Cada vez más personas encaran el futuro con fidelidad a sus voluntades propias

Parejas sin hijos: más allá de los mandatos

Daiana Bárbaro y Walter Machado hablan de la presión social que existe sobre esta elección individual. Decidir y planificar la vida que se desea, una libertad que asumieron las nuevas generaciones
domingo 21 de noviembre de 2021 | 6:08hs.
Parejas sin hijos: más allá de los mandatos
Parejas sin hijos: más allá de los mandatos

Daiana y Walter se conocieron en Posadas. Ambos coincidieron en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unam cuando vinieron a la capital misionera –desde Campo Viera y Puerto Iguazú respectivamente- para comenzar una carrera universitaria y desarrollar sus planes a futuro.

Desde niño, Walter Machado supo que no quería ser padre. Con el correr de los años, siendo adolescente fue reforzando la idea. Hoy, como adulto, sigue firme en su decisión. Daiana Bárbaro, por su parte, fue replanteándose lo que quería para su vida desde muy joven. De niña se sentía abrumada por los mandatos sociales que imponen el ideal de que todas las mujeres deben maternar. Esa presión siguió creciendo cuando fue adolescente. Allí comenzó a replantearse qué quería para su vida, cuáles eran sus proyectos y planes.

“Con el tiempo, uno se va formando, experimentando, va conociendo otras realidades; así empecé a cuestionarme si realmente quería tener un hijo y me di cuenta que no, no me nació nunca el deseo de tener uno”, aseguró en diálogo con El Territorio.

Ella y Walter son pareja hace ya bastante tiempo y ambos decidieron, individualmente, que no quieren tener hijos. Asimismo, aseguran que coincidir con ese plan de vida es muy satisfactorio no solamente porque uno se acompaña y apoya en el otro –respecto de la presión social que reciben por haber tomado la decisión- sino también porque se trata de una elección personal, en la que uno no ejerce influencia sobre su pareja.

 Hoy, cada vez son más las personas que encaran el futuro con más fidelidad a la propia voluntad y al proyecto personal que a los dictados de la biología y los mandatos sociales.

En los últimos años, las parejas poco a poco se van sintiendo más libres de decidir su futuro sin cumplir con la función de un modelo establecido. La deconstrucción y los movimientos sociales con lo que han crecido las nuevas generaciones también tendría mucho que ver con esta filosofía de vida.

Hoy, gracias a los cambios sociales, los jóvenes creen que hay más de una forma de tener una familia, más de una forma de disfrutar de la vida y muchas de estas no incluyen necesariamente un hijo. A esto se suma, que tanto hombres como mujeres tienen más posibilidades de decidir sobre sus cuerpos.

“Se trata de una decisión muy personal, es parte de una decisión individual”, resaltan ambos, quienes viven en Posadas acompañados de sus dos perras Gala y Beky.

“De chica lo veía como algo natural el ser madre. Con el tiempo uno va aprendiendo, conociendo cosas nuevas y formándose. Y hoy sé que no quiero tener hijos”, señaló Daiana al tiempo que agregó que sufrió y aún sufre mucho la presión social que hay sobre las mujeres, “porque para la sociedad es como que no estás realizada si no parís, no sos una mujer completa si no parís o no sos madre. Yo llegué al punto de volver a casa llorando porque salía y era un constante ‘¿Y vos para cuándo?’ ‘¡Mirá que se te pasa el tren!’ ‘¡Mirá que ya pasaste los 30!’, es re difícil lidiar con eso”, aseguró destacando que son comentarios de gente de su entorno.

“Muchas veces, la mayoría, son personas que te quieren y que vos también querés, por eso duele más. Porque es tu vínculo familiar, son tus amigos, conocidos del trabajo. El mandato es muy fuerte, cuesta mucho deconstruir eso y que el otro entienda y respete tu decisión”, acotó.

Por su parte, Walter destacó que a los mandatos sociales nunca les dio importancia y todas las bromas, preguntas o alusiones al tema las responde con un “no quiero tener hijos, es mi decisión”.

“Creo que siempre se trata de una cuestión individual. Así como yo disfruto de mis sobrinos, mis ahijados, de ver a mis amigos disfrutando de su familia -algo que me encanta-; también me gustaría que todo mi entorno pueda disfrutar de vernos a nosotros felices con los que nosotros elegimos. Estaría bueno que sea recíproco. No planificar una vida con hijos no quiere decir que no tengamos sueños; tenemos sueños, queremos vivir nuestra vida, y así, sin hijos, nos sentimos realizados, completos”. expresaron.

Todas las elecciones son válidas

Hoy, traer un hijo al mundo, adoptar uno o paternar /maternar es una elección. Se trata de un proyecto para la vida que puede ser planificado.

“Así como hay muchos que se sienten realizados como padres o madres, otros se sienten realizados viajando, con una carrera profesional, o emprendiendo y todo es válido. Es una decisión individual”, aseguraron los jóvenes.

Asimismo, reflexionaron que seguramente aquella persona que decide tener un hijo deja de lado sus otros objetivos o metas para involucrarse y pasar a disfrutar de esa nueva etapa de la vida. Sin embargo, no es el camino que todos desean tomar.

“Me propuse a mí mismo  desarrollarme, cumplir mis objetivos. Y en ese sentido, tener la libertad y tranquilidad para tomar  decisiones es mucho más simple si uno no tiene un hijo, si no tiene esa responsabilidad. Porque cualquier decisión que se tome afecta directamente a esa persona que está bajo tu cargo”, resaltó Walter.

“Es una elección que seguramente da muchísimas satisfacciones pero también requiere de mucha responsabilidad, es estresante y compleja; y prefiero elegir otro camino para mi vida”, coincidió Daiana.

La decisión de ambos viene además sustentada por otros factores. La cuestión económica, el mundo que vivimos hoy -con toda la contaminación ambiental, la violencia y las diferencias sociales que implican vivir el hoy y el futuro, sobre todo- son algunos de los factores que también inciden en la elección de vida.

A todo eso, se suma la libertad de sólo ser responsables de sí mismos, con las posibilidades y aperturas que eso implica: “A los dos nos estimula mucho la libertad. Si vos te prestás a la libertad es increíble, es un estimulante tremendo para la vida. Pero hay variaciones, como un hijo, por ejemplo, que reducen esa libertad. Por eso, respetando las decisiones de otros y esperando que otros también respeten la nuestra, seguimos eligiendo esa libertad”.

 

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