Tras 20 años de trabajo en el Parque Nacional Iguazú
Dejaron su oficio como guías y se dedican a criar ovejas en Montecarlo
Carlos Grünewald y Claudia Plocher son guías de Turismo de profesión y después de trabajar 20 años en el Parque Nacional Iguazú, decidieron volver a la chacra en Montecarlo para trabajar la tierra con el cultivo de yerba, recuperar montes y animales de granja, entre otras cosas. También decidieron investigar e innovar técnicas en cultivo y todo lo referente al recupero de suelos y especies arbóreas. A futuro tienen pensado hacer una combinación de producción y turismo, para que los visitantes puedan vivir la experiencia de la chacra y entender así el cuidado de la fauna y flora.
Actualmente están experimentando con la cría ovina en yerba mate, utilizando las heces para abono, además de la producción de carne y un muy bajo porcentaje de lana.
“Hacemos un sistema integrado para limpiar la yerba y abonar. Durante la noche encerramos a las ovejas en corrales en altura y todas las heces se juntan y se lleva a los yerbales. Después se hace un compostaje con lombrices californianas y se lo lleva a la yerba. Estamos en proceso de investigación de eso porque hace poco lo estamos haciendo. Nos preguntan si creció el rinde y vemos que van mejorando los yerbales, pero no podemos dar cifras exactas”, explicó Plocher.
La evaluación que hacen estos productores es que la mayoría de los yerbales de Misiones son antiguos o los suelos tuvieron diferentes usos, la tierra está desgastada y hay que nutrirla, regular el PH y en ese proceso están.
Tienen arboles de distintas especies y su idea es dejar franjas ecológicas con especies nativas, que son buenas por la sombra, por eso no tuvieron tanta perdida con la sequía. Tienen árboles como por ejemplo obeña, que sirve para alimentar a las ovejas, además de dar sombra.
Carlos Grünewald dejó de ser guía de turismo para ser productor ovino.
También están avanzando con la ganadería regenerativa plantando cubiertas verdes, como avena, raigrás, vicia y otros pastos para que las ovejas coman y sea también una cubierta vegetal para que el suelo no sufra erosión.
“Todo este conjunto de árboles, yerba y ovejas también sirve para hacer turismo recreativo con visitas a nuestra chacra. Queremos mostrar lo que hacemos para darle valor agregado a la chacra es manejo y parcela”, dijo la productora.
En cuanto a la producción de ovejas, detalló: “La lana no se aprovecha, ya que tenemos una raza que es la Santa Inés brasileña adaptada a este clima, que es cruza de la raza africana e italiana. La raza texel, que es con lana, tiene origen europeo, son de Corrientes, se aprovecha la lana, pero el problema es que no tenemos esquiladores en Misiones, por lo que se puede hacer recorte con la tijera de tusar, como era antiguamente, y se utiliza más bien para emprolijar”.
“No es de gran calidad y tampoco hay demanda, por el auge de lo sintético la lana vale menos, casi no se usa o se destina a hiladoras de Fachinal que hacen peluches, sombreros o se descarta”.
“La raza Santa Inés tiene buen cuero para marroquinería. Nosotros no lo estamos aprovechando, pero estamos en eso. En Montecarlo no hay muchos productores ovinos, algunos producen para consumo de carne de los puesteros ganaderos”.
Entre incentivos y apuestas
Mediante el incentivo desde el Estado, de a poco se va notando un crecimiento en la producción en este caso, con fondos que se destinan a través del Ministerio del Agro y de la Producción para mejorar calidad genética y tener los animales, por lo que el productor actualiza su stock.
“Lo nuestro surge para limpiar la yerba, mantener los yuyos a raya, porque empezamos a certificar yerba orgánica desde 2018, entonces, como no se puede usar producto químico, la oveja es buena en ese sentido”, explicó Plocher.
Y detalló: “El número de cabezas fue creciendo, los corderos machos van a faena, excepto algunos que hemos vendido, y las hembras se trata de dejar como madre o se venden a otros productores”.
En Misiones hay un grupo de Cambio Rural en el que se encuentran productores de Montecarlo, Eldorado, Capioví, Ruiz de Montoya y otros municipios. Prácticamente todos se dedican a la producción de carnes. Los únicos que se dedican a la plantación de yerba hasta el momento son Claudia y su esposo, que están en etapa experimental con esta técnica de abono.
“Aprendimos y seguimos aprendiendo con capacitaciones , porque nunca antes criamos oveja. En 2018 arrancamos con esto. Participamos en todas las capacitaciones ovinas de Misiones, fuimos a remates y también tuvimos participación en un remate acá en Montecarlo. Empezamos con cuatro ovejas y un carnero; mi esposo se puso a leer y aprendimos un montón en capacitaciones en redes capacitación”.
“Nos gusta, porque es rentable la comida y para la carne del animal hay demanda. Nosotros vendemos poco por el momento, comenzamos a vender en trozos porque hay gente que no quiere el animal entero , pero se vende todo”, completó.
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