El docente universitario cuestiona “la negación de la política”
“La democracia argentina transita un momento trágico”
Hoy se cumplen 48 años del golpe de Estado que en 1976 ejecutó la dictadura militar que sembró muerte, dolor y miedo en todo el país. En el contexto de este nuevo aniversario, el profesor universitario Alejandro Kaufman reflexionó sobre el estado de salud de nuestro sistema democrático.
El entrevistado es docente universitario, crítico cultural y ensayista. Actualmente es profesor titular en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en la Universidad Nacional de Quilmes. También es investigador del Instituto de Investigaciones Gino Germani, que depende de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
“Creo que la democracia argentina transita un período realmente trágico, porque si bien está solidificado el sistema de sufragio y se valora en líneas generales la institucionalidad formal, al mismo tiempo se transgreden normas básicas de convivencia democrática y se vulnera la Constitución Nacional”, explicó el profesor Kaufman. Desde su mirada, “estamos asistiendo a un momento histórico de un gobierno que fue legítimamente elegido, pero que con su gestión está demostrando rasgos que no se condicen con la esencia democrática, porque se muestra injusto, inhumano e intolerante”.
Seguidamente explicó que “la legitimidad que obtuvo Milei en las urnas no se traslada automáticamente a todo lo que haga, porque en la historia hay muchos ejemplos de totalitarismos que llegan por medios legítimos. Nosotros como país estamos desconcertados porque es la primera vez que ocurre acá, porque antes este tipo de transformaciones se daban a través de un golpe de Estado. Y ahora ocurre por voluntad popular. Pero es una voluntad popular engañada. Esto que estamos viviendo es un fraude tan complejo como catastrófico. No es lineal ni sencillo. No es una mera mentira. Hay un aprovechamiento de una realidad dramática y de diversas circunstancias conflictivas.”
No fue hartazgo sino propaganda
Consultado sobre el hartazgo con la clase política argentina como explicación para entender al más de 55% que votó al actual presidente Javier Milei, Kaufman dijo que “no coincido con esa idea que explica que este gobierno es el resultado de un hartazgo social muy fuerte. No creo que sea así porque sería como porque me duele la cabeza, me la corto. Si yo me corto la cabeza, la explicación no puede ser que lo hice porque me dolía”.
El profesor dijo que “hubo un aparato de propaganda enorme, que se fue consolidando con los años y funciona como un emisor inapelable. Desde allí se machacó sobre la idea del hartazgo, distintas técnicas para denostar todo lo que sea del Estado, todo lo que esté basado en la solidaridad con el otro. Sobre esas consignas se lanzó un sistema de propaganda que consistió en repetir continuamente una manera de ver la realidad sin ningún tipo de réplicas ni debates”.
Según Kaufman, “lo difícil es ir contracorriente. Lo más fácil es dejarse llevar por el viento que te empuja y no oponer resistencia”
Actitudes poco democráticas
Kaufman dijo que “estamos en tiempos donde se normalizan situaciones de maltrato o discusiones políticas que no son normales. No podemos estar discutiendo si estamos a favor o en contra de la venta de órganos o de la trata de niños. No habla bien de nuestra sociedad ese retroceso”.
Luego dijo que “desde el gobierno nacional se machaca con la idea de que el principio de propiedad está por encima de todos los derechos humanos o de la salud o la educación y eso también es un grave retroceso”.
En ese sentido, dijo que “la democracia fue tomada como rehén. hay una extorsión: si el Congreso no me vota las leyes que quiero yo o si los gobernadores no acompañan mi proyecto, me voy a vengar, los voy a castigar, voy a desfinanciar a las provincias”. Con respecto a cómo funciona la respuesta social, dijo que “es habitual que algunas personas piensen ‘a mí no me va a tocar’. Es un mecanismo de defensa”
El país como un supermercado
En otro tramo de la entrevista, Kaufman dijo que “para Milei el Estado es una marca registrada, de la que él se adueñó, porque siente que la gente se lo regaló. Siente que los votos que obtuvo en las elecciones funcionan como una especie de compra venta del país y entonces ahora él como legítimo dueño puede hacer lo que quiera.”
Según el entrevistado “desde la óptica del presidente se ven las provincias como franquicias, que si dan ganancia pueden seguir y si no se pueden cerrar o vender. Todo desde esa perspectiva se puede comercializar. Todo tiene un precio. Es como si toda la Argentina fuese una especie de supermercado con todo a la venta al mejor postor. Es realmente una tragedia.”
Luego acotó “es como que te están estrangulando y te dicen que te están acariciando y no te des cuenta que eso no es un caricia y no te resistas al estrangulamiento”.
Kaufman ve al supermercado y similares plataformas “como una negación de la política porque allí se niega el debate o el diálogo entre las partes. Es tomalo o dejalo. No hay opciones. Y casi todo en la vida moderna funciona bajo ese modelo. Por eso el Congreso Nacional, los espacios de debate de ideas como las universidades, los ámbitos de diálogo, son formas de entender la política que tienen pésima prensa para el modelo actual”
Finalmente entendió que “la salida vendrá de un debate muy profundo en todos los espacios sociales sobre qué queremos como sociedad, “de que cada uno desde el lugar que le toque se anime a denunciar el sufrimiento que estamos padeciendo y visibilizar las injusticias”.
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