La clave, el apoyo familiar y compartir la angustia

Se refugió en la redonda para darle pelea al dolor

En un mes y medio, Manuel Roa perdió a sus padres y a una hermana por el Covid-19. “El fútbol me salvó”, señaló el zurdo
domingo 04 de septiembre de 2022 | 6:05hs.
Se refugió en la redonda para darle pelea al dolor
Se refugió en la redonda para darle pelea al dolor

“Siento como que todo pasó ayer. Se los extraña mucho. La casa de mis papás se volvió triste, se siente el vacío, su falta”. Desde hace un año y medio la casa de los Roa no es igual, pero para Manuel todo parece ser reciente.

El mediocampista de Guaraní perdió en un mes y medio a sus padres y una hermana a causa del coronavirus. La pandemia le dio un golpe durísimo al futbolista.

“El año pasado perdí a mis viejos y a mi hermana más grande por el coronavirus. Fue fuerte. Mis compañeros y el club me apoyaron en todo momento. Siempre me alentaron para que no baje los brazos y eso me ayudó a seguir. El fútbol me ayudó a seguir”, confesó

“Todo fue muy rápido. A mi mamá, que había tenido un ACV hace tres años, la internamos a la mañana y a la noche murió. Mi papá estuvo internado dos semanas y falleció y después pasó lo de mi hermana”, relató Roa.

El lapso entre mayo y junio de 2021 fue para el mediocampista un calvario de no acabar. Pero no tuvo tiempo para lamentarse. Fue el encargado de hacerle frente a la situación: “Yo no estaba contagiado, entonces tenía que hacer las compras, cuidar a los demás. No fue fácil, pero pudimos salir adelante”.

 Aunque claro también tuvo que buscar ayuda y refugiarse de tanto dolor: “Mi familia y mi novia estuvieron siempre ahí y eso fue muy importante en ese momento. La vida sigue, pero hay que tratar de hablar, no encerrarse. Hay que buscar a la gente que te quiere y compartir el dolor y quedarse con los mejores momentos de los seres queridos que se fueron”, reflexionó el futbolista.

Cuando las pulsaciones bajan y la rutina deja ver la falta de los seres queridos, es cuando más necesario se hace poder encontrar ese refugio. Poder hablar o, como le pasó a Manuel, poder jugar a la pelota.

“El fútbol me salvó de quizás tomar otro camino”, se sinceró el jugador y aclaró que “trato de no pensar tanto en eso (en la muerte) y tomarlo como una motivación”. “Los goles son para ellos y la gente que me rodea en el día a día. Hay que seguir con la cabeza levantada”, aseguró. “Se veía muy lejos la enfermedad. Cuando llegó acá empezó a morir mucha gente y a mí me tocó muy de cerca. Fue difícil y feo. La vida sigue, así que trato de disfrutar el lugar al que llegué”, expresó Roa, quien esta tarde buscará un nuevo título con Guaraní. El mediocampista fue importante en el Regional en el que la Franja peleó un ascenso al Federal A, también se destacó en la conquista de la última Liga Posadeña y ahora va por el Provincial. Todas esas pequeñas conquistas son para sus padres y su hermana, su motivación en el día a día.

“Sé que desde arriba me están guiando”, aseguró el mediocampista que encontró en la redonda la manera de salir adelante ante los golpes que le dio la vida. 

 

Informe de domingo

El desafío de resurgir

Guerrero de mil batallas

El trail como cable a tierra para enfrentar a la esclerosis múltiple

Cuando remar en el Paraná es el antídoto perfecto

Se refugió en la redonda para darle pelea al dolor

De no poder caminar por el dolor a ser un Ironman

El golf le cambió la vida a Marquitos Winckler

Temas de esta nota
¿Que opinión tenés sobre esta nota?