transnacionalidad, la producción de pruebas, el anonimato, la hiper vulnerabilidad de la sociedad frente al avance del mundo digital”.
Tendencia delictiva que crece
Al referirse a cuáles son las consultas más comunes en su ámbito laboral, el abogado explicó que se trata de un campo muy amplio porque hoy todas las actividades humanas están atravesadas por el uso de tecnologías.
“Estafas informáticas, brechas de seguridad, ciberataques, suplantación de identidad, injurias y hostigamiento digital, grooming, violacion de propiedad intelectual, de registro de dominios web y de contratos informáticos. También consultas relacionadas con la obtención, tratamiento y preservación de evidencia digital o prueba informática”.
Seguidamente explicó que una cosa es un ciberataque contra un organismo público que tiene datos sensibles de la población como por ejemplo el Registro Nacional de las Personas y otra un robo de datos de una persona que va a comer a un lugar y al momento del pago se llevan su tarjeta hasta la caja para el pago. “Acá para ser precavidos hay que pedir que traigan el posner hasta la mesa y no descuidar la tarjeta ni el documento en ningún momento porque con una foto de esa documentación ya podemos ser víctimas de delitos”, explicó.
Otro tip a tener en cuenta siempre es la configuración de claves seguras y su cambio regular. Y evitar tener una única contraseña para todo. “No es fácil acordarse de todas las claves pero vale la pena ejercitarnos en este tipo de hábitos que ayudan a protegernos” explicó el entrevistado.
Con respecto a la influencia de la pandemia en el crecimiento de los delitos a través de medios digitales, el abogado dijo que “con la pandemia se acrecentó el fenómeno de aceleración desmesurada en la adopción masiva de nuevas tecnologías, principalmente las de comunicación, plataformas de medios de pago, compras a distancia y bancarización digital, tanto en el segmento corporativo, gubernamental como en el hogareño”.
Seguidamente destacó que “ese fenómeno ayudó en gran medida a continuar con las tareas y actividades laborales y sociales pero también esa hiperconectividad digital mundial que se evidenció, amplió de manera exponencial la superficie digital de ataques cibernéticos”.
En cuanto al uso que hacemos las personas en nuestras vidas cotidianas, Saúl dijo que “en general se nota inexperiencia, inmadurez y descuido de los usuarios en el manejo de las nuevas tecnologías. Falta avanzar mucho en materia de educación y concientización sobre un uso responsable de todas las plataformas digitales”.
Perfil
Alberto Saúl
Abogado
Especialista Derecho Informático, Cibercrimen, Protección de Datos y Evidencia Digital formado en la Universidad de Buenos Aires (Uba).
Se desempeña como consultor IT -que es la sigla en inglés de Tecnología de la Información- en ciberseguridad. También es profesor de Derecho Informático, Seguridad, Integridad y Auditoría de Sistemas. Y es coautor de los libros ‘El Derecho Informático’ y “Género y Derecho del Consumidor”.
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