Testimonios en primera persona

Ex combatientes: la parte viva de una guerra fría y dolorosa

Veteranos de Capioví dialogaron sobre sus vivencias en las Islas Malvinas. La apatía social, el poco reconocimiento y cómo siguieron con sus vidas en estos 40 años
domingo 27 de marzo de 2022 | 6:05hs.
Ex combatientes: la parte viva de una guerra fría y dolorosa
Ex combatientes: la parte viva de una guerra fría y dolorosa

El próximo 2 de abril se cumple un nuevo aniversario del inicio de la guerra en las Islas Malvinas. A cuatro décadas de aquel conflicto bélico con los ingleses, ex soldados argentinos siguen compartiendo sus experiencias sobre aquel doloroso acontecimiento.

En Capíoví residen cuatro veteranos que contaron sus sensaciones a El Territorio.

Juan Carlos Celestino comentó que se desempeñaba como soldado en Puerto Belgrano cuando lo convocaron para ir a las Islas. “Era una tarde en que nos reunieron en una plaza, fue allí que nos dieron la noticia que iríamos a la guerra”, detalló. Sobre las emociones que recuerda haber transitado tras el anuncio comentó que primero sintió miedo y más tarde se mantuvo atento a lo que pasaría.

“Combatir no sólo significó cumplir órdenes. Nosotros éramos muy jóvenes para entender la magnitud de lo que significaba estar allá”, reflexionó hoy, tantos años después.

El regreso de Celestino tras la guerra fue difícil, más aún porque nadie lo recibió: “No fue sencillo ya que no tenía a alguien que me espere y ni a quién acudir. La soledad fue mi compañía por mucho tiempo”.  También precisó que la sociedad los discriminaba e incluso parecía hacerlos responsables de la derrota.

“Esa vivencia me dio seguridad. En aquellos tiempos estuvimos en desventaja con los ingleses y por eso aún hoy me pregunto de qué valió el sacrificio. Pero sin lugar a dudas los que estuvimos en campo de batalla no olvidaremos lo vivido.Hoy lo podemos recordar y contar”, detalló.

Un destino incierto

Otro de los soldados que estuvo en Malvinas es Raúl Sotelo, quien por aquel entonces viajó enlistado sin saber hacia dónde se dirigía. “Cuando llegó la orden de preparación nos dijeron que íbamos al sur argentino, donde se llevaba munición de guerra y eso me llamó la atención”. Y siguió: “Mientras nos dirigíamos en el buque -ya en el segundo día de operación- nos contaron que íbamos a recuperar las Malvinas”.

Pese a la presión del momento, Sotelo contaba con una preparación previa y eso le ayudó a sobrellevar sus días con mayor seguridad: “Me fui con 23 años y ya tenía algunos años dentro de la infantería. Fue para mí una gran responsabilidad, entrar en combate no fue mucha novedad y tenía algo más de experiencia que otros compañeros que no habían estado nunca en una situación similar”.

Su reflexión al regresar de la guerra fue profunda. “Tuvimos dos regresos al continente, uno cuando llevé a Mar del Plata a unos prisioneros ingleses y la otra fue el retorno definitivo”, explicó.

“No fue con bombos y platillos, no hubo siquiera recibimiento oficial y a eso se sumó la amargura de haber perdido, porque no nos rendimos como dicen, sino que se firmó un alto fuego, que no es lo mismo.

Tras su regreso, continuó en la Armada, dolido por la apatía y el desinterés del resto. “Recibimos malos tratos. Mi batalla particular fue no tener el apoyo de la sociedad”, se sinceró.

A pesar de ello destacó orgulloso que fue a Malvinas a defender a su patria y hoy es un testimonio vivo de la historia Argentina: “Con mis colegas somos la parte viviente de la guerra y hoy podemos contar nuestras experiencias y tristezas, siempre con la frente en alto porque se defendió las tierras y muchos dieron su vida en esa defensa”.

Inexperiencia, un factor común

Pedro Medina, ex combatiente, al igual que muchos  participó en la Guerra de Malvinas sin preparación previa. En coincidencia con Sotelo, el veterano  precisó que fue alistado para cumplir una misión pero nunca le contaron que se trataría de una guerra: “Nos llevaron a Puerto Belgrano, nos embarcaron en el ARA San Antonio y ya embarcados el jefe nos dijo que íbamos a las Islas Malvinas”.

Siendo muy joven y sin preparación, Medina recuerda:  “Cuando llegamos no quedaba otra que defendernos como podíamos porque al igual que otros jóvenes, fui a combatir con 18 años sin preparación contra una potencia”.

Tras su regreso, su familia lo recibió con llantos de alegría. Medina se refugió en ellos y así encontró un motivo para  “mantener el ánimo arriba”,  ya que “tenía toda una vida por delante”.

Una decisión personal

Raúl Saucedo, también veterano, viajó a Malvinas por decisión propia y al día de hoy se siente orgulloso de haber defendido a su patria.

“En marzo de 1982 nos reunieron en el buque y nos dijeron ‘Señores estamos en guerra, ¿quién quiere ir y quién no?’. Desde un primer momento dije que sí. A mi corta edad tuve el valor de elegir, nadie me obligó y estoy orgulloso de esa decisión”, relató.

Fue telefonista de todas las maniobras de combate, un cargo que demandaba enorme responsabilidad, puesto que también le costó burlas de la sociedad. “Cuando volví tenía el ánimo por el piso, sin un horizonte y sin saber qué hacer”, contó quien al retorno fue recibido por su familia. Más tarde, su entorno se burlaba de él. “Me decían ‘sos un excombatiente y no pegaste un tiro’. Y por supuesto que no lo hice porque me habían designado otra función”, relató.

Su paso por Malvinas lo llevó a forjar una filosofía de vida a favor de la paz y la tolerancia con el otro y el mundo: “Creo que la guerra es inútil, una decisión de unos pocos sin importar las consecuencias como el deceso de soldados o las heridas físicas o mentales. Yo soy un defensor de la protección ambiental y la guerra es todo lo contrario a eso, trae contaminación y destrucción”.

Hoy se desenvuelve como coordinador cultural y deportivo del programa Internacional Escuela Hermanas para la Cadena Mundial de la Paz y al igual que sus compañeros que vivieron en primera persona las secuelas de la guerra, brega por la paz. 

 

Informe de domingo

A 40 años de Malvinas, soberanía y memoria

‘‘Pasaron 40 años, la mitad de mi vida soñando que vuelve’’

El acto central del 2 de abril será en Jardín América

Ex combatientes: la parte viva de una guerra fría y dolorosa

El después de la guerra: entre la alegría y el trauma

La dura realidad de enfrentar a la muerte cara a cara, día a día

Temas de esta nota
¿Que opinión tenés sobre esta nota?