Proponen la creación de un centro de abordaje para personas violentas

martes 04 de diciembre de 2018 | 6:00hs.
Proponen la creación de un centro 	de abordaje para personas violentas
Proponen la creación de un centro de abordaje para personas violentas
En lo que va de 2018, el Juzgado de Violencia Familiar de Misiones registró 7.200 denuncias por violencia doméstica, en tanto se estima que los casos irán en aumento por lo cual las estadísticas cerrarán en unos 7.500. Asimismo, otro dato a tener en cuenta es que desde que se inauguró el juzgado -primero en su tipo en la provincia- en junio del año pasado, las causas ascendieron a 11.500.
Desde ese punto de vista, el juez Alfredo Olmo Herrera comentó en diálogo con el programa Acá te lo contamos por Radioactiva 100.7, que la dependencia a su cargo y el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de la provincia en conjunto se encuentran trabajando en la creación de grupos de terapia para personas violentas.

La iniciativa parte de que las denuncias -en la mayoría de los casos- son reiterativas. Es decir, que una misma persona a veces llega a tener entre tres o cuatro causas abiertas a partir de presentaciones hechas por diferentes parejas.

“No tenemos que centrarnos sólo en la superación de las víctimas, sino que debemos también tratar al violento porque si no tiende a repetir el ciclo, ya sea con la misma persona o con las nuevas parejas o familias que vaya formando”, afirmó Olmo Herrera.
Por otra parte, diferenció los conceptos de violencia de género y violencia doméstica, siendo la primera el ejercicio de agresiones del hombre hacia la mujer, mientras que en el segundo caso se trata de aquella que se ejecuta en el terreno de la familia, ya sea entre parejas o incluso puede tratarse de cuñados, tíos, etcétera.

Estos últimos casos son competencia del Juzgado de Violencia Familiar, donde se toman medidas cautelares ya sea para poner un freno legal a hechos de agresividad en desarrollo o evitar un potencial ataque.
“Las medidas que se adoptan fueron designadas por la propia Corte y lo que buscan es interrumpir el ciclo de violencia en desarrollo o, en el caso de la potencialidad, evitar llegar a ese contexto”, sostuvo el juez.

Sin embargo, todas estas normas tienen que ver con el plano de lo físico, ya sea por órdenes restrictivas o por expulsión del hogar de la persona generadora de violencia, entre otras posibles medidas. Sin embargo, nada de esto garantiza una solución de fondo, ya que el presunto agresor volverá a atacar en cuanto finalice el término restrictivo, incluso muchas veces sucede antes.
Esto se debe a que las personas que manifiestan conductas violentas generalmente poseen diversos trastornos que les impiden actuar de manera normal y por eso deben necesariamente recibir un tratamiento psicológico a fin de superar esa instancia. Y el primer paso es reconocerse como alguien violento.

Muchas veces se trata de personas patológicamente celosas, con trastornos de personalidad como el narcisismo o la antisocialidad, alguien que abusa del consumo de sustancias (alcohol, drogas) o que acarrea traumas desde la infancia. Así, ante situaciones de estrés, la primera reacción es la ira y esta desemboca en el maltrato. 

Mitos

Si bien en la mayoría de los casos es el hombre quien ejerce la violencia sobre la mujer, cuando se trata de violencia doméstica hay un porcentaje de mujeres que son denunciadas.
Así lo explicaba Herrera: “No debemos cerrar esta cuestión sólo a los hombres, es cierto que en las estadísticas es casi un absoluto, pero hay un alto porcentaje también de mujeres denunciadas y muchas de esas son repetitivas, lo que demuestra que hay hombres y mujeres violentos porque sufren de una condición que debe ser tratada para superar”.

En este sentido, se hace referencia a una problemática que tiene que ver con la condición humana y no estrictamente con el género.
Desde esta perspectiva, el juez finalizó: “Si esa persona no trabaja en sí misma con ayuda profesional, lamentablemente tarde o temprano se van a repetir esas situaciones. (...) Esto nos demuestra que hay individuos que sufren un problema que tiene que ver con la violencia inserta en su propio ser, por diversos motivos. La causalidad es tan grande y tan compleja que hay que hacer un verdadero abordaje integral e interdisciplinario de la persona violenta”.

De esta manera resulta absolutamente necesaria para la sociedad la implementación de espacios terapéuticos  dirigidos específicamente a la persona generadora de violencia, con el objeto de disminuir estos hechos delictivos y aberrantes.

Psicológica y económica, otras caras

La violencia familiar y de género recobró actualidad en los últimos días, tras el femicidio de Cecilia Marlene Krujowski (34), cometido el pasado lunes 26 de noviembre en Aristóbulo del Valle. Al respecto, la comisario inspector Alicia Romero, de la Dirección de Asuntos de Familia y Género, explicaba: “Nuestra ley provincial de violencia familiar es completa y ya no solamente se centraliza en la violencia de género hacia la mujer, sino que trata toda la violencia que se produce en el ámbito familiar”. Agregó la uniformada que “cuando hablamos de los tipos de violencia, no sólo es la violencia física, que es la más visible, las lesiones, los golpes; la ley establece otras modalidades como sexual, psicológica, económica, algunas a lo mejor no llegan a constituir delito, pero sí son disparadores como para solicitar acciones preventivas”.


Voluntariamente o por orden del juez en Mendoza

En la provincia de Mendoza, actualmente existe un Programa de Centros de Abordaje del Agresor. En el marco de la lucha contra la violencia de género, el gobierno de Mendoza brinda un espacio de reeducación para agresores que ofrece un tratamiento especializado e interdisciplinario para hombres violentos, ya sea que asistan de forma voluntaria o por orden judicial. El tratamiento considera aspectos que permiten orientar al agresor para comprender la dañosidad de sus actos y las consecuencias. Además, se trabaja sobre estereotipos patriarcales, roles sexuales, control de los impulsos, los celos, entre otros, haciendo hincapié en las nuevas masculinidades.