2022-09-04

La actividad física le dio calidad de vida y nuevas metas deportivas

De no poder caminar por el dolor a ser un Ironman

El deporte le dio a Jorge Celano la chance de dominar sus dolores lumbares y convertirse en triatleta. Su traumatólogo que lo guía también se sumó a esta pasión

De estar postrado en la cama por un intenso dolor lumbar a convertirse en Ironman. Así fue la evolución de Jorge Celano, que encontró en el triatlón un aliado para mejorar su calidad de vida y su traumatógolo Santiago Balderrama, quien le recomendó y acompañó en el proceso de sanar a través de la actividad física, también se contagió de la pasión que genera el deporte combinado y hoy ambos se acompañan en este camino.

El dolor de columna es invalidante, quien alguna vez atravesó por alguna patología lumbar sabrá empatizar con Jorge. Pero el posadeño tuvo la fortuna de toparse con un traumatólogo que lo ‘salvó’ de una cirugía segura y le abrió la puerta a la alternativa deportiva para mejorar su condición dolorosa y le pegó en el blanco.

“Tengo 48 años y a los 24 años tuve mi primera hernia lumbar. Luego, a los 42, fue mi segunda hernia lumbar, pero siempre fui una persona de hacer actividad física, sobre todo complemento en el gimnasio”, aclaró Jorge, por lo que tener un contacto con el gimnasio también ayudaría más adelante.

“En el segundo episodio, a los 42 años, realmente estuve grave y durante cuatro días estuve tirado, sin moverme, literalmente no podía estar parado y después de la atención médica de mi médico Santiago Balderrama, hoy un gran amigo; y bajo sus instrucciones y su guía, pude hacer una recuperación progresiva”, compartió Jorge.

El proceso

Fueron tres meses en los que el posadeño comenzó por recomendación médica, en principio, sólo a caminar muy suavemente, y se sumó la natación. Luego se montaría a la bicicleta para movilizarse de a poco.

“Después de ese episodio tan agudo no podía caminar. Fueron 20 días de fisioterapia y kinesiología, con antiinflamatorios,y suavemente empecé a dar pasos. En el tercer mes comencé a nadar para relajarme y después ya iba en bici hasta la pileta”, recordó.

Celano cumplió su sueño de ser un “hombre de hierro” al correr un Ironman.

Su recuperación fue muy rápida con el deporte de la mano, ya que al cuarto mes ya estaba trotando y al mes siguiente corriendo, haciendo actividades que antes no podía y menos aún combinarlas.

“Y una cosa llevó a la otra y sin querer queriendo empecé a hacer triatlón ; hoy ya pisando los 48 años llevo seis años en esto. Estoy compitiendo regularmente en esta actividad tan apasionante que es triatlón, entreno todos los días a conciencia y siempre cuidando la salud y las buenas amistades”, explicó contento sobre su actualidad.

Pero su entusiasmo por el triatlón no quedó sólo en su ánimo, sino que se lo transmitió al traumatólogo Balderrama y “en las charlas de consultorio que íbamos teniendo por mi salud, yo le iba comentando el tema del triatlón y si bien, él ya era corredor, lo fui llevando de a poquito a esta actividad del triatlón y ya hace un par de años esta participando él también”, comentó orgulloso Jorge de poder también ir sumando personas a este deporte.

Es que estar de contento... Jorge pensaba que la cirugía estaba próxima, ya que atenciones médicas anteriores así lo preveían, pero “me dije ‘no’, con 42 años no me voy a operar la columna ni loco y fui a lo de Santiago y me dijo ‘estás comprometido, pero vamos a hacer un tratamiento de 2 ó 3 meses vemos cómo evolucionás y ahí charlamos’; y fue así que su profesionalidad me llevó adelante y estoy haciendo el deporte de primera mano y es buenísimo”.

Saliendo de ese cuadro agudo, encontrando un rendimiento deportivo excelente en su cuerpo, a Jorge le picó el bichito de cumplir sueños que tenía desde pequeño. “En mi generación cuando éramos chicos, en la década del 80, mirábamos el programa de televisión ‘El deporte y el hombre’ y se transmitía por primera vez para la Argentina el Ironman de Hawaii y eso quedó grabado en mi mente. Al recuperarme de la columna comencé a hacer las tres cosas (nadar, andar en bici y correr) y dije ‘tengo que hacer el Ironman antes de los 45 años’”, explicó.

Metódico como lo es, programó y planificó durante tres años hacer el Ironman full, un desafío para hombres y mujeres de hierro ya que contempla las distancias de 3,8 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y 42,2 de carrera. “En el primer año de entrenamiento hice de unas siete competencias sprints y olímpicas, que son la de corta y mediana distancias. Al segundo año corrí tres Half, de mediana distancia, y el tercer año recién hice el full que fue toda una etapa de entrenamiento físico y mental; así que gracias Dios pude hacerlo bien al Ironman y la columna se comportó bastante bien también”, dijo entre risas.

Hoy en día Jorge continúa entrenando a diario y compitiendo, pero ya en triatlones sprints o half “ya no distancias largas”, pero apuntando a las pruebas explosivas como las más cortas, “que también son exigentes para la parte cardiovascular y física que es lo que me apasiona”.

De esta manera, de la mano de la actividad física y deportiva, Jorge encontró cómo apaciguar sus dolores y él se siente feliz de  con su testimonio poder motivar a personas que sufren problemas de salud y tal vez, según cual sea la patología, entusiasmarlos a mejorar su calidad de vida en movimiento.

 

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