Entrevista a Ana Bertrán, del Grupo Late

Una exploración por la sonoridad del mundo y sus cosas

Tachos, globos, bolsas, todo se puede transformar en instrumento musical. Es la concepción artística de Late, que promueve un acercamiento a la música desde la experimentación
domingo 28 de marzo de 2021 | 6:05hs.
Una exploración por la sonoridad del mundo y sus cosas
Una exploración por la sonoridad del mundo y sus cosas

Un regreso a la raíz primigenia del sonido. Una búsqueda de nuevos paisajes en el universo musical. Una puerta de acceso a la canción como experiencia sensitiva.  

Todas estas proposiciones describen -sin agotar- las posibilidades del mundo sonoro de los instrumentos no convencionales y el impulso humano y artístico de emprender su exploración.

Esa realidad donde una lata no es una lata, o no es solamente ese artefacto cilíndrico. Su tarea no se agota en su cualidad de frasco, recipiente. Sino que se reinventa puesto a sonar, en función de un experimento, de un juego, de una armonía, de una dinámica de creación del músico y su lenguaje.

Con la certeza de que cualquier objeto es plausible de musicalidad, hoy son diversas las propuestas artísticas que incluyen instrumentos llamados no convencionales en la escena.

Estos instrumentos se constituyen de artefactos de la vida cotidiana, tanto en uso como ya desechados y que encuentran así una reutilización.

Acerca de esta vertiente musical que va por la corriente de la singularidad y belleza del sonido y que se nutre tanto de las palmas de la mano como de un tacho de pintura vacío charló con El Territorio Ana Bertrán, coordinadora, junto a Matías Almirón, del Área de Educación y Extensión Artística del Parque del Conocimiento.

El área desarrolla el programa Late, que promueve el acceso a la música a través de la experimentación con el propio cuerpo y elementos reutilizables.

“Cualquier cosa, cualquier elemento, puede convertirse en un instrumento musical, todo depende de lo que buscamos artísticamente, del uso que le damos  y de nuestra creatividad”, indicó la música y directora coral y de orquesta. 

¿Cómo podemos definir la música realizada con instrumentos no convencionales?  

Es una experiencia sonora con elementos que no son los instrumentos tradicionales, convencionales. Así, uno se puede introducir en el mundo del reciclado o de la experimentación con materiales no convencionales buscando justamente una experiencia sonora diferente -o parecida-, lo importante y principal para mí es la exploración sonora que hace la persona interesada en este mundo.

Hay que remarcar que la música, el sonido, sigue siendo el protagonista. Y con este objetivo claro, uno experimenta otros materiales que pueden ser cosas que se pueden reciclar o comprar como caños de PVC para hacer sonar de tal manera o generar cierto sonido.

¿Hay una conciencia ambiental en la generación de música con instrumentos no convencionales?

Lo bueno es que nos da esa posibilidad de poder reciclar, porque observando a nuestro alrededor podemos llegar a conseguir elementos y reciclarlos y darles provecho como instrumentos, así tiene ese lado sustentable tan importante.

Está muy buena esa posibilidad de reciclar de tener y transmitir esta conciencia del cuidado del ambiente. Pero también está el punto de que si uno quiere hacerlo de manera profesional, ahí ya quizás debés comprar. Hay dos lados, si uno quiere hacer un proyecto profesional o amateur. Para la música con instrumentos no convencionales, hay elencos maravillosos, que han desarrollando un gran nivel, que hacen una música hermosa. Desde el programa Late tomamos la inspiración de muchos de ellos.

Entonces están esos dos puntos, por un lado se recicla lo que se puede reciclar pero el enfoque del músico está dado en la búsqueda de la perfección.

¿La creatividad es uno de los motores?

Con mi colega Matías Almirón estamos coordinando el área de Educación y Extensión Artística del Parque del Conocimiento y dentro de esa área el programa Late, que es un espacio con todo este mundo de sonoridades recicladas y también de la expresión corporal, además, la escuela de canto coral y otros proyectos. La idea es tratar de fusionar este mundo particular de los instrumentos no convencionales con instrumentos convencionales y con la voz. Así, claro, uno va buscando y ampliando la creatividad y las posibilidades musicales. Es un mundo que vamos descubriendo día a día, conociendo otros elencos y a docentes que están transitando este mundo. Cada uno le da su impronta, hay mucha creatividad en ello.

¿Cómo es ese proceso en que se descubre la sonoridad de un elemento que no es un instrumento musical tradicional?

Lo importante para lograrlo siempre es la búsqueda, la experimentación sonora. Es como la guía. Podés buscar, por ejemplo, algo que se asemeja en su sonido a la lluvia o al canto de un pájaro, un sonido grave o una cierta resonancia que produzca tal experiencia sonora. Siempre es la música el contenido.

¿Qué impulsa a un artista a indagar por el mundo sonoro de los objetos?

Eso siempre va a estar relacionado con lo que uno tiene en mente. En el Grupo Late, una parte de los ensayos consiste en las pruebas con materiales, ver cómo suena tal elemento, cómo suena si se lo pone en tal posición, cómo hacer para que logre tal eco, tal reverberación, ahora en este tiempo atípico por la pandemia los ensayos son más virtuales pero ya estamos comenzando la presencialidad.

Y esa búsqueda es apasionante, es sentarse a probar texturas, es un trabajo intelectual de experimentación, y que cuanto más formado está el músico más va a poder ir plasmando lo que resulta de esta investigación. Porque toda la formación en el lenguaje musical que uno trae lo incorpora en la búsqueda de la sonoridad con elementos no convencionales. Esa formación musical, cuanto más sólida es, más nos beneficia y nos enriquece el panorama de la experimentación.

¿El uso de estos instrumentos abre más el acceso a la música?

Sí, claro, es un camino para ingresar a la música muy interesante, muy lúdico, de muy fácil acceso, porque precisás pocos recursos. Es una hermosa bienvenida o puerta de ingreso a la música, también para los niños. Late trabaja en las escuelas con todos los niveles educativos. Es lindo poder proponer ejercicios rítmicos con el cuerpo o con tambores hechos con baldes. Con pocos recursos se puede generar un ambiente musical, una experiencia de mucho aprendizaje desde lo musical y también se pueden ver cuestiones de coordinación motriz en niños. 

En cuanto al nivel secundario -que también trabajamos en las escuelas secundarias-, todo lo percusivo está muy a tono con el interés de los chicos. Hoy podemos ver que en la Estudiantina aparecen instrumentos no convencionales, los chicos desarrollan instrumentos de percusión muy bellos y creativos con elementos reciclados. Así, la Estudiantina, que es un patrimonio de los posadeños, se nutre de estas posibilidades. Entonces, vemos que el trabajo con estas dinámicas es una experiencia muy viva, muy rica, muy humana. 

 

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