El rugby femenino en el club se inició en 2003 aunque sin juveniles

Las Zorras y un camino que se sigue trazando a pura pasión y compromiso

El conjunto mayor del Capri se prepara para conseguir un podio más en el Nacional de Clubes este mes luego de ganar el torneo local de la Urumi y el ansiado Regional
domingo 01 de octubre de 2023 | 6:05hs.
Las Zorras y un camino que se sigue trazando a pura pasión y compromiso
Las Zorras y un camino que se sigue trazando a pura pasión y compromiso

La ovalada es el objeto precioso, el talismán que llegando consecutivamente al otro lado de la línea otorga el triunfo. Pero no puede llegar por sí sola a ese destino, sino que es disputada en las manos (o pies en el caso de un penal), de ellas, las rugbiers, las guerreras de este deporte que sigue despertando pasiones, rompiendo tabúes y sumando jugadoras.

Las Zorras, el equipo femenino del club Capri de Posadas, se formó en 2003 y desde entonces viene recorriendo un camino, que no sin sortear sinsabores, puso a Misiones en lo más alto de la competitividad a nivel nacional. Las Zorras pueden estar orgullosas de haber conseguido el podio del Nacional de Clubes en varias oportunidades, luego de haberse impuesto en los torneos local y regional.

En el 2016 fueron campeonas argentinas, en 2012 y 2021 lograron el subcampeonato y en 2017 y 2013, el tercer lugar. Y ahora, tras quedarse con las ganas el año pasado, se preparan para otro desafío: el 8 y 9 de octubre tienen cita en Tucuman para un nuevo Nacional de Clubes que disputarán los mejores 16 equipos del país.

Las Zorras y su DT, Claudio Cadena, recibieron a El Territorio en uno de sus entrenamientos y se hicieron un tiempo para reflexionar sobre este deporte, sus logros y cómo viven esta pasión. Integran el equipo Candela Gonano (capitana), Érika Solé Masés, Marisa Salto, Flor Schreiner, Celeste Calderón, Lucía González, Malena Lencina, Marina Ratti y Abi García Carral. Lo completan Rocío Vázquez, Milagros Bernal, Soledad Domizi, Mika Conic, Marina Romero, Milagros Molina Duarte y Lilian Molina.

Confiar en la que está al lado

“El desarrollo del rugby femenino es lento, cuando empecé a jugar a los 12 no había infantiles ni juveniles, a esa edad ya estaba jugando en primera. Hoy ver un equipo de juveniles con niñas menores de 18 años es un orgullo enorme, una satisfacción para todas las que venimos estirando el carro del rugby femenino”, consideró Érika Solé Masés (24).

La joven, que está pronta a recibirse de kinesióloga, juega a este deporte desde los 12 años y confesó que fue amor a primera vista. “Una vez que te pica el bichito del rugby no hay vuelta atrás, no te vas más. Busqué la misma pasión en otro deporte y no lo conseguí. Empecé en el club y no creo que me vaya”, dijo entre risas esta aguerrida jugadora.

Pareciera que todo el profesionalismo, la competitividad del que da cátedra el rugby femenino y las barreras ideológicas y de género que se fueron derribando con el paso del tiempo, todavía quedan resabios de un pensamiento que atrasa años de búsqueda de igualdad. Lejos de ser un obstáculo es un desafío, el de seguir impartiendo eso que mejor saben hacer y enseñar.

“Todos los deportes tienen masculino y femenino, debería ser así. Lesiones, roces y juego bruto se puede encontrar en cualquiera. Para esto hay que entrenar, preparar el cuerpo. Todos los niños y niñas deberían tener la oportunidad de jugar al deporte que quieran”, dijo con determinación.

Candela Gonano (30), es la capitana del equipo. Oriunda de Apóstoles, se inició en este deporte a los 16 años, un poco hipnotizada viendo jugar a su hermano. Su destino llevando a la ovalada hasta Posadas, donde fusionó sus estudios académicos con los entrenamientos en el Capri.

“Toda mi vida hice deportes pero más individuales y el deporte en conjunto cambia totalmente, es el equipo y cada una cumple un rol”, comparó y en esa misma línea, consideró que el éxito de las Zorras está en “confiar en nosotras y en la compañera de al lado, querer ganar está siempre, pero ir paso a paso”.

Sobre qué aportaría al crecimiento del rugby en la provincia, observó: “A medida que se vayan sumando jugadoras va a ser mejor, pedir a los clubes que abran las puertas para que hayan femeninos, somos pocos a nivel provincial”.

“Hay cada vez más competición, ya las chicas vienen de juveniles, antes nosotros no teníamos eso, al tenerlo llegan a primera con conocimiento del juego, con estado físico, preparación y una lectura del juego que cada vez está avanzando más y hoy somos muchas las que jugamos al rugby”, dijo por su parte, Lilian Molina (33), que llegó al club hace ocho años impulsada por su Miguel Seró, uno de los referentes más importantes de esta actividad en la tierra colorada.

“El año pasado nos quedamos en el camino así que ahora estamos con el doble de expectativas, con el mismo grupo con el que la venimos peleando. Preparadas para el nacional”, mencionó.

“Preparadas para la guerra”, agregó Malena Lencina (26) a la que los encantos del rugby le llegó por parte de su hermano, “me iba a sus entrenamientos a mirar hasta que él me empujó a que lo haga”.

Sobre lo que sienten en el campo de juego/batalla, coincidieron ambas: “Es la adrenalina, saber que tenés a tu compañera al lado que si te equivocás te va a acompañar para llegar al try, que es lo que queremos”.

Palabra de DT

Claudio Cadena es el director técnico de las Zorras. Admiración y respeto se ven desde ambos lados de la formación. De cara al nacional, detalló: “Este mes empezamos a afinar los detalles para el Nacional en el que se nos presenta otro escenario porque hay equipos mucho más preparados que los que se pueden encontrar acá y es una competencia mucho más dura”.

Se trata de ajustes en la parte física, técnica, táctica y estrategia puesto que algunos equipos tienen jugadoras en la Selección Nacional lo que las eleva a otro nivel.

Sobre la razón por la cual considera que las Zorras tienen tan prestigioso recorrido, sostuvo: “En toda la historia del rugby femenino en la región, si bien no fuimos el primer equipo (en la provincia sí) fuimos aprendiendo, teniendo esa competencia nacional. Es una cuestión muy importante porque en un ranking (que no es oficial pero se enfoca en el rugby femenino) estamos considerados el segundo mejor equipo del país. Eso hace que las chicas mantengan su nivel, se entusiasmen, tuvimos varias chicas que fueron a la selección, tuvimos a una de las capitanas emblemáticas que fue la Cuchu Billerbeck”.

Cadena admitió sentirse muy gratificado de entrenar a las chicas, del interbancario que se da entre ellas. Al mismo tiempo compartió que está en la lucha de que el rugby femenino pase de ser seven a ser de quince jugadoras, tal y como era cuando empezó.

Sobre la realidad del deporte, lamentó que la competencia haya decaído producto del cierre de muchos clubes, potenciado después durante la pandemia del Covid-19. “Antes había femeninos en Montecarlo, Oberá, Apóstoles, Iguazú sigue teniendo pero nunca participan porque no pueden. En un momento todos tenían y se armó una linda masa. De hecho un año tuvimos la mayor cantidad de jugadoras fichadas en todo el país”, comentó.

“Si no tenés un recambio las chicas se ponen grandes u otros objetivos y es difícil remontar un equipo. Por eso le metemos mucha ficha a las juveniles para que puedan entrenarse, jugar y es lo que hoy da la contención”, rescató.

“Acá tenemos diferentes tipos de físico que en otro deporte no se ve, acá las chicas encuentran su lugar en el grupo, se sienten contenidas. Si la UAR  abre esa puerta para jugar con 5 creo que va a aumentar el nivel de mujeres. Estamos luchando por eso, para que vengan más chicas que no tienen cabida en otros deportes”. 

 

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