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La Masacre de Oberá como hito para el agro misionero

La reivindicación de la lucha a través de la investigación y el relato

La profesora y licenciada en Historia Severa Barrios escribió sobre el hecho y el contexto en el que pasó. Apunta a la defensa de los derechos a través de la memoria
domingo 03 de marzo de 2024 | 6:05hs.
La reivindicación de la lucha a  través de la investigación y el relato
La reivindicación de la lucha a través de la investigación y el relato

‘Selva, noche, luna, pena en el yerbal. El silencio vibra en la soledad. Y el latir del monte quiebra la quietud con el canto triste del pobre mensú’, dice Ramón Ayala en una de sus tantas canciones que reivindican la lucha de los tareferos. A este mítico músico evoca Severa Barrios al hablar de las múltiples formas de contar la historia, de reivindicar la memoria de los colonos.

Barrios es profesora y licenciada en Historia, y fue una de las investigadoras que decidió hablar sobre la Masacre del 36 en Oberá. Realizó un trabajo denominado ‘Crónica dolorosa de un pasado histórico’ en el que relata no sólo lo ocurrido aquel 15 de marzo de 1936 en la localidad, sino también el contexto histórico y social en el que estaban inmersos por entonces y que desencadenó en uno de los hechos más traumáticos para la sociedad misionera (ver La historia de la Masacre...).

En una entrevista con El Territorio, analizó la importancia de continuar trabajando para la recuperación de la historia local y su impacto en la defensa de los derechos humanos.

“Estamos a pocos días de la fecha en la que se conmemora el día de la memoria y esta investigación tiene que ver con eso. Los trabajos de la memoria tienen un sentido reivindicativo, están enmarcados en el concepto de la defensa de los derechos humanos y por lo tanto, tienen ansia universal de justicia. A veces me pregunto qué sería de nosotros, quiénes seríamos si no tuviéramos memoria”, afirmó Barrios, en la nota realizada frente al mural que recuerda lo sucedido en la Masacre del 36.

En ese marco, sostuvo: “Este es un tema sumamente significativo porque si nosotros hacemos memoria de la Masacre del 36 y nos preguntamos qué queremos recordar, aparece inmediatamente la violencia con la que pasaron los colonos, colonas, niños y niñas en aquella movilización y protesta agraria del 36 cuya asamblea estaba prevista para el 15 de marzo en Oberá. Venían precisamente a este lugar a reclamar pacíficamente y fueron recibidos con látigo y balas”.

“Este hecho marca un hito en la historia del agro misionero. Es el primer intento de organización agraria de los productores de tabaco y yerba en defensa de sus derechos”, aclaró.

El impulso para hablar

Severa Barrios comenzó a investigar lo que había sucedido ya cuando era estudiante. “Un buen día me enteré que en este lugar de donde provengo había acontecido un hecho trágico de esta naturaleza y estaba hundido en la profundidad del tiempo; había un manto de silencio que había que sacarlo a la luz, al igual que otros tantos acontecimientos que pasaron en la historia de nuestro país”, señaló.

Como hija de un pequeño productor, se preguntó por qué nunca antes había oído hablar de este hecho. Y fue así que empezó. “No fue fácil, por supuesto, recabar testimonios, había que insistir varias veces. En aquellos años fue complejo, hoy, después de todo este recorrido que hemos hecho, se puede hablar con más facilidad. Fue difícil porque se había instalado mucho el miedo que paraliza. Alfredo Varela, cinco años después de la masacre, estuvo en Misiones y escribió sobre ello, narró la sumisión con la que vivían los obreros y la represión que ejercían sobre los colonos en esa protesta”, manifestó.

“Incluso después del hecho, hubo una represalia por lo sucedido, les decían que no intentaran levantar la cabeza en algún momento, porque si querían hacerlo nuevamente iban a tener el látigo y la bala. Eso llevaría a que no se hablara jamás del tema”, agregó.

La importancia de la historia

La licenciada afirma que es importante trabajar la memoria para que se siga conociendo lo que ocurrió en la localidad. Ponderó el trabajo artístico del mural de plaza Malvinas y apuntó que “se deben hacer más murales, más obras de teatro, más canciones para testimoniar el dolor, la angustia y para que se conozcan los hechos de nuestra historia local, porque la memoria es una herramienta que nos ayuda a reconstruir la historia”.

Recordó que justamente el mural de plaza Malvinas “tiene que ver con una lucha que emprendimos los vecinos de esta ciudad porque el último mural que recordaba ese acontecimiento estaba en la pared de la ex terminal, pero un día, a causa de unos trabajos en el lugar, desapareció”.

“Me parece que en este mural hay un compromiso de querer dejar algo en el presente y para las futuras generaciones, para que se conozca un hecho tan significativo y traumático como fue la Masacre del 36. Todos los años venimos a recordar la memoria de la masacre en este escenario”, contó.

Al mismo tiempo, añadió: “Creo que la importancia radica en que este acontecimiento marca un hito en la historia del agro misionero, hay un antes y un después. Ellos lograron implementar un plan de lucha, se organizaron, porque cada uno en su chacra no significaba un peligro, pero el peligro era que se organizaran y de eso se trató”.

“Entonces me parece que es importante, tanto así que cuando se crea el Movimiento Agrario Misionero toma este hecho como un antecedente en la historia de su organización. A mí me parece interesante reivindicar esa lucha de los colonos, porque protestar, reclamar, peticionar a las autoridades es un derecho y la represión es una violación a ese derecho”, remarcó.

En esa línea, la profesora y licenciada en Historia consideró que en la actualidad “hay importantes fuentes que nos remiten al estudio de esta historia”, y mencionó múltiples libros, escritos, documentales y diversas obras que cuentan lo sucedido. Pero también valoró la importancia de la oralidad en la transmisión de la historia.

“Cuando yo empecé a investigar había muy poco, fue muy difícil, pero hoy hay más apertura a hablar del tema. El trabajo de la memoria es un embate y no es fácil”, dijo.

Destacó en ese marco, el rol de la mujer productora, que muchas veces es menospreciada. “Todos los años veo qué aporte puedo hacer para seguir abordando, reivindicando además el rol de la mujer que trabajaba a la par del marido, pero sin dejar de lado su actividad de maternar y de ama de casa”, explicó.

“Tal vez todos seríamos más felices si fuéramos capaces de olvidar, pero no somos capaces. Es más, el recuerdo nos obsesiona y nos empuja, por lo tanto, ya que el olvido no está permitido, bienvenida sea la memoria”, concluyó. 

 

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