El acto central del 2 de abril será en Jardín América

domingo 27 de marzo de 2022 | 6:05hs.
El acto central del 2 de abril será en Jardín América
El acto central del 2 de abril será en Jardín América

Evelio Castelnovo, presidente de la Federación Misionera de Veteranos Héroes de la Guerra de Malvinas y Oscar Daniel Valiente, director general de Atención al Veterano de Guerra dependiente del Ministerio de Gobierno provincial contaron a El Territorio que para el próximo 2 de abril, Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas y en conmemoración de los 40 años del conflicto se están preparando actos y homenajes especiales en toda la provincia.        

Acto central

El acto central de Malvinas tendrá lugar el 2 de abril a las 9 en la ciudad de Jardín América con la presencia de veteranos de toda la provincia y de autoridades provinciales.

En tanto, el viernes 1 de abril en Posadas se realizará una vigilia en el Monumento a Los Caídos en Malvinas ubicado en la Costanera y Roque Pérez desde las 22 con entrega de medallas y números artísticos.

Ese mismo viernes a las 21, los ex combatientes se darán cita en la Iglesia Catedral en la Plaza 9 de Julio donde se encenderán y recibirán una bendición nueve antorchas en memoria de los nueve soldados misioneros fallecidos en la contienda. Y los veteranos llevarán estas antorchas encendidas caminando y con postas hasta el monumento en la Costanera.

“Este año y luego de dos años en que por la pandemia no se pudo hacer muchas cosas se está organizando esta conmemoración especial por los 40 años de Malvinas que estamos preparando en conjunto en toda la provincia y se organizó una agenda que permite que se puedan hacer homenajes en las distintas localidades, desde la federación por ejemplo vamos a estar la mañana del 2 en Jardín América y luego a la tarde vamos a estar en los actos en Puerto Iguazú”, explicó Castelnovo.

Por otra parte,  sobre la situación actual de los veteranos en la provincia consideró que, “se podría decir que los veteranos estamos en una condición de un 50 por ciento en lo que respecta a derechos y beneficios logrados. Se han obtenido avances mediante el diálogo con la Provincia que consisten en cobertura de sepelio o también readecuaciones en los salarios que no vayan atadas a otros tipos de pensiones provinciales y estos avances tienen la particularidad que estamos pidiendo que sean por ley y no por decreto”.

Recordó que cuando finalizó la guerra y de vuelta en sus casas, “todos éramos jóvenes y teníamos que volver a la vida de antes pero no era lo mismo, había que buscar trabajo pero en el sector privado no podías decir que habías peleado en Malvinas porque no te tomaban, hubo mucha discriminación, muchos pudieron reinsertarse y otros no tanto, muchos quedaron con secuelas, la desmalvinización no ayudó y dejó solo al ex combatiente, la malvinización la sostuvimos los ex combatientes”.

Opinión
Malvinizar
Ni bien concluyó la guerra del Atlántico Sur, en 1982, la sociedad argentina fue sometida a un proceso de “desmalvinización”. El mismo fue orquestado por los vencedores y ejecutado por ciertos sectores de poder en la Argentina, siempre afectos a defender los intereses foráneos antes que los propios. Desmalvinizar implicó muchas cosas. Una fue el olvido al que se condenó a los veteranos de guerra, cuya secuela de suicidios son una evidencia del drama desmalvinizador.

Otra consecuencia fue la generalización de teorías simplistas o directamente falsas sobre las causas del conflicto por la soberanía austral. Para buena parte de las y los argentinos la guerra fue la última locura militar de la dictadura. Reducir la totalidad del conflicto a las necesidades políticas de la Junta Militar o al grado alcohólico de Galtieri no sólo es absurdo, también es funcional a los vencedores, cuyas culpas se esfuman en estas interpretaciones simplistas.

Por eso es tan necesario malvinizar, porque es el único camino para que, como país, logremos resolver aquello que desde 1833 no podemos: recuperar la soberanía sobre una porción sustancial de nuestro territorio.

Malvinizar es mucho más que poner una bandera en el balcón el 2 de abril o saludar con respeto a un héroe de guerra. Implica conocer las raíces profundas del conflicto. Raíces que se inician en 1833 cuando una escuadra británica usurpó por la fuerza las islas, situación que se mantuvo durante casi 150 años, incluso pese a las resoluciones favorables a nuestro país en órganos como las Naciones Unidas. Si la dictadura encontró en Malvinas una excusa para intentar perpetuarse en el poder fue porque antes, mucho antes, el colonialismo británico nos robó un pedazo de territorio.

Malvinizar consiste en reconocer a los enemigos de la Argentina.

Gran Bretaña, Estados Unidos y la OTAN en su conjunto fueron los responsables de la muerte de 649 argentinos en el frío invierno del año ’82. Ellos mismos son los que, en estos 40 años, obturaron cualquier intento de negociación, en clara violación al orden jurídico internacional. Ellos fueron, son y seguirán siendo los enemigos de la Argentina. Por ende, malvinizar es, parafraseando a Silvio Rodríguez, la “necedad de asumir al enemigo”. Pues, seamos necios y digamos al unísono: ¡Malvinas Argentinas!

Por Pablo Camogli
Historiador

 

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