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Pequeñas producciones que hacen grande a la provincia

Frutas, hortalizas, distintos cultivos e industrias se abren paso de a poco en Misiones y siguen sosteniendo la chacra. Historias de trabajo de sol a sol en una tierra bendecida, que pese a las adversidades, sigue regalando sus bondades todos los días

domingo 30 de enero de 2022 | 6:06hs.
Pequeñas producciones que hacen grande a la provincia

La tierra colorada es ampliamente conocida por sus industrias y cultivos. Yerba, té, tabaco y madera son exportados cada vez con mayor aceptación mundial, llegando a mercados exóticos y diversos. Pero Misiones esconde mucho más en lo profundo de sus chacras: frutos, hojas, raíces. Una diversidad de producción que la convierte en un festín de colores y formas, creadas por las manos de los productores.

La fertilidad de los suelos y la capacidad de reinventarse de los colonos son las cualidades principales que hacen a la provincia una zona de innumerables fuentes de riqueza, patrimonio natural que pese a las adversidades sigue erigiéndola como la provincia más diversificada y fructífera.

Entrar a una chacra es descubrir un mundo nuevo de posibilidades. Desde árboles frutales hasta inmensos parrales, pasando por múltiples hectáreas de especies exóticas y vegetales de consumo diario. Ello sin mencionar además a los colonos que tienen producción derivada de animales, como la láctea.

Son los mismos agricultores los que se van animando de a poco a probar nuevos cultivos, con variedades que incluso no se consiguen ni siquiera en países de la región. Van intentando, a prueba y error.

Un ejemplo es el de Alejandro Piwarczuk, que en su chacra de Gobernador López cultiva jengibre, cúrcuma y ñame. Pero así también tiene otras plantas que no son tan conocidas en la zona, como el lulo, o naranjillo, fruta muy consumida en México.

La persistencia y el trabajo duro se ven en las hectáreas de plantaciones de Alejandro. Con el apoyo del técnico y productor Higinio Enríquez, la zona de Gobernador López se volvió realmente una cuenca del jengibre, impulsada además por una demanda que sobrepasa a la capacidad de producción, por lo que las intenciones de industrialización crecen entre los productores (ver páginas 4 y 5).

Diversificación
Almafuerte es un pequeño municipio misionero, pero dentro de él se encuentra la mayor variedad de frutas de la provincia. Durazno, uva, mango, melón, maracuyá, grosella, banana y cereza, entre otras, se pueden encontrar en las chacras de los productores.

Muchos de ellos venden luego sus productos en las ferias locales mientras otros logran sacar en escalas más grandes e incluso enviar a otras provincias. Daniel Kunigk es uno de los productores que mayor diversificación tiene, lo que logra a costa de esfuerzo y dedicación.

La localidad además cuenta con un vivero municipal y la fiesta provincial de las frutas tropicales que motivan la inclusión de cada vez más vecinos (página 6).

Además de las plantaciones, también hay otro tipo de producción que se abre paso en la provincia hace tiempo, creciendo a pasos agigantados: la lechería. El sueño de una cuenca nació hace más de diez en el seno de familias que residen en paraje Polvorín, municipio de Pozo Azul, caracterizado por el cultivo de tabaco. Más de una década los llevó encaminar el anhelo, que hace dos años y medio es una realidad: producen quesos que son consumidos en las mesas de la zona con muy buena aceptación. La alternativa, así como apunta a la diversificación, también viene a darle valor a la labor de la mujer en el campo (página 8).

En todo esto, un papel importante lo tuvieron las ferias francas, lugar consolidado como centro de comercialización. Sin embargo, para llegar a afianzarlas como punto de encuentro, muchos desafíos debieron pasar sus precursores. Eugenio Kasalaba fue uno de los impulsores hace casi 27 años atrás y aún hoy remarca la importancia de seguir trabajando para el crecimiento de este mercado social (página 9).

Con el pasar del tiempo, los productores siguen trabajando arduamente para sacar adelante la producción y seguir creciendo en la chacra, incluso con los cultivos más conocidos y buscados como la mandioca y la sandía (página 10).

El sector productivo sigue teniendo que enfrentar diferentes desafíos y más allá de las innegables bondades de la tierra roja, es imposible no hacer una pausa para repensar lo que ocurre con el cambio climático y la consecuente sequía que viene afectando al agro hace más de un año. Ningún cultivo escapó a esta crisis climática, a la que se sumaron los incendios forestales que desde mediados de diciembre mantuvieron en vilo a toda la provincia. La preocupación es creciente y las pérdidas cada vez más cuantiosas para los productores que desesperados, buscan una solución (página 11).

De esta forma, se puede ver cómo la yerba, el té y demás cultivos más conocidos son protagonistas de la economía provincial, sin dudas. Pero las denominadas “pequeñas producciones” son las que siguen sosteniendo la vida en la chacra, promoviendo la diversificación y transformación hacia una vida más natural y sustentable.

Presentadas a través de diferentes historias en este informe de domingo de El Territorio, las pequeñas producciones demuestran que en realidad son las que hacen, todos los días, grande a la provincia.

 

La demanda ubica al jengibre como una de las estrellas del cultivo local Priman la potencialidad y los deseos de industrialización Uvas, duraznos, mangos y bananas copan las chacras y el mercado La lechería se fortalece y aporta alto valor agregado en Pozo Azul Las ferias fueron clave para que Misiones se alce como productora La industria de la mandioca sigue en ascenso en Puerto Rico La agricultura como generadora de buenos valores La sequía, un flagelo que puso en jaque a la producción

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