La negación y el temor asedian durante el tratamiento oncológico

miércoles 14 de febrero de 2024 | 6:04hs.

Al recibir un diagnóstico de cáncer las emociones juegan un rol importante en el paciente niño o adolescente y en sus afectos. Negación, desesperación, ansiedad, depresión, insomnio y finalmente -en el mejor de los casos- adaptación forman parte de la montaña rusa que puede producir la negación de la palabra ‘cáncer’ que comúnmente aún está asociada a la muerte.

Es por eso que el rol de los profesionales que se ocupan de la salud mental resultan fundamental no solo para la contención del paciente pediátrico sino de la familia en general durante el tratamiento. En diálogo con El Territorio, la psicóloga Valeria Galeano del Hospital Pediátrico Fernando Barreyro, contó que atienden a chicos desde muy pequeños hasta los 15 años.

 “Hacemos un trabajo de consultorio ambulatorio y de internación. Los médicos mandan su pedido y solicitan las interconsultas que en general se trabajan en equipo. En este momento somos diez psicólogas que pertenecemos al servicio de salud mental, tres psicomotricistas y cinco psicopedagogas. Acompañamos a los pacientes y sus familias porque no tiene que ver solamente con la atención de los niños, sino también de alguien que los acompaña que puede ser padre, madre, abuelo u otro familiar o allegado”, detalló la profesional.

En la misma línea, explicó que las enfermedades oncológicas tienen alto impacto en los pacientes, provocan muchos momentos de incertidumbre, se sienten perdidos y con mucho temor. Si bien el porcentaje de sobrevida es bastante alto aún hay mucha gente que lo asocia a muerte.

“Al menos el 65% de los pacientes tienen posibilidades de salvarse teniendo un buen tratamiento y un buen seguimiento. Nuestro equipo trata de llevar calma, intenta pensar juntos porque los pacientes y su familia pasan por un montón de estados de ánimos y el equipo tiene que estar ahí para asistir”, dijo Galeano.

A su vez, la psicóloga mencionó que buscan organizar, explicar los cambios que puede traer la enfermedad como el impedimento de ver a seres queridos o compañeros de escuela al estar internados, entre otros factores.

“El Estado pone bastante de su parte porque son tratamientos costosos y en la salud mental lo que tratamos de hacer a través de la escucha, del juego, de los dibujos, es que ellos puedan sostenerse en esto que en realidad es un desafío porque no se sabe lo que va a pasar”.

Y añadió: “lo que más encontramos en el discurso general de las familias es que es una injusticia o la negación. Al ser humano le resulta difícil sostenerse en ese lugar porque hay cosas que no tienen respuesta, que todavía son incógnitas. Incluso en el adolescente lo importante es decirle la verdad porque muchos padres no le quieren nombrar la palabra cáncer u oncología”.

De igual forma, la profesional de salud mental hizo hincapié en que lo importante es empezar diciéndoles lo que les pasa a los chicos porque ellos no son ajenos. Se trata de su cuerpo, un cuerpo que podrá sufrir cambios ya que los tratamientos tienen una parte invasiva y los psicólogos tratan de fortalecerlos emocionalmente para el proceso.

“Muchas veces tienen conductas regresivas que nosotros sabemos que son esperables. A veces parecen más aniñados, quieren dormir con sus papás, estar al lado porque se sienten muy frágiles. Nosotros tratamos de acompañar y cuidar la calidad de vida lo máximo posible”, agregó Galeano.

Y cerró: “nuestro desafío es aliviar el sufrimiento de los niños y las familias, ser operativos y brindar a los que más necesitan la mayor ayuda posible. No hay nada más gratificante que ser parte del momento en que el paciente toca la campana de la última quimio y saber que eso se logró con un equipo de distintos profesionales que acompañamos el tratamiento”, concluyó. 

En la provincia se detectan alrededor de 50 casos anuales de cáncer infantil

La asistencia psicológica es fundamental para el niño y su familia

¿Que opinión tenés sobre esta nota?