“Me comentó que discutían mucho y que la golpeaba, y se puso a llorar”

viernes 04 de octubre de 2019 | 3:00hs.
“Me comentó que discutían mucho y que la golpeaba, y se puso a llorar”
“Me comentó que discutían mucho y que la golpeaba, y se puso a llorar”
Por Daniel Villamea

Por Daniel Villamea Corresponsalía Oberá

Que discutían mucho, que la relación de pareja estaba rota y sólo convivían bajo el mismo techo por la hija en común, que él le pegaba. Afirmaciones que dejó ayer la segunda jornada del juicio oral por el brutal crimen de Angélica Suárez (20) y complicaron al único imputado, Juan Oscar Baungart (29). 
Dos de las testigos que declararon ante el Tribunal Penal Uno de Oberá y otros tantos testimonios incorporados por lectura, dieron cuenta de la mala convivencia entre el acusado y la víctima, quien incluso planificaba un viaje al Sur con otro hombre, tal como le confió a una amiga. 
Incluso, el día previo a su desaparición la joven se mostró muy angustiada y se notaba que “no estaba bien”, según comentó una vecina que solía ayudarla con las labores domésticas. 
Al momento de su desaparición, Angélica residía con Baungart y su pequeña hija en el barrio Itatí de la localidad de El Soberbio. Con ellos vivía Josué Suárez, hermano menor de la chica, quien la vio por última vez el 12 de junio del 2016.
En tanto, el imputado afirmó que el 13 de junio almorzaron juntos, después se acostó la siesta con su beba y al levantarse su concubina ya no estaba. 
El cadáver de Angélica fue hallado 23 días después, el 6 de julio del 2016, dentro de una valija en el cauce del arroyo El Soberbio.  
“Éramos compañeras de boxeo y vivía a dos casas de ella. Recuerdo que el 11 de junio viajamos a Ruiz de Montoya por un torneo. Al otro día vi que estaba discutiendo con el marido y le invité a tomar mate para charlar. Angélica me comentó que discutían mucho y que la golpeaba, y se puso a llorar”, declaró Érica Olivera (24) ante el Tribunal.  
El testimonio de Olivera cobra relevancia puesto que fue una de las últimas personas que vio con vida a la víctima. 
Asimismo, confirmó lo que era un secreto a voces y desde un primer momento sobrevoló el expediente: la víctima mantenía una relación sentimental con su entrenador de boxeo, de nombre Walter, con quien incluso tenía programado un viaje a la provincia de Santa Cruz, según indicó su amiga. 
“Ella salía con el entrenador y el marido sabía. En realidad muchos sabían porque es un pueblo chico”, remarcó. 
También mencionó que Angélica le dijo que estaba separada de Baungart pero vivían juntos porque ella no quería salir de la casa. 
Soledad Dos Santos (16), una joven que solía colaborar con la víctima en las tareas domésticas y compartía las clases de boxeo, indicó que también la vio la 12 de junio.
Contó que ese mediodía fue hasta la casa de Angélica para buscar algo de plata que le debía y retirar unos abrigos. Si bien comentó que apenas cruzaron palabras, reconoció que la halló rara. 
“Me esperó en la puerta, me saludó y me entregó mis cosas y la plata, y me dijo chau. Estaba callada, me di cuenta de que no estaba bien (...) Por la tarde el hermano que vivía con ellos me preguntó si ese día la había visto”, mencionó. 
Consultada al respecto, agregó que la chica llevaba puesta “una chalina celeste con manchas naranjas”, elemento con el que se presume que la ahorcaron y luego fue hallado con su cadáver.  
“Yo le ayudaba en la casa, nunca vi que Oscar le pegue, pero ella me contó que peleaban bastante. Que estaban separados pero vivían en la misma casa por el tema de la nena”, agregó la testigo que al momento del hecho tenía 13 años. 

“Relación medio rara”
Entre los testimonios escuchados en la víspera se destacó el de María Lourdes Da Silveira, madre del imputado, quien si bien oportunamente no fue ofrecida como testigo por ninguna de las partes, a pedido de la defensa su declaración se incorporó por lectura. 
Indicó que el 13 de junio del 2016 su hijo le acercó su beba para que la cuidara con el argumento de que Angélica había salido. Al otro día, como la joven no regresaba, le dijo a Baungart que haga una exposición policial. 
“Los días siguientes le cuidé a mi nietita Sabrina durante el día y a la noche mi hijo se hacía cargo, hasta el día en que lo detuvieron”, indicó.
En tanto, reconoció que su hijo y la víctima “tenían una relación medio rara porque ella salía mucho y le dejaba a la nena conmigo. Ellos peleaban por el motivo que ella le maltrataba a la nena”. 
Da Silveira aseguró desconocer las circunstancias de la muerte de Angélica e indicó que su hijo le manifestó que es inocente. 
Silvia Andrea Da Silva, hermana de la víctima por parte de madre, aportó que “hacía un mes que estaban separados con Oscar, pero vivían juntos porque ella no se quería ir de la casa”. 
Asimismo, indicó que su hermano Josué le comentó que el 12 de junio ya no vio a Angélica y que “Oscar le dijo que no era para denunciar porque era sólo para preocupar a mis padres”. 
La testigo mencionó que recién a los tres días el imputado le contó que su hermana salió con una valija, al tiempo que subrayó que la valija donde hallaron el cadáver “era la que Oscar ocupada cuando viajaba a Posadas”. 

Un testigo a favor 
Yésica Suárez, también hermana de la víctima, fue quien ante la desaparición llamó al número de Angélica y habló con una mujer que se hizo pasar por ella. 
“Hacía ocho días que estaba desaparecida cuando llamé al celular y me atendió otra mujer que dijo que si no volvía en 15 días, era porque se iba para Buenos Aires (…) La que habló era la hermana de Oscar. Después cada tres días prendían y apagaban el celular”, señaló. 
Emanuel Pereyra Batista, amigo virtual de la víctima, declaró que sólo tuvieron contacto a través de Facebook. 
“Un día me escribió el hermano, me preguntó por ella y le dije que no sabía. Después me dijo que se enteraron de que estaba en Buenos Aires con otro hombre. Ahí le dije ojalá que sea feliz porque siempre decía que vivía peleando con el marido”, testificó oportunamente.  
Ayer, en tanto, también prestó declararon Lourdes Tognon (69), testigo propuesta por la defensa, puesto que al momento del hecho el imputado trabajaba como albañil en su casa. 
Ante el Tribunal, calificó a Baungart como “una excelente persona, todavía no puedo creer que lo acusen de algo tan grave”. 
Sin poder precisar la fecha exacta, señaló que en el mes de junio del 2016, un día el acusado le avisó que llegaría más tarde porque tenía que esperar que su mamá se levante para llevar a su hija y que se quede con ella, ya que la mujer se había ido y se llevó una valija.

Pericias y autopsia

En la víspera, a pedido de la defensa de Baungart, sus abogados Ricardo De la Cruz Rodríguez y Manuel Rondon solicitaron que se lean los resultados de pericias y la autopsia del cadáver de Angélica. Respecto al celular de la víctima, se determinó que el lunes 13 de junio al mediodía se dejó de utilizar dicha línea, hasta el día 16 del mismo mes, cuando se registraron dos llamadas. En tanto, en el remís de Miguel Ángel Pereyra, considerado el testigo clave, no se hallaron rastros de sangre.La autopsia determinó que la víctima falleció por “asfixia mecánica por lazo” y el cadáver presentaba un “surco en el cuello, debajo de la laringe”, una marca pre mortem. Por su parte, el Tribunal no hizo lugar al pedido de la defensa que pretendía incorporar por lectura la declaración de Josué Suárez con relación al horario en que vio a Baungart en la casa el 13 de junio, circunstancia que para los letrados implicaría una contradicción con los dichos del remisero Pereyra a favor de su cliente. Tras la clausura de la recepción de la prueba, para hoy se prevén los alegatos y la posterior sentencia. Precisamente, ayer los defensores solicitaron una prórroga de 24 horas para preparar el alegato con mayor fundamento, habida cuenta a la gravedad de la imputación.