Su familia vendió una chacra para una cirugía

El calvario de Ronaldo Dos Santos y su familia

A más de un año del hecho, Ronaldo Dos Santos (27) sufre las secuelas físicas y no puede trabajar. Pidió justicia y contó cómo fue el durísimo proceso de recuperación
sábado 16 de marzo de 2024 | 11:30hs.
El calvario de Ronaldo Dos Santos y su familia
El calvario de Ronaldo Dos Santos y su familia

Un año pasó del día que cambió para siempre la vida del joven Ronaldo Dos Santos (27), quien fue atropellado por efectivos de Gendarmería Nacional en un cuestionable procedimiento. Pese a ello, no hay imputados en la causa, mientras la víctima tuvo que pasar momentos muy duros por las graves lesiones sufridas. Entre ellas, el pago de más de 2 millones de pesos por una cirugía. A la fecha, ya sin recursos, implora por justicia.

 
El 26 de enero del 2023 es una fecha que, aunque lo intenta todos los días, se torna imposible olvidar para Ronaldo, domiciliado en el kilómetro 90 de Pozo Azul. El ruido del motor y el peso del móvil de Gendarmería Nacional pasando sobre su cuerpo es una pesadilla con la que convive casi todas las noches. Ese día salía de realizar una changa al mando de una motocicleta marca Honda modelo Bross de color rojo cuando, por razones que no están del todo claras a la fecha, fue interceptado por efectivos de mencionada fuerza.

 
Si bien en ese momento, por temor y a que los efectivos realizaron disparos, no acató la voz de alto, aún no entiende por qué los uniformados lo impactaron por la parte de atrás, tumbándolo del motovehículo y cruzando sobre su cuerpo con los neumáticos delanteros del rodado. Desde ese día se debate entre los dolores, las secuelas y la impotencia. Su único pedido es por justicia, que los acusados paguen por lo que hicieron y se hagan cargo, por lo menos, de los altos costos que le demandan las condiciones de salud en la que lo  dejaron.

 
De ser un hombre trabajador y honesto, como lo calificaron sus vecinos, Ronaldo hoy no puede trabajar. Recibir el alta y estar en su vivienda le costó mucho sacrificio, ya que debió pasar por estados de abandono cuando estuvo internado en el Samic de Eldorado, hasta que -mediante un amparo judicial- avanzaron con los tratamientos. Sin embargo, su familia debió vender una chacra para hacer frente a una costosa cirugía y así evitar que, por más demoras, se agraven las secuelas.

 
De acuerdo a la historia clínica proporcionada por el Samic de Eldorado, al ser trasladado desde San Pedro presentaba dolor e impotencia funcional en pelvis y miembros inferiores, fractura de pelvis y sacro tipo Denis 2 con apertura del anillo pelviano, por lo cual recibió varios tratamientos y tiempo en que se detectó una lesión axonal de los nervios. Por este motivo el 22 de febrero de 2023 fue intervenido quirúrgicamente para la realización de una osteosíntesis de pelvis con doble placa.

 
Pese a los tratamientos el cuadro no presentaba mejoras, tanto que persistían los dolores en la región sacra y se detectaron secuelas como impotencia sexual, dificultad la micción y ausencia de reflejo cremasteriano derecho. Fue cuando la recuperación se complicó, ya que debía realizarse una resonancia nuclear magnética de columna lumbosacra y pelvis, estudio que no se realiza en la provincia por no contar con un resonador acorde al caso.

 
En ese momento Ronaldo y su  familia sacaron dinero de donde no tenían para tratar de revertir al máximo su gravísimo cuadro de salud. Fue el propio joven quien contó a este medio cómo transcurrió la última etapa de internación en Paraguay.

 
“Tuve que ir al Chaco paraguayo, dos meses y unos días estuve allá, en la ciudad de Filadelfia, para hacerme una cirugía que consistía en unir la uretra y sacarme una talla vesical que llevaba puesta hacía ya seis meses y acá no encontraban una solución”, indicó Ronaldo Dos Santos.

 
Y detalló que “después de esa cirugía estuve con sonda tres meses. Hace diez días me sacaron, pero me quedé con la vejiga hiperactiva y eso me molesta mucho en la vida social, me quedé con disfunción eréctil, una pierna más corta y dolores diarios en la columna”.

 
Con enorme impotencia aclaró que “la cirugía me costó casi dos millones y medio de pesos, nadie se hizo cargo. Vendimos la chacra de mi mamá para afrontar esos costos”.

 
Para soportar los dolores debe administrarse medicamentos, los cuales cuestan más de 20.000 pesos al mes. Esa plata le resulta difícil conseguir porque no puede trabajar y no cuenta con ningún otro ingreso.

 
“Yo sólo pido se hagan cargo de mi salud, llevo un año y dos meses sufriendo con esto, mientras los que me hicieron eso viven como si nada. Estoy viviendo de lo que vecinos y parientes me dan. No puedo seguir así por eso imploro al señor juez que tome alguna medida urgente”, solicitó consternado Dos Santos.

 
Según manifestó, el caso no tuvo avances en la Justicia pese a las pruebas y testigos. En todo este tiempo no se identificó a los implicados, no se llamó a la víctima a declarar y tampoco a los testigos. La denuncia fue presentada ante la Fiscalía Federal de Eldorado  por la hermana de Ronaldo, Susana Dos Santos, junto al abogado Gerardo Ayala, el 1 de febrero  del 2023.

 
En el texto se señala a agentes de Gendarmería Nacional con prestaciones de servicio en la Seccional San Pedro,  dependiente del Escuadrón XII de Bernardo de Irigoyen, a quienes responsabiliza por los delitos de lesiones gravísimas calificadas, encubrimiento agravado, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público y amenazas.

 
Desafíos e incertidumbres

 
Desde un primer momento el letrado se mostró activo en el caso y solicitó las medidas necesarias para la protección de Ronaldo y su familia,  teniendo en cuenta que - según dijeron- efectivos vigilaban en cercanías del nosocomio amedrentando a los familiares.

 
Además de aportar las pruebas disponibles, mediante su representante Ronaldo debió enfrentar una situación crítica en el Samic de Eldorado. Presentó un amparo con falló favorable para asegurar el bienestar del joven, un logro que no sólo fue un paso importante para el caso, sino que reafirmó la importancia de la acción legal oportuna y bien fundamentada.

 
Ahora Ayala busca constituirse como querellante particular representando a la familia, aunque para la Justicia es prematuro. “Para nosotros es muy duro todo esto, no nos queda más que paciencia y persistencia en la práctica legal. Aguardamos que el proceso siga desarrollándose y que el juez entienda la complejidad e importancia del caso, que señalen a miembros de Gendarmería Nacional como autores de delitos agravados”, concluyó la familia junto al abogado.

 
Con respecto a los gendarmes que realizaban el “confuso” operativo, se supo de manera extraoficial  que fueron trasladados a otras secciones, pero ninguno fue apartado de su cargo.

 
Cachetazo y amenaza

 
El día del hecho Ronaldo regresaba al mando de su motocicleta luego de realizar tareas agrícolas en la chacra de un vecino y para acortar distancias tomó un camino alternativo que cruza por una propiedad privada. Contó que en un momento se encontró con un hombre a caballo, a quien no conocía,  y luego de unos minutos vieron que se acercaba un móvil de Gendarmería Nacional. En esa instancia, de manera inmediata el hombre que iba a caballo saltó y huyó a pie por el monte.

 
Ronaldo, ante la incertidumbre y al escuchar los disparos de los gendarmes, giró en U para regresar por el camino en el que venía, dando inicio a una persecución. Los efectivos, en el móvil y disparando, le decían que detenga el vehículo, pero aseguró que se trata de un camino estrecho, sin banquina y le resultaba imposible detenerse sin ser atropellado. Por eso continuó la marcha pensando en encontrar un lugar adecuado para parar.

 
Antes de que eso suceda, fue impactado por los efectivos, cayó al suelo y el móvil le pasó por arriba del cuerpo. Los gendarmes se bajaron y uno de ellos le pisó el rostro mientras le decía que no le mire, que no iban a joder. Otro de los efectivos se arrodilló sobre su espada y le colocó las esposas. En ese momento, Ronaldo pidió por favor que sacaran su rodilla porque no aguantaba el dolor, tanto que se desmayó.

 
Cuando se despertó, entre cachetazos y “no seas maricón, si no te pasó nada, levantate”, le sacaron el cinto en que portaba balas de una escopeta con la que circulaba, algo común entre los colonos de la zona. En ese momento se dieron cuenta de la gravedad de las heridas en el asiento trasero de la patrulla. Ronaldo volvió a perder el conocimiento y nuevamente fue despertado con golpes en su rostro y la frase “no mires, no digas nada a nadie de esto”. Le dijeron, asegura, que no le convenía hablar, hasta que finalmente llegaron hasta el hospital de San Pedro.

 
Recién en ese momento dieron aviso a familiares. Fue su madre fue quien se acercó hasta el hospital de San Pedro, desde donde con una ambulancia lo trasladaron al Samic de Eldorado. En la ambulancia fueron dos efectivos que, durante todo el viaje, que dura casi dos horas, le reiteraron que no dijera nada a nadie de lo ocurrido, entre otras amenazas. Estos permanecieron durante dos días en las afueras de dicho nosocomio causando miedo en los familiares.

 
Según recuerda Ronaldo, ya que no podía abrir los ojos porque lo golpeaban, había por lo menos tres efectivos de Gendarmería Nacional y un cuarto hombre con indumentaria diferente y sombrero. 

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