La escasez de recurso humano también se siente en la zona Sur

Entre el cansancio por los viajes y el esfuerzo por ir de pueblo en pueblo

José Sales y Ariel Silvero se trasladan a diario de un municipio a otro. “No dejaría de ir porque soy el único médico que los asiste hace más de 15 años”, dijo uno de ellos
domingo 02 de octubre de 2022 | 6:05hs.
Entre el cansancio por los viajes y el esfuerzo por ir de pueblo en pueblo
Entre el cansancio por los viajes y el esfuerzo por ir de pueblo en pueblo

Las localidades pequeñas tienen carencia de profesionales y muy pocos son los que viven en ellas, ya que la gran mayoría viaja desde las ciudades más grandes a hacer consultorios, atención ambulatoria o bien guardias en los centros de salud.

Aunque tanto Candelaria como Santa Ana cuentan con hospitales públicos de Nivel I, en estos centros de atención lo que más se ve es la falta de recurso humano, teniendo en cuenta que deben hacer frente a las consultas de pacientes que asisten desde varios puntos del departamento de Candelaria.

Sobre este aspecto, El Territorio dialogó con el médico José Mauricio Sales, quien vive en la ciudad de Leandro N. Alem y viaja cada día hasta Santa Ana para cumplir servicio como médico y director del nosocomio local.

“Es una realidad que vivimos a diario, es mi caso y el de muchos colegas que elegimos esta manera de trabajar por varias cuestiones, entre ellas el aspecto económico y la accesibilidad al empleo”, explicó el trabajador de la salud.

El profesional destacó que, con los años, esta modalidad de viajar desde grandes ciudades hacia otras más pequeñas atrajo a muchos especialistas de la salud, pero que a la vez vislumbra una problemática que persiste en el sistema sanitario.

“Este es un problema de larga data que requiere un abordaje integral. En Santa Ana, por ejemplo, casi todos venimos de otras localidades, ya sea de Posadas, Oberá, Alem o San Ignacio”, comentó sobre la realidad de la zona.

Y continuó: “Creo que respecto al tema de la radicación de los profesionales, para que haya incentivo de que nos quedemos en nuestros municipios tiene que haber una planificación por parte del Ministerio de Salud Pública, asociaciones de médicos de especialidad y los municipios. Con el objetivo de que no tengamos que ir y venir cada día, principalmente en lo que se refiere a los especialistas de atención primaria de la salud”.

Sobre su caso personal, Sales indicó que viaja en familia la mayoría de las veces ya que su esposa es administrativa en el hospital de Santa Ana y cuando el hijo de ambos puede ir con ellos participa también de las actividades del centro de salud o de los operativos integrales que se realizan.

La vocación de servicio
Por otra parte, el médico Ariel Silvero es especialista en medicina general y familiar. Se traslada desde hace 15 años a localidades como Candelaria, Cerro Corá y Bella Vista. A estos estos lugares Silvero viaja para brindar la posibilidad, a los pacientes de esas zonas, de ser atendidos con prestaciones básicas necesarias en las familias.

“Yo elijo seguir yendo a Cerro Corá y Bella Vista porque ahí las personas muchas veces no tienen posibilidad de consultar al médico por sus dolencias, no voy a negar que me siento cansado y muchas veces me dan ganas de dejar de viajar, pero después pienso en esas familias y creo que amerita seguir haciendo ese esfuerzo”.

Acerca de la infraestructura en estos lugares el profesional comentó que “en Cerro Corá el Caps está muy bien montado, ya que el intendente hace gestiones permanentes para equipar el lugar e incluso hay una enfermera y un odontólogo”.

Pero otros no tienen la misma suerte. “En Bella Vista, en cambio, hay días que atiendo en la escuela, otras veces en alguna casa particular, es adaptarse a la situación”.

El área rural de Bella Vista pertenece al departamento de Candelaria y queda a casi 29 kilómetros del hospital de Nivel I de la antigua capital jesuítica. Este es el centro de salud, con prestaciones básicas, más cercano para los vecinos del lugar.

Además de la distancia los locales no tienen transporte público para trasladarse en caso de que lo necesiten por una emergencia.

Sobre la realidad que se encuentra cada vez que visita las localidades Silvero relató que “muchas veces pensé dejar de ir porque es cansador, pero pienso en esa gente, son personas muy buenas que entienden las cosas como son. Comprenden hasta las imposibilidades de conseguir algo, porque están acostumbrados a no tener las cosas y saben cuando les tenemos que decir que no, por eso considero que es bueno trabajar con ellos. No dejaría de ir porque soy el único médico que los asiste hace más de 15 años”, dijo el galeno al contar como es su día a día viajando de un municipio a otro.

Y agregó que la importancia del médico en lugares así es mucha, a pesar que “si hay un caso grave o de urgencia se pone difícil porque las herramientas y recursos con los que se cuentan son escasos o nulos inclusive. Hay que derivar a Posadas sí o sí, por ese motivo también es que los colegas casi no quieren trabajar en esos lugares”.

Abrazado a la fe
Por último, Silvero comentó que es una persona muy religiosa y contó una de las tantas anécdotas que atesora en su memoria en estos años de arduo trabajo, con un parto complicado al que le tocó asistir.

“En ese momento me decían que no valía la pena insistir en reanimarlo, que lo dejáramos ir. Sin embargo no me rendí, lo asistí con todo lo humano y médico posible y con la ayuda de Dios”, contó emocionado al volver a poner en palabras ese momento.

“Es tanta la emoción de haber logrado salvarlo. Y más aún cuando lo veo hoy en día a Lautaro ya adolescente caminando por las calles de Candelaria, estudiando, gracias a Dios está re bien y fue ese parto el día de San Ramón Nonato -patrono de los partos y las embarazadas-”, señaló.

También recordó un accidente que sufrió en moto en una de las tantas idas y venidas a trabajar.

“Me dejó al borde de la muerte, pero gracias a Dios pude recuperarme y seguir viendo a mis pacientes de esas zonas que tanto necesitan”, finalizó.

 

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