¿QUERES RECIBIR NOTIFICACIONES DE LAS NOTICIAS MAS IMPORTANTES? HACE CLICK ACÁ

Quince docentes enseñan ad honorem

El patio de Lili, un aula a cielo abierto en el barrio Itá Verá de Posadas

Un matrimonio cede su casa para que los chicos reciban clases de apoyo, de lunes a viernes, durante dos turnos de dos horas. Detalles de una experiencia única
domingo 20 de febrero de 2022 | 6:05hs.
El patio de Lili, un aula a cielo abierto en el barrio Itá Verá de Posadas
El patio de Lili, un aula a cielo abierto en el barrio Itá Verá de Posadas

En las puertas del ciclo lectivo 2022, con el desafío de la presencialidad plena todavía en contexto de pandemia, salen a la luz historias de solidaridad y el afán de ayudar a los más pequeños en sus estudios.

Por la avenida Martín Fierro y Costanera Oeste, más precisamente en la chacra 145 o también conocido como el barrio Itá Verá, se encuentra la casa de Norma Liliana Balbuena (31) y su esposo Daniel Mendoza (28). Motivados por el espíritu de aportar un granito de arena en tiempos de crisis, estos vecinos pusieron a disposición el patio de su hogar para levantar una especie de escuelita de verano. Se trata, en realidad, de clases de apoyo para los niños, que fueron víctimas colaterales del Covid-19.

A su cruzada solidaria que es una de las tantas acciones que realizan por su barrio, se sumó un grupo de docentes que dejan ahí lo más importante que tiene una persona: su tiempo. Los maestros o estudiantes de Magisterio van gratis, turnándose, de lunes a viernes dos horas en dos turnos (de mañana de 9 hasta las 11 y a la tarde desde 16 a 18) con el fin de hacer un plurigrado de refuerzo antes de marzo y que el impacto de la pandemia no retrase a los niños de primaria durante este año.

Desde temprano los chicos, de  6 a 11 años, van llegando al lugar. Una mesa de madera pintada de verde oficia de pupitre para todos. Y cuando la matrícula supera las expectativas, Lili saca otra mesa de similares características e incluso si hiciera falta, también se ocupa la de su sala comedor.

“En el barrio hay todo tipo de necesidad, hay madres que no pueden pagar apoyo escolar y para ellos -los niños- esta escuelita es un gran beneficio que pueden aprovechar y estudiar”, indicó la mujer en diálogo con El Territorio y añadió que su casa siempre está abierta para este tipo de propuestas.

“Todo lo que está a mi alcance de ayudar, ayudo a la gente en lo que puedo”, afirmó la mujer, que además lleva adelante su propio hogar compuesto por cuatro hijos. Su esposo es camionero y juntos entienden que así como recibieron ayuda para salir adelante, es momento de ser generosos y tenderle a otros su mano.

Su vivienda es modesta y el dinero no les sobra. Pero su vocación de servicio se impone. Tanto así que fue Lili quien solicitó ayuda a una agrupación política para concretar el proyecto. Los docentes ad honorem son parte de Voluntad e Integración Misionera (VIM), un grupo gestado hace varios años en Posadas e integrado por trabajadores de la educación.

La felicidad de estas clases va desde los niños hasta los padres, porque muchos no tienen la posibilidad de pagar a un profesor particular por los precios. Asimismo los chicos del barrio se sienten más cómodos en la casa de Lili a quien conocen y siempre les da un excelente trato. En las mañanas les invita un desayuno mientras están aprendiendo.

Por lo general las clases que se dictan son Matemáticas y Lengua, ya que son las materias troncales que se refuerzan constantemente por su grado de dificultad.

Soraya Argüello (37) maestra de primaria y Facundo Prugiero (40) docente de música y próximo profesional en Educación son parte de ese grupo que dicta las clases de apoyo en el barrio Itá Verá. “Llegamos a las 9 y ya hay algunas caritas esperándonos para comenzar”, comentaron.

Muchos van a estas clases en forma de doble turno y es durante la tarde donde llegan a ser más de 25 los integrantes de la escuelita de verano, acomodando los horarios para no sufrir el calor posadeño.

Según Argüello, es frecuente escuchar “yo en Matemática estoy flojo y me cuesta, pero de Lengua estoy bien”. Si bien son pequeños hay una conciencia muy grande en ellos sobre lo que saben o no se acuerdan y sin temor comunican lo que necesitan.

El objetivo que se tiene es que lleguen lo mejor preparados a marzo y avanzar con temas de su grado para que estén más firmes durante el año.

“A veces la socialización con chicos de su edad los distrae un poco, pero eso no quita que se note la voluntad y el esfuerzo, son chicos muy inteligentes y capaces”, afirma Argüello.

Comentaron que se nota el paso de la pandemia con respecto al conocimiento, que hacen más los deberes cuando tienen ganas y ese es el momento donde ambos aprovechan para dar más contenido y explicaciones. Los ayudan a leer o diferenciar las letras. Realizar sumas, restas, multiplicaciones, divisiones o las tablas a los más pequeños, siempre respetando sus momentos y no queriendo imponer a la educación como una obligación sino como una herramienta de conocimiento.

“Es muy satisfactorio hacerlo gratis, porque también cuando yo estudiaba mucha gente me ayudó y creo que esta es una forma de redistribuir todo lo que hicieron por mí, si alguien te ayuda podés ayudar, no a esa persona si no que a más personas, siento por eso que estoy pagando lo que me ayudaron”, declaró Soraya en referencia a la oferta del refuerzo, con una emoción en la voz.

Los voluntarios aclararon que las lecciones van a seguir por dos semanas más, ya que se está acercando el año lectivo.

Consultada la dueña de casa si volvería a plantear una acción parecida otra vez, estuvo de acuerdo, porque de esa manera puede ayudar a más personas. Que cuando el proyecto termine, seguirá colaborando con la iglesia “Luz a las Naciones” a la que ella y su esposo asisten desde hace años, preparan comidas y reparten a los más necesitadas. Igualmente colaboran con ropa y alimentos en su casa.


Ayudar al prójimo

Además de la ayuda pedagógica, este matrimonio también colabora con alimentos que cocinan y salen a repartir a los más carenciados. Todos los ingredientes para el preparado son donados por otros colaboradores. Así, Norma Balbuena destacó que su deseo por ayudar se da porque “nosotros con mi marido sufrimos necesidades cuando recién nos acompañamos, nos costó tener una casa propia, tener algo para comer.  Nosotros empezamos desde abajo y de cero, sabemos lo que es pasar necesidad, tener ahora y poder ayudar a los demás es una gran alegría”. Sin embargo, hizo un pedido a la comunidad y dejó su número para quienes puedan colaborar con ollas, materia prima o vestimenta para lograr auxiliar a más familias.

 

Informe de domingo

Misión revincular

El rol de las familias, clave para lograr un buen recorrido escolar

El merendero que se convirtió en una escuela en San Pedro

Un programa para combatir la deserción escolar

El patio de Lili, un aula a cielo abierto en el barrio Itá Verá de Posadas

El deporte como una herramienta central en la reinserción escolar

La emoción de revincular a los niños con sus maestras

Montecarlo: 60 docentes dan clases de forma voluntaria

Matemáticas y Lengua, las dos asignaturas con más alumnos.
El patio de Lili, un aula a cielo abierto en el barrio Itá Verá de Posadas
Temas de esta nota
¿Que opinión tenés sobre esta nota?