El recuerdo de Adolfina Escobar
La lucha incansable de una madre misionera
En abril del 2012, luego de 36 años de angustia y búsqueda por parte de su familia y principalmente su madre Adolfina Villanueva, finalmente llegaron a Montecarlo los restos óseos de Félix Escobar, secuestrado por la dictadura en 1976. Sus restos fueron hallados en La Plata como NN y finalmente fue inhumado en el cementerio de Montecarlo con cientos de vecinos que acompañaron a su familia.
Su madre Adolfina no descansó hasta poder dar con el cuerpo de su hijo y pudo morirse tranquila, el 18 de diciembre de 2014.
Recordada en la ciudad hasta hoy, entre sus aportes más destacados estuvo su activa participación en la Cátedra Abierta de Derechos Humanos en la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) en Eldorado.
Es que la lucha de Adolfina fue toda la vida. Pasó más de 35 años buscando a su hijo hasta que el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf) lo identificó en 2012.
En ese entonces Adolfina relató a El Territorio cómo les afectó a todos la desaparición de su hijo: “Su papá también luchó, pero creo que el dolor y la desesperación lo fueron consumiendo hasta que falleció. Él trabajaba en la YPF de la ruta y siempre me decía que lloraba cuando paraba un camión porque esperaba que Félix bajara de alguno de ellos. Estuvo cuatro años y siete meses enfermo hasta que no pudo más. Yo seguí la lucha, porque en ese tiempo estábamos solos, ahora tengo toda la gente al lado mío y estoy contenta”.
Cada 24 de marzo para la familia de Félix Escobar es un día sumamente triste, con muchos recuerdos de lucha incansable.
“Es un día triste, pero debemos recordar por qué muchas familias del país han sufrido la desaparición de familiares como ser padres, hermanos, amigos”, marcó Carlos Escobar, hermano de Félix.
“Como familia recordamos este 24 de marzo como un día triste, como el fallecimiento de un familiar, por las circunstancias que ha vivido nuestro país y buscamos como familia sostener la bandera de Memoria , Verdad y Justicia”, insistió al tiempo que recordó con orgullo a su mamá, “que nunca bajó los brazos” y lideró siempre la búsqueda de su hermano desaparecido.
Finalmente reflexionó que más de 30 años después, los restos de Félix pudieron descansar en paz en el cementerio de Montecarlo, la ciudad que lo vio crecer, y junto a los restos de sus padres.
“Como familia siempre lo vamos a recordar tanto a mi hermano y mi madre que ya no están, con mucho cariño y un orgullo enorme de tener como hermano y como madre. Seguiremos recordando este día manteniendo las banderas de la democracia y vivo el lema de Nunca Más”, cerró Carlos.
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