Los efectos de La Niña causaron importantes pérdidas en la zona

La sequía, un flagelo que puso en jaque a la producción

El déficit de lluvias prolongado dejó cuantiosos daños en diversas cosechas. Por ello, la Provincia decretó dos veces la emergencia agropecuaria en un año
domingo 30 de enero de 2022 | 6:05hs.
La sequía, un flagelo que puso en jaque a la producción
La sequía, un flagelo que puso en jaque a la producción

Misiones vive tiempos críticos a raíz de la prolongada sequía, que desde mediados de 2019 afecta a la región como consecuencia del fenómeno de La Niña, que reduce sustancialmente el promedio de lluvias mensuales. Los efectos de esta situación están a la vista, uno de ellos está ligado a la baja notoria de vertientes, arroyos y ríos en la tierra colorada, también los pastos que están prácticamente secos.

Esta situación generó preocupación en diferentes sectores que desde hace tiempo padecen el déficit hídrico. Ningún rubro escapa a ellos. Pero la principal alerta radica en el sector productivo, con pérdidas importantes en los cultivos, como pasa con la yerba, con plantaciones de hace años que murieron y otras con secas parciales.

Otro caso que se puede citar incumbe a la ganadería: la falta de pasturas, clave para la alimentación de los animales, trajo consigo problemas en plena temporada de servicio de la hacienda y, por ello, la pérdida de kilos de las cabezas; este hecho aceleró las ventas a bajo costo o incluso algunas vacas murieron.

El déficit no es actual. Como se mencionó, proviene desde 2019, cuando la ausencia de lluvias se notó más en la región. Ya para el invierno de 2020, las heladas intensas y tardías provocaron serios daños en las pasturas de las que poco y nada se pudieron recuperar.

La situación se agravó hacia finales de 2020, con pérdidas del 50% y más en tres rubros específicos: la ganadería, el té y los cultivos anuales, como el sorgo, maíz y la mandioca.

Este hecho motivó a que el gobierno provincial declare entre diciembre de 2020 y mayo de 2021 la emergencia agropecuaria, para atenuar los efectos del faltante de lluvias. Ese 2020, año tan recordado por el inicio de la pandemia por coronavirus, cerró con 400 milímetros menos del promedio anual de lluvias, que para la provincia es de 1.800 milímetros. Es decir, un 25% menos prácticamente.

Pero el 2021 no fue la excepción. Si bien el año había arrancado con un enero con precipitaciones muy por encima del promedio habitual de lluvias (es de 160 milímetros y en ese entonces cayeron poco más de 560), desde febrero el panorama fue nuevamente el mismo: ausencias de abundantes precipitaciones que permitan traer algo de alivio.

Como informó El Territorio a finales de diciembre, ese 2021 cerró con una merma de 500 milímetros respecto del promedio, según los números relevados por la estación agrometeorológica del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), ubicado en Cerro Azul.

Fue un diciembre prácticamente seco, el más seco desde que la entidad tiene registro: de 160 esperados apenas cayeron 29 milímetros. El contexto fue más alarmante, ya que en ese período se registraron altas temperaturas, de un promedio 35º en todas las latitudes de la tierra colorada.

El calor y la sequía formaron un combo letal para el sector productivo misionero. Ningún cultivo escapó a esta crisis climática, a la que se sumaron los incendios forestales que desde mediados de diciembre mantuvieron en vilo a toda la provincia, dejando millonarias pérdidas a los productores y daños irreparables a la biodiversidad que caracteriza a la tierra colorada.

Y en este marco, el 2022 arrancó con una nueva declaración de emergencia agropecuaria por parte de la Provincia por el término de seis meses, con la posibilidad de prórroga en el caso de que fuera necesario, si las condiciones climáticas adversas persisten.

Con montos entre 100.000 y 200.000 pesos, el Estado decidió brindar asistencia para la adquisición de bombas, mangueras, máquinas o plásticos para invernáculos, que en ese entonces preveía alcanzar entre 1.000 y 1.200 productores en una primera etapa. Ahora resta que Nación pliegue a la declaración de emergencia, para destrabar el envío de más fondos para atender las pérdidas que sufrieron los colonos y los sectores productivos, que avizoran mermas sustanciales en los cultivos que hacen a la economía local.

Pero los pronósticos a corto plazo no son para nada alentadores. Es que según las previsiones del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se espera que por lo menos hasta abril persista el fenómeno de La Niña, que se traduce nuevamente en falta de lluvias, como lo viene sintiendo el Sur misionero.

Por citar un caso, está Posadas, dónde los registros de la Oficina de Prevención ante Desastres Naturales (Opad), apenas se registraron 63,2 milímetros, cuando el promedio de enero es aún mayor: 161,2 milímetros.

 

Frutales que no se secaron, retrasaron su crecimiento por el mal tiempo. Foto: Natalia Guerrero

 

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